Esta es la situación: las nuevas sociedades, porque se ven forzadas a existir sin creencias, laicas y globales, pueden acercarse a todas las tradiciones religiosas de la historia de la humanidad, sin enfrentamientos ni externos ni internos, sin que las creencias supongan barreras a la comprensión de las enseñanzas de las tradiciones. Así se ven incitados y empujados a usar formas para trascenderlas y aprender desde ellas a discernir al “sin forma” en toda forma.
Se abre pues, una nueva manera de recorrer el camino interior para los hombres de las nuevas sociedades: un camino que se sirve de todas las tradiciones como propias. Puesto que no puede, ni debe, excluir ninguna, debe aprender a usar y trascender las formas de cada una de ellas; debe poder aprender de todas y trascenderlas a todas; debe aprender las características y lógica interna de cada una de las tradiciones para no hacer mezclas incoherentes.
Las personas de las nuevas sociedades, que no pueden repetir el pasado y no pueden vivir de creencias, han de vivir de proyectos que son diseños de futuro, construidos por ellas mismas, a propio riesgo. Estas condiciones les impiden, (en buena lógica, con esquizofrenias interiores todo es posible), someterse a las creencias que proponen las tradiciones; sin creencias, ninguna se puede poner por encima de las otras, si no es por una calidad imposible de reducir a fórmulas; ninguna puede excluir a otra; todas muestran su intención profunda y, con ello, la radical unidad con todas las otras.
El descubrimiento de la unidad profunda de todas las tradiciones, desvela la razón por la que cada una de ellas debe ayudar a todas las otras y las debe venerar; desvela la razón por la que todas deben aprender de todas.
Esta situación de confluencia empuja a no confundir el camino interior que conduce al silencio completo de la egocentración y la alerta, que es un camino al “no dos”, al “no otro”, al “sin forma”, con la sumisión a creencias.
Así, el camino interior y toda la riqueza de las tradiciones religiosas de la humanidad están abiertas a los hombres de las nuevas sociedades de creación y de cambio continuo, laicas y sin creencias, sin que recorrer ese camino tenga que suponer tareas imposibles, tenga que suponer volver a las viejas creencias y afiliaciones y sin que fuercen a tener que marginarse de las nuevas sociedades de conocimiento.
Si aceptamos el término “mística”, a pesar de las ambigüedades que su uso despierta, podríamos decir que se abre la posibilidad de una mística laica y sin creencias, dispuesta a aprender de todas las tradiciones religiosas de la humanidad. A mí me gusta más hablar de un camino interior desde la sociedad que hay, una sociedad de creación continua, laica, sin creencias y global.
Si aceptamos el término “mística”, a pesar de las ambigüedades que su uso despierta, podríamos decir que se abre la posibilidad de una mística laica y sin creencias, dispuesta a aprender de todas las tradiciones religiosas de la humanidad. A mí me gusta más hablar de un camino interior desde la sociedad que hay, una sociedad de creación continua, laica, sin creencias y global.
Buenas tardes:
ResponderEliminarCurioso artículo este que nos presentas hoy. He ido al link de donde lo has sacado y he leido el artículo completo. Desde mi humildad me gustaría compartir con los lectores de este blog alguna de las reflexiones que me provoca:
El tono del artículo, su lenguaje parece sacado del "Cinco días" o del suplemento de empresas del " Pais" del domingo: Sociedad postindustrial, sociedad del conocimiento, cambio contínuo, crecimiento, innovación, creatividad, diseño... Incluso en algún momento habla de éxito económico, programación software etc etc.
En otro momento del artículo dice " En la nueva sociedad los hombres construímos y gestionamos todos los aspectos de nuestra vida" o "necesitamos de calidad especialmente de la calidad que ofrecen las grandes tradiciones religiosas de la humanidad" ¿Cómo medimos esa calidad? ¿Implantamos un sistema ISO o EFQM con objetivos medibles e indicadores de gestión para las religiones? ¿Estamos seguros de que los hombres podemos gestionar y construir todos los aspectos de nuestra vida? ¿por qué no le preguntamos eso a un joven enganchado a la droga o a un inmigrante que ha llegado en patera o ,incluso, a un ejecutivo arruinado al que su mujer ha abandonado para irse con el ejecutivo de la competencia?
¿Por qué se afirma que las nuevas sociedades se ven forzadas a existir sin creencias? y subrayo forzadas. ¿Quien las obliga a no tenerlas? No sería mejor utilizar "se ven engañadas por las ilusiones de nuestro ego".
La conclusión del artículo también me provoca un contrasentido. El autor acepta una mística laica y sin creencias, un camino interior que no suponga marginarse de las nuevas sociedades del conocimiento. Estoy de acuerdo con Thomas Merton en que hay que huir para encontrar de nuevo a los hombres en Dios, pero tambien en que todo camino sin fe y sin Dios no es tal. En todo el artículo la palabra fe aparece en dos ocasiones y la palabra Dios ninguna.
Puede ser que sea yo el que no haya sido capaz de captar el verdero siginificado de este artículo.
Os deseo Paz.
Un abrazo
Tu reflexión me parece muy interesante, efectivamente le lenguaje utilizado es el lenguaje empresarial, lo cual tiene sus riesgos pues transmite una ideología oculta de la que no somos conscientes, es muy bueno que lo señales, es verdad, que todo lenguaje tiene su carácter reduccionista, si bien hay lenguajes más reduccionistas y menos, quizá la mística laica debería encarnarse más en la tradición humanista y en el pensamiento crítico laico, que en el lenguaje de la empresa y la psicología empresarial.
ResponderEliminarLa propuesta, sin embargo, supone el abrir un mundo refractario a la espiritualidad a esa dimensión, y claro, para ello, hay que encarnarse en ese mundo, a los que viven en medio de la eficacia y la empresa hay que decirles que la mística es "eficaz y rentable". Lo importante es lo que venga después y como se va corrigiendo esa primera exposición reduccionista de la mística.
Desde luego creo una hipótesis totalmente subjetiva el hecho de que las religiones vayan a desaparecer, más bien parece que vamos a un modelo de convivencia y diálogo entre las religiones y culturas laicas. O a un enfrentamiento si no sabemos abrirnos unos a otros.
En cualquier caso, como opción espiritual me parece válida una mística laica, simpre que no pretenda ser la única mística posible en nuestra sociedad,sino un camino para un sector de nuestro mundo.
Con esas premisas el diálogo de místicas laicas y religiosas, respetándose y reconociéndose mútuamente puede ser un foco de espiritualización de la sociedad y de humanización.
La fe puede vivirse como experiencia sin necesidad de darle ese nombre (la fe es confianza básica en la realidad o Realidad (Dios), que muchos laicos tienen sin darle ese nombre) y las creencias, tal como las entiende el autor, no son algo necesario en muchas religiones, que abocan a la experiencia directa, más que en un creer algo porque alguien con autoridad así lo afirma. De hecho, las creencias entendidas de ese modo en realidad son un momento del camino del creyente que debe ir más allá de ellas a la experiencia que las sustentan, para confirmarlas por sí mismo, entonces puede decir que cree y en cietro sentido está más allá de la creencia porque ve aunque sea en una visión oscura. A veces, las religiones se olvidan de que no son un conjunto de creencias sino una experiencia de Dios, un camino de comunión con él. De ,lo contrario poco se diferenciarían de ideologías.
La mística laica está todavía en mantillas, puede aprender mucho de las religiones y las religiones pueden salir de su pretensión de tener la propiedad privada de la mística si se abren a ella, el camino debería ser el diálogo y colaboración entre ellas, desde la crítica constructiva, no la competencia entre ellas, competencia que indicaría que ambas (religiones y místicas laicas) han dejado de ser verdaderos caminos místicos para ser ideologías o conjuntos de intereses en búsqueda del poder.
Esto al final tiene muchos matices, más allá del lenguaje creo qeu en Mariá Corbí hay un buscador, que como todos, a veces, tiene más éxito en la expósición de su intuición y otras menos, si bien se intuye autenticidad en la búsqueda. un saludo.
Bueno José Antonio. El artículo entendido e interpretado como lo estás expresando ahora me parece otro; sin embargo como he dicho el tono en el que está escrito lleva a pensar en una "mística de empresa" díría yo. Estoy de acuerdo contigo en que la religión se convierte a veces en un instrumento ideológico de poder y que, por supuesto los laicos pueden tener fe, pero mis reflexiones y críticas iban encaminadas a no estar de acuerdo con relacionar el camino de búsqueda y la mística con las transformaciones socio-económicas de la humanidad. Yo, desde mi humilde opinión, creo que la búsqueda es algo universal, eterno y que trasciende cualquier época, pero también trasciende cualquier religión. Quizá si hubiese encontrado en el artículo alguna palabra que me hubiese hecho pensar más en pobreza, compartir, compasión, pero me ha transportado más al mundo de los balances, de las auditorías, del I+D+I, de la sociedad del conocimento(piensa bien en esta expresión), de los nativos digitales y qué sé yo cuantas cosas más.
ResponderEliminarNo pongo ni mucho menos en duda que el autor sea un buscador auténtico.
Como siempre un cordial saludo
La verdad es que no te falta bastante razón en lo que dices y te agradezco tus precisiones,
ResponderEliminarMariá Corbí dirige un centro de estudio de las místicas en el que participa gente que me consta no va por la línea de la psicología del "hacer negocio" por eso me fío de que realmente lo que mueve a este grupo es sano y hay mucho de adaptarse al lenguaje del momento para poder transmitir el mensaje, no conozco personalemente a Mariano pero me fío de mis amigos que acuden por allí, en principo; ojalá no sean devorados por el sistema, como sabes en el evangelio se dice de lso discípulos que beberán venenos y nos sufrirán daño, incluso en la venenosa cultura de la competencia y eficacia empresarial puede el mensaje arraigar, en el taoismo se habla de que la mejor forma de enfrentarse a un tigre es cabalgarlo, más que enfrentarse directamente a él, claro qeu cabalgar el tigre supone una madurez y habilidad que hace qeu muchas veces podamos convertirnos en "la cena del tigre". Y ya sabes lo de Corruptio optimi pessima.
un abrazo.