"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

lunes, 31 de enero de 2011

Rebirthing, la importancia de la respiración en el camino espiritual.





El renacimiento (en inglés Rebirthing) es una técnica de sanación, de desarrollo personal y de realización espiritual. Ayuda a procesar la mente y los sentimientos administrando la energía espiritual y el poder que necesitamos para transformarnos, sanar nuestras emociones y tener una vida más equilibrada. Esta técnica, además de ser efectiva y poderosa, es suave, natural y segura.


Ha sido creada por Leonard Orr en 1974, aunque la técnica de respiración circular que se utiliza se lleva practicando desde hace siglos por algunos yogis (practicantes de yoga). Se dice en los Vedas (escrituras sagradas de la India) que la respiración circular lleva a la eternidad.

El renacimiento o rebirthing se basa en pilares, la respiración y el pensamiento creador y la purificación espiritual.


LA RESPIRACIÓN


Los bebés y los niños pequeños respiran bien, usando toda su capacidad respiratoria y haciendo respiraciones conectadas a menudo. Están en contacto con su propia esencia divina y con su fuente de alegría, siempre radiantes como soles. Con las represiones de la sociedad y de la educación, a edad muy temprana, los niños empiezan a reprimir sus emociones. La manera de hacerlo es conteniendo el aliento, reduciendo así la cantidad de aire que entra en los pulmones. Llegadas a la edad adulta, la gran mayoría de las personas respiran lo mínimo para sobrevivir, lo cual les produce una desconexión consigo mismas y con su cuerpo. Por desgracia apenas tomamos conciencia de la importancia de la respiración.

La respiración es nuestro primer alimento, respiramos las 24 horas del día. Obviamente es tan importante o más respirar bien que comer bien.


La respiración es la base de la salud, es nuestra fuente principal de nutrición y eliminación.

El renacimiento enseña como recuperar la respiración libre, también llamada respiración intuitiva energética, que teníamos de pequeños. En realidad, no se trata tanto de hacer, sino de ir deshaciendo los bloqueos acumulados. Esto nos permite desbloquear y superar emociones limitantes para poder vivir una vida más satisfactoria, sintiendo más confianza en nosotros mismos y en el universo, recuperando de esta manera nuestro contacto natural con la fuente de vida. Al mejorar la respiración, también mejoran nuestra salud y nuestro nivel de energía, ya que la sangre fluye mejor y nuestros tejidos, órganos y cerebro reciben mas oxígeno. Nos permite también deshacernos de grandes cantidades de estrés que hemos ido acumulando a lo largo de los años.

"La respiración intuitiva energética es el secreto de la vida y de la salud del cuerpo y de la mente" (Leonard Orr)

Se recomienda en general un ciclo de 10 sesiones de respiración porque es lo que necesitan la mayoría de las personas para desbloquear el aliento y desarrollar la capacidad de renacerse a sí mismas. Una sesión de renacimiento suele durar de una a dos horas, durante la cual la persona se tumba y el profesional de renacimiento o renacedor guía su respiración, rectificando así las desviaciones de la respiración de dicha persona, enseñándola cómo atravesar sus bloqueos y superarlos.

En una sesión, respiramos concientemente hasta que la respiración misma nos da su propio ritmo en el cual ya no tenemos que hacer nada, sólo dejarnos guiar por él. Este ritmo respiratorio es amplio, poderoso, profundo pero suave. En ningún caso es forzado o retenido ya que es libre.

La respiración da a las memorias del cuerpo el combustible que necesitan para integrarse.

Las sesiones siempre deberían ser individuales para que la persona que respira se sienta en seguridad y tenga el apoyo necesario para poder relajarse totalmente y profundizar más. Por esta razón, las sesiones en grupo no se recomiendan ya que no ofrecen un renacimiento de alta calidad.

"La respiración es el vehículo de la energía"

EL PENSAMIENTO CREADOR

La mente contiene los pensamientos y patrones de pensamientos conscientes e inconscientes con los cuales creamos nuestra vida e interpretamos nuestra realidad. Aprender a procesar nuestra mente es fundamental para descubrir los mecanismos que nos mantienen anclados al dolor y la enfermedad.


En renacimiento consideramos que hay ocho “traumas” o síndromes humanos, que nos limitan, y que condicionan nuestra mente consciente e inconsciente. Estos “traumas”, con los condicionamientos que conllevan, nos impiden estar en contacto con nuestro verdadero potencial y nuestra esencia divina. En las sesiones y en los cursos de renacimiento trabajamos sobre estos temas para integrar estas memorias profundas, liberando nuestra mente y nuestro universo emocional de sus condicionamientos negativos. Esto permite que el dolor se transforme en bienestar, la lucha en facilidad, el miedo en confianza. Dos de estos “traumas” son el trauma de nacimiento y la mentira personal.


Al nacer vivimos el choque de pasar de un ambiente líquido a un ambiente aéreo. Desgraciadamente los nacimientos actuales en hospital con corte del cordón umbilical de forma prematura, las prisas, el acelerar las contracciones de la madre de manera artificial, la falta de armonía, los ruidos etc., hacen que el nacimiento y la primera respiración del bebé sean mas difíciles. Al nacer el bebé hace conclusiones sobre la vida, como “no soy bienvenido”, “la vida es una lucha”, “la vida es dolor”. Todos tenemos un “guión de nacimiento” único que solemos repetir una y otra vez en nuestra vida.. Por ejemplo una persona que no se sintió amada al nacer tendrá tendencia a no sentirse amada y a atraer circunstancias en las cuales no se siente amada. Es muy gratificante aprender a transformar las partes negativas de nuestro guión de nacimiento y observar cómo va cambiando nuestra vida.


Otro de los síndromes es la mentira personal. Una mentira personal es un pensamiento de auto-sabotaje acompañado de una emoción o sentimiento profundo que controla nuestra mente y nuestra vida más que cualquier otro, como puede ser por ejemplo “no valgo” “soy culpable” “no me quieren” etc. Suele tener una estrecha relación con el trauma de nacimiento. Aprendemos a identificar cual es nuestra mentira personal y ver cómo actúa en nuestra vida. Con diferentes técnicas de Pensamiento creador, como las afirmaciones, conseguimos deshacer la mentira y llegar a nuestra ley eterna. La ley eterna es un pensamiento que activa nuestra conexión con la inteligencia infinita (creatividad, amor, abundancia, alegría, paz...), cancelando así la mentira personal.


Me preguntan a menudo qué tipo de personas vienen a tomar sesiones o cursos de renacimiento o cuáles son sus motivaciones. Muchas personas son personas que ya se sienten bien y quieren mejorar algunos aspectos de su vida. Otras quieren desarrollarse espiritualmente. También hay personas que vienen para resolver un tema en concreto como problemas de autoestima, de pareja, de trabajo, de bloqueos emocionales o que buscan energía y apoyo para sacar un determinado proyecto adelante. Otras personas vienen para mejorar su salud. Y lo bonito es que todas se van con una herramienta eficaz que luego pueden aplicar en todos los aspectos de su vida de manera independiente.

El aprender a transformar nuestros pensamientos es un paso importante para el desarrollo y la realización personal en todas sus dimensiones, tanto a nivel práctico como espiritual. La mente es como un jardín que hay que cuidar y donde hay que plantar y regar lo que queremos ver crecer, y quitar las malas hierbas. Tenemos que aprender a cuidar de nuestro jardín, si no queremos verlo invadido de malas hierbas. La mente es una herramienta, pero si no sabemos usarla, nos convertimos en su víctima. La naturaleza de la mente es llenarse de pensamientos, si no elegimos los pensamientos que van a beneficiar nuestra vida y crear lo que queremos, la mente repite los pensamientos del pasado (tanto a nivel conciente como subconsciente).

De nuestros pensamientos depende la calidad de nuestra vida y de las circunstancias y acontecimientos que vamos a atraer.

El renacimiento enseña cómo recuperar las riendas de nuestro mundo, en armonía y para el bien de todos. Aprendemos a ser el creador consciente de nuestra vida. Nos ayuda a encontrar nuestro lugar en el mundo y a participar en él concientemente, realizándonos como personas y seres espirituales que somos. Nos da este equilibrio tan anhelado, de poder vivir desde un centro de paz interno hagamos lo que hagamos y estemos donde estemos.

domingo, 30 de enero de 2011

¿El "Jesús" de Pagola perseguido de nuevo por la inquisición y el sanedrín? ¿Presiones integristas han conseguido retirarlo del mercado?





La Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, ha abierto un proceso contra el libro 'Jesús. Aproximación histórica', del teólogo vasco José Antonio Pagola, para establecer si es conforme con la doctrina de la Iglesia, pese a que la edición revisada de la obra, la novena, lleva el 'nihil obstat' (nada que oponer) y el Imprimatur del exobispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. Lo cuenta Pedro Ontoso en El Correo

La iniciativa de Roma se produce más de tres años después de que el trabajo saliera a las librerías y tiene su origen en las presiones del núcleo más integrista de la Conferencia Episcopal Española, que en su día publicó una nota contra los contenidos del libro.

Algunos medios han interpretado que la iniciativa de Roma iría en la línea de retirar el 'nihil obstat' del prelado vizcaíno, que hace dos años provocó un fuerte malestar de un grupo reducido de obispos, molestos porque Uriarte avalara una obra que está en el punto de mira de los guardianes de la ortodoxia. Sin embargo, instancias conocedoras del asunto aseguran que el objetivo no es Uriarte, sino Pagola, al que se quiere pasar factura por su vinculación con José María Setién, del que fue vicario general durante muchos años.

La tesis de la persecución se abona cada mes con actuaciones de la jerarquía. El último trimestre del año, Pagola fue vetado por el Obispado de Santander en unas jornadas de su Aula de Teología. Ahora, según ha podido saber EL CORREO, desde el Arzobispado de Madrid se ha llamado al orden al Obispado de Getafe por conceder el 'Nihil obstat' y el Imprimatur -llevan la firma del canciller y del vicario general- al último libro del teólogo vasco 'El camino abierto por Jesús. Mateo' (PPC), primer volumen de una serie sobre los evangelios.

Secreto pontificio

Roma no anuncia de manera pública la apertura de un proceso de estas características, que se rige por el secreto pontificio. Lo sabe el propio interesado, Pagola; lo sabe el obispo de su diócesis, José Ignacio Munilla, y lo saben el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Rouco Varela, y, por supuesto, el nuncio de la Santa Sede en España, Renzo Fratini, que ha reclamado ya nueva información.

Quienes conocen el funcionamiento de la maquinaria vaticana aseguran que ahora se abre un periodo largo y lento durante el cual el antiguo Tribunal del Santo Oficio hablará con sus consultores -cuenta con un colegio de 33 expertos-, pedirá nuevos informes y trasladará al afectado un cuestionario para contestar a un rosario de preguntas y acusaciones.

«Aunque ha cambiado tres veces el nombre el dicasterio, los procesos siguen siendo inquisitoriales», sostienen las mismas fuentes, porque los afectados ni siquiera saben de qué se les acusa, no saben quiénes son sus censores y no pueden preparar su defensa.

Roma empieza de cero, ya de una manera formal. De hecho, el Vaticano ya ha conocido informes previos sobre la obra. La comisión episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Española emitió una nota en junio de 2008 en la que descalificaba el libro de Pagola aunque no lo condenaba.

Sin embargo, otro informe del 'número dos' de la congregación vaticana, el mallorquín Luis Francisco Ladaria, era favorable a la publicación del vicario donostiarra. Ahora, el grupo contrario a Pagola habría puenteado a Ladaria para que el propio presidente del potente y temido dicasterio, el cardenal americano Willian Joseph Levada, se implique directamente en el asunto.

Lo cierto es que en la curia vaticana la obra no ha pasado desapercibida. El 'Jesús...' de Pagola se puede comprar en los mismos aledaños de la Plaza de San Pedro, en las librerías de la Via de la Conziliazone, donde pasean a diario los miembros de la Santa Sede y de las conferencias episcopales e institutos religiosos que visitan Roma. Y el libro cuenta con sus detractores y sus valedores.

En este cuadro, que cada vez se parece más a las intrigas noveladas de los bestsellers de moda, no ha pasado desapercibido el significativo apoyo que ha proporcionado a la obra el cardenal Gianfranco Ravasi, un peso pesado del Vaticano. El influyente purpurado, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, acaba de recomendar el libro de Pagola en la revista italiana 'Il Sole 44 Hore', en la que escribe de manera habitual.

Renombrado biblista, Ravasi considera la obra como un estudio muy valioso para guiar a los lectores no iniciados en el conocimiento de la historia de Jesús. El ministro de Cultura del Papa habla literalmente en su artículo de «il modo piu trasparente per guidare il lettore non técnico».

Ravasi goza de gran reputación. De talante abierto y conciliador, se relacionó con el cardenal Martini cuando Ravasi era el responsable de la Biblioteca Ambrosiana de Milán. «Es un nuevo Martini», aventura un vaticanista que elogia, en el mismo plano, al arzobispo napolitano Bruno Forte. Por tanto, el de Ravasi no es un apoyo cualquiera. Algunos analistas consideran que el cardenal italiano ha podido actuar en esta dirección en un intento de cortocircuitar la operación de la Congregación de la Fe, lo que significaría un pulso en la curia vaticana en torno a una obra traducida ya a siete idiomas.

El artículo de Ravasi no ha sentado bien en el sanedrín de la jerarquía española que persigue el libro de Pagola, en el que se sitúa a Demetrio Fernández, hoy obispo de Córdoba, que en su día inició la cruzada contra el libro desde el palacio episcopal de Tarazona, y al propio portavoz de la Conferencia, el jesuita Juan Antonio Martínez Camino. De hecho, una iniciativa de diálogo con los no creyentes -conocida como 'Patio de los Gentiles'- que iba a tener como protagonista a Ravasi en Madrid de la mano de una publicación religiosa, ha sido congelada por instancias eclesiales de alto nivel.

Ajeno al proceso inquisitorial, el libro se sigue vendiendo. Una vez retirada de las librerías la novena edición, la que llevaba el Imprimatur de monseñor Uriarte, aún quedan ejemplares, aunque cada vez es más difícil encontrarlo en España, cuando antes era un pozo sin fondo. La librería diocesana de Bilbao, Jakimbide, tiene en lista de espera medio centenar de peticiones del libro.

Fuentes de la editorial PPC han asegurado a este periódico que la obra está en proceso de descatalogación y «ya no está en circulación», por lo que no se imprimirán más ejemplares en las imprentas del grupo SM, que no dispone de fondos del libro en sus almacenes. «Si es una obra que se sigue vendiendo y no ha sido condenada, ¿por qué pasa esto sólo en España?», se preguntan no pocos observadores eclesiales.


Uriarte y Pagola se reunieron en un hotel de Palencia con un biblista y un teólogo para revisar la obra

La persecución del libro de Pagola se ha producido en un momento especial de la Iglesia española, que vigila desde grandes atalayas la doctrina oficial y persigue a los autores más críticos y libres, en un acoso sin precedentes al pluralismo teológico. Tres años después de la publicación del libro, en septiembre de 2007, la mayoría de las editoriales católicas han cedido a las presiones y admiten la censura previa para evitar males mayores. Hasta las obras más inocentes llevan ya el 'nihil obstat' de un obispo, de un vicario general o de un canciller diocesano.

Los ataques contra Pagola están apadrinados por un sector fuerte e influyente de la Conferencia Episcopal Española, que arremetió contra el libro apenas tres meses después de salir a las librerías y comprobar que tenía un éxito sin precedentes. El primero que abrió el fuego fue Demetrio Fernández, obispo de Tarazona entonces. El prelado calificó de «arriana» la obra y acusó al teólogo vasco de desfigurar a Jesús.

Esta posición fue secundada por Luis J. Argüello, vicario de Valladolid, por los teólogos José María Iraburu y José Antonio Sayés, y por José Rico Pavés, director del Secretariado de la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe. Rico, ahora muy bien situado para acceder a la mitra, acusó a Pagola de hacer daño con su libro en unas consideraciones que luego se convertirían en nota oficial del Episcopado, con el apoyo de su Comisión Permanente.

El propio Pagola contestó en bloque al 'grupo de Tarazona' en una reflexión de 50 folios titulada 'La verdad nos hará libres', en la que defendía su trabajo y desmontaba las acusaciones. Pero la campaña contra Pagola arreció. Movilizado por los duros ataques, monseñor Uriarte, que en esos momentos gestionaba un relevo tranquilo en la diócesis de San Sebastián, adoptó una postura valiente y se implicó en persona en el pulso que se libraba entre Pagola y el núcleo más conservador de los obispos.

Uriarte contactó con acreditados especialistas en la materia, Santiago Guijarro, biblista de gran prestigio, y Santiago del Cura, miembro de la Comisión Teológica Internacional así como con un obispo teólogo y les pidió un peritaje sobre la obra. Uriarte, Pagola y los dos Santiagos celebraron un encuentro en un hotel de Palencia para hablar del asunto. El biblista y el teólogo fueron aceptados por Ricardo Blázquez, entonces presidente de la Conferencia Episcopal, y ratificados por Rouco cuando volvió a la jefatura del Episcopado. También fue consultado Fernando Sebastián, exarzobispo de Pamplona, aunque dio una de cal y otra de arena.

Retirado del mercado

Pagola accedió a realizar una relectura de su trabajo, aclarando la naturaleza de su libro e introduciendo modificaciones para disipar interpretaciones. Con el peritaje de los expertos, que no encontraron en el texto revisado ninguna afirmación que contraviniera el núcleo esencial de la fe cristológica, el censor elaboró un dictamen en el que aseguraba que no había ninguna afirmación que se desviara de la fe y costumbres de la Iglesia.

Culminado ese proceso, el obispo se mojó e hizo suyo el 'nihil obstat' del censor y concedió el Imprimatur a la obra. Para entonces, la comisión episcopal de la Doctrina de la Fe ya había elaborado una nota «de clarificación» en la que se criticaba el trabajo de Pagola y se denunciaban seis errores metodológicos.
El apoyo de Uriarte no fue mano de santo. Los enemigos del libro pusieron el grito en el cielo y se pusieron a maniobrar en la tierra. Enviaron la obra a Roma y, tras fuertes presiones, lograron que la editorial PPC ordenara retirar esa edición bendecida por Uriarte de todas las librerías, lo que generó una amplia contestación en sectores eclesiales.

El grupo SM, vinculado a los marianistas, considera que ha cumplido su compromiso con el libro tras el enorme esfuerzo publicitario que realizó en su lanzamiento, y que ha defendido desde el principio. SM, que ya tuvo problemas con el Episcopado por editar un manual de Educación para la Ciudadanía en plena guerra por la asignatura, y un texto pionero titulado 'Descubrir el Islam', se ha visto obligado a actuar con pies de plomo, porque fuerzas muy poderosas, con capacidad de represalias, han intentado dejar al grupo fuera de juego.

Un misionero vasco ha traducido la obra al japonés

El libro 'Jesús. Aproximación histórica' ha sido traducido ya a siete idiomas. Sus contenidos se leen en italiano, en inglés, en brasileño, en portugués, en catalán y en euskera. Ha sido un gran éxito de ventas, un auténtico bestseller para una obra de estas características, a las que les cuesta saltar su círculo más inmediato de los interesados por la Religión, y ahora se vende en Roma, en Lisboa o en Buenos Aires. Se han hecho nueve ediciones y se piratea en Internet.

La edición revisada por el propio autor tras las primeras presiones, que casi se agotó en castellano, se vende todavía en euskera y en catalán, de la que se han hecho varias reediciones. Pronto estará en los Balcanes en lengua croata y esta próxima primavera, con los almendros en flor, llegará a los confines más orientales: un misionero vasco lo ha traducido al japonés.

jueves, 27 de enero de 2011

Hans Küng, Doctor Honoris Causa en Filosofía por la Uned




(Jesús Bastante).- Hans Küng ya es Doctor Honoris causa en España. Después de décadas de silencio por parte de las Universidades católicas, ha tenido que ser una institución laica, la Universidad a Distancia (Uned), la que este mediodía le otorgara el 15 doctorado de la carrera del teólogo suizo. De manos del decano de Filosofía, Manuel Fraijó, y con la presencia del ministro de Educación, Ángel Gabilondo, Küng ha trazado su tesis sobre "Ética mundial y derecho mundial", y ha tenido un especial recuerdo para su relación con Benedicto XVI. "Yo terminaría perdiendo en 1979 la venia docendi eclesiástica, aunque continué impartiendo docencia. Él, en cambio, se convirtió en Papa, volviéndose, por cierto, cada vez más falible".
Antes de su discurso, el teólogo se encontró brevemente con la prensa. Ante los medios, criticó que "la Iglesia quiere dominar", de tal modo que "la llamada reevangelización es en realidad una rerromanización", una vuelta a la primacía del Vaticano frente a cualquier otra opción. "Muchos católicos no entienden la inmoralidad de la pílodra o los anticonceptivos", recalcó.
En su discurso, Küng ha criticado "lo funesta que puede llegar a ser la deducción de mandamientos morales a partir de la naturaleza humana", poniendo como ejemplo la encíclica "Humanae Vitae" de Pablo VI, en la que se decretaba "la prohibición de todo género de anticoncepción, por contraria a la naturaleza". Ello provocó la crítica del teólogo suizo en su libro "¿Infalible? Una pregunta", que acabó condenando sus enseñanzas como teólogo católico.

Ratzinger, "40 años después, defiende la encíclica "Humanae vitae", apelando al "maravilloso plan que el Creador ha inscrito en el cuerpo humano". En su último viaje a España, en octubre de 2010, el Papa recalcó los viejos temas, especialmente el valor de la familia como célula fundamental de la sociedad, destacando al mismo tiempo que "la Iglesia apoya todo aquello que fomenta el orden natural en el ámbito de la institución familiar" (Barcelona, 7 de noviembre de 2010). Pero la apelación a Dios sólo ha podido convencer de la verdad de esta rigurosa enseñanza sobre la sexualidad a una minoría de católicos. Así se aprecia hoy en España, donde el 73 por ciento de la población se confiesa católica, mientras que apenas un 6 por ciento atribuye gran importancia a la religión en el ámbito sexual, y otro 12 por ciento le concede cierta influencia. La moral sexual, por tanto, se ha secularizado, liberándose progresivamente de la moral religiosa".

En su discurso, Küng trazó los principios de su "ética mundial", que basó en tres puntos clave: en primer lugar, "un amplio consenso internacional"; en segundo término, su "fuerza vinculante. Son unos patrones de comportamiento obligatorios, no de libre elección"; finalmente, su función como "precursores de normas jurídicas internacionales, pues abordan temas que se plantean hoy en el contexto de la globalización".

"Estamos convencidos -añadió el teólogo suizo- que "es imperiosamente necesario un compromiso en favor del respeto y del entendimiento entre culturas, así como una actuación para lograr unos patrones éticos en la sociedad, incluidas la política y la economía. La ética mundial es una visión realista que, por supuesto, no se puede materializar de un día para otro, sino que requiere tiempo".
Finalmente, y sobre la situación actual en España entre la Iglesia y el Estado, basado en contextos que van desde la familia a la interrupción del embarazo o la inseminación artificial", Küng insistió en la importancia de "tener bien presente la diferencia entre el plano del derecho y de la ética. Como se sabe, el plano del derecho es el ámbito de la legalidad, de las leges, de las leyes, de la jurisdicción y, naturalmente, también de las ciencias jurídicas, así como de la jurisprudencia. En el plano del derecho es posible, y a veces necesaria, la comprobación directa y la coerción, pues existen sanciones externas de diverso tipo para reclamar e imponer el derecho".

La "laudatio" del nuevo Honoris Causa corrió a cargo del decano de Filosofía de la Uned, Manuel Fraijó, quien en su tiempo fuera alumno tanto de Küng como de Ratzinger. En sus palabras, Fraijóo destacó del nuevo doctor ser "hombre de claridades y precisión. Consciente de la vocación universal del cristianismo cuida su expresión hablada y escrita para que, además de llegar a sus iguales, a sus colegas, alcance también a la "gente", al no iniciado técnicamente en la materia".

Fraijó agradeció que Küng "busca la plaza pública, el ágora, el foro. Hombre de diálogo, le gusta confrontar los argumentos y las buenas razones. Está, además, convencido de que el cristianismo resiste la más exigente confrontación intelectual".

"Küng aspira a que religión y ética trabajen en buena armonía en pos de un mundo más humano, libre y fraterno", insistió el presentador, quien concluyó con el convencimiento de que "Küng es fiel a la Iglesia. Ni en los peores momentos pensó en abandonarla. El suyo es un servicio crítico, vigilante, incómodo y arriesgado, pero necesario, imprescindible incluso".
La rueda de prensa previa

El teólogo suizo Hans Küng ha interpretado hoy el anticlericalismo como "reacción" al autoritarismo eclesiástico, ha precisado que la jerarquía católica está muchas veces "muy lejos" de la gente y ha defendido cooperación y respeto recíproco entre Iglesia y Estado.
"Sería mejor una Iglesia más modesta, que escucha, que es sensible para todo aquello que la gente piensa", ha declarado Küng a la prensa antes de ser investido doctor "honoris causa" en Filosofía por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
El teólogo no cree que el pueblo español sea muy diferente de tiempos anteriores, cuando la jerarquía eclesiástica estaba "más en conexión" con la sociedad.
En la época del Concilio Vaticano II, ha explicado, había la impresión de que la Iglesia quería ayudar a la gente, escucharla y servirla, pero ahora se piensa que quiere "dominar".

Mucha gente, ha proseguido, no entiende el porqué de la inmoralidad de los anticonceptivos, cuando la Iglesia tiene problemas propios internos que debe resolver, como la cuestión del celibato o la penuria de los sacerdotes.

"No es justo", ha insistido, que la jerarquía se dedique a atacar a los otros, a polemizar; sería mejor reflexionar sobre cuáles son las razones de la situación actual, que era "mucho mejor" en las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta, cuando el ya venía por España.

Sobre las relaciones entre Iglesia y Estado, ha respondido que ya no es posible el poder político de aquella como en siglos anteriores.

Un separación total entre ambas entidades tampoco sería una buena, sino una mejor relación.
"La gente -ha argumentado- no quiere una nueva división. La Guerra Civil está pasada, no es necesario revivir antiguas controversias, es mejor una solución constructiva".

Todo esto requiere, ha asegurado, "un poco de fantasía" por parte del episcopado y no solamente admoniciones.

Ha mencionado el ejemplo "funesto" de la prohibición del Papa Pablo VI de toda anticoncepción por considerarla contraria a la naturaleza, respaldada por Benedicto XVI.

Sólo una "minoría" de católicos está de acuerdo, ha dicho, y la moral sexual se ha liberado progresivamente de la religiosa.
Sobre las agresiones que sufren los cristianos en países de mayoría musulmana, ha citado Irak.
"Las persecuciones -ha dicho a la prensa- son prácticamente una reacción de musulmanes contra la invasión del presidente cristiano Bush, que ha hecho una cruzada de manera muy brutal".
Esto no justifica los ataques, ha matizado, sino que es "solamente consecuencia" de la agresión norteamericana y británica.

Espiritualidad Ecuménica.



Conferencia en la Parroquia Divino Pastor.
Móstoles.

I. Hacia la perfección en la Unidad:


Quiero ante todo dar las gracias a la parroquia del Divino Pastor por esta invitación a exponer esta pequeña reflexión sobre la espiritualidad ecuménica, con ocasión de la celebración, estos pasados días (del 18 al 25 de enero), de la semana dedicada a la oración por la unidad de los cristianos.

a) Semana de Oración por la Unidad de los cristianos.


Como sabéis esta semana es uno de los momentos más destacados en los que se visibiliza la existencia del llamado movimiento ecuménico cristiano. Los orígenes de esta celebración común podrían remontarse hasta el siglo XVIII en el ámbito de los cristianos reformados, y ha pasado por una serie de vicisitudes en las que ha ido creciendo el número de confesiones que se han unido a la oración hasta que en 1966 la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos comenzaron la preparación oficial conjunta del material para la Semana de Oración, convirtiéndose así en una actividad que celebran al mayoría de cristianos del mundo. Desde 1975 los materiales los elabora un grupo ecuménico local, en el caso de la semana del año 2011 ha sido la comunidad cristiana de Jerusalén la encargada de elaborar el material. Este año, por lo tanto, nos invitan a centrar nuestra atención en lo esencial de nuestra fe representado por la experiencia de la comunidad madre de Jerusalén, de la cual todos los cristianos provenimos. Por eso, en esta prevé exposición voy a intentar centrarme en la presencia de una dimensión ecuménica en lo esencial de la experiencia cristiana, en lo esencial de la espiritualidad cristiana, ya desde su nacimiento. Ese núcleo sería básicamente lo que voy a denominar la espiritualidad ecuménica.

b) Breve Historia del Movimiento Ecuménico.


Pienso que todavía para muchos cristianos el ecumenismo es un movimiento en gran medida desconocido. Voy por ello a contextualizar la conferencia dando una breve visión de su historia. Como movimiento podemos decir que el ecumenismo se ocupa de un conjunto de actividades que buscan promover la unidad de los cristianos divididos. Sus antecedentes hay que buscarlos en el mundo de los cristianos reformados a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX con la creación de la Sociedad Misionera por miembros de diferentes confesiones, en Londres en 1795, la Sociedad Bíblica en 1804, la Asociación Cristiana de jóvenes en 1844, la Alianza Evangélica Mundial en 1846 y sobre todo la celebración de la Conferencia de Edimburgo de 1910 en torno a la misión, que es el inicio oficial del ecumenismo moderno. Fruto lejano de la conferencia de Edimburgo será el nacimiento en 1948 del Consejo Mundial de Iglesias, la organización ecuménica más importante hoy, que agrupa a la mayoría de cristianos no católicos romanos.

Aunque con antecedentes anteriores, el movimiento ecuménico nace oficialmente en la Iglesia católica con el Concilio Vaticano II, que se va a proponer como uno de sus fines principales el promover la unidad de los cristianos (decreto Unitatis Redintegratio n.1). El Concilio verá en el ecumenismo un impulso del Espíritu Santo (U.R.1, 4). Por ello, el Papa Juan Pablo II dirá en la encíclica Ut Unum Sint n.3 que el ecumenismo es un camino irreversible para la iglesia católica.


En relación con el ecumenismo encontramos también en el Concilio Vaticano II el origen del fomento del diálogo interreligioso en la Iglesia católica, en especialmente gracias a la declaración conciliar Nostra Aetate (“la iglesia nada rechaza de lo que en estas religiones hay de verdadero y santo”. N. A. 2). Así como una nueva manera de relacionarse con la sociedad mediante una apertura y colaboración con todos los hombres buscando dialogar con todos y colaborar en la construcción de la fraternidad universal. (así la Constitución apostólica Gaudium et Spes n.3 “ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal”).


En 1960 el Papa Juan XXIII creó el secretariado para la Unidad de los cristianos (hoy pontificio consejo), en 1961 cinco observadores católicos participarán en los trabajos del Consejo Mundial de Iglesias y en 1965 se creará un grupo de trabajo mixto entre el CMI y la Iglesia Católica Romana. Hasta hace poco el presidente del Pontificio Consejo era el cardenal Walter Kasper, hoy el cargo lo ocupa el cardenal Kurt Koch.

c) Tipos de ecumenismo:


Como nos decía Don Julián García Hernando, fundador de las misioneras de la Unidad: “En realidad no hay más que un solo ecumenismo. El ecumenismo apoyándose en la base doctrinal común a todos los cristianos, trata de acortar distancias entre las iglesias para llegar a la unidad de las mismas. En cuanto método o sistema para alcanzar su objetivo, es común a todas las iglesias que se hallan empeñadas en esta causa”.

Sin embargo, el Cardenal Ives Congar señaló que se podían distinguir diferentes tareas o variedades dentro de la actividad ecuménica. Así habría:

- Ecumenismo doctrinal: El diálogo doctrinal está hoy en el núcleo del movimiento ecuménico, por ello es importante la labor de las comisiones mixtas de teólogos, representantes de las diversas iglesias.
- Ecumenismo Institucional: Es el promovido, impulsado y realizado por las iglesias.
- Ecumenismo Espiritual: El concilio Vaticano II, en el número 8 del decreto sobre el ecumenismo, dice que el ecumenismo espiritual está compuesto de dos elementos: conversión del corazón y reforma de vida junto con la oración por la unidad. La oración es fundamental para la búsqueda de la unidad de los cristianos. Es una dimensión que no podemos olvidar.

d) El núcleo del ecumenismo es una experiencia espiritual: la perfección en la Unidad.

Como nos recuerda el Cardenal Walter Kasper la unidad de los cristianos es un don del Espíritu, la unidad que buscamos es ante todo una participación de la experiencia de Cristo expresada en la oración recogida en Juan 17, 21: “que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”.


La dimensión espiritual es la más importante ya que como dice Agustín Guerra, carmelita descalzo experto en espiritualidad, todo en el ecumenismo es espiritual porque es fruto del Espíritu, tanto los encuentros, como los diálogos teológicos y las experiencias compartidas internas y sociales. No basta por tanto un ecumenismo espiritual es necesaria una espiritualidad ecuménica que sea el soporte, fuente y meta de todas las actividades ecuménicas.


En último término, Jesús nos pide que alcancemos la perfección en la unidad (Permite que alcancen la perfección en la unidad. Juan 17,23), que es participar en la unidad que él tiene con el Padre. El ecumenismo apunta por tanto a una experiencia espiritual, la experiencia de la Trinidad, que es la esencia de la experiencia espiritual cristiana como señalan los místicos (p. e. San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Guillermo de Saint-Thierry…)


La experiencia espiritual ecuménica como recuerda el cardenal Francis Arinze no es algo marginal, surge del núcleo mismo de la experiencia de la fe cristiana. Es un camino para redescubrir la experiencia trinitaria, centro de nuestra fe. Nos hace seres humanos plenos y mejores cristianos.

II. La Espiritualidad ecuménica: un ecumenismo ecuménico o macroecumenismo.

a) Unidad en la Verdad. Verdad en la Unidad.


El movimiento ecuménico es muy consciente que la unidad que busca no puede ser a costa de perder la verdad de la fe cristiana. Como dice el cardenal Kasper “el ecumenismo no es sinónimo ni de humanismo afable, ni de relativismo eclesiológico”… “Ante todo se debe respetar el diálogo de la verdad”.

El ecumenismo ha de buscar por tanto cual es la verdad de la fe cristiana para descubrir que esta verdad está más allá de ser un concepto mental, ya que todos nuestros conceptos e ideas son sólo expresiones relativas de la verdad y no la verdad misma. La verdad cristiana se descubre en una experiencia que va más allá de la mente, una experiencia que podríamos llamar espiritual, contemplativa o mística, una experiencia de comunión, de unidad en la pluralidad según el modelo de experiencia trinitaria de Jesucristo.

La fidelidad a la verdad hace que el ecumenismo culmine en el descubrimiento de la verdad cristiana más allá de las formulaciones mentales parciales y relativas, en el descubrimiento de que el núcleo del ecumenismo es una experiencia espiritual de comunión con Todo y Todos en Dios, eso es la experiencia cristiana. El descubrimiento de que la experiencia más profundamente cristiana (experiencia trinitaria), a la vez, es la más profundamente universal, pues nos pone en comunión con todo sin perder nuestra identidad.

b) La Espiritualidad ecuménica base del ecumenismo secular o social y del diálogo interreligioso.

El cardenal Congar habla de la existencia de un ecumenismo social o secular que consistiría en: La experiencia positiva hecha por los cristianos comprometidos efectivamente con otros en las actividades de la liberación humana y que hacen, de este compromiso, una nueva y evangélica experiencia de su fe. El lugar de la vivencia evangélica ya no es la Iglesia en tanto que sociedad sacral puesta aparte, sino la realidad humana o secular de la que sabemos que tiene referencia al reino de Dios..." [Congar, Essais oecumeniques, 57].


Este ecumenismo ha sido llamado macroecumenismo por el obispo Pedro Casaldáliga y vendría a ser “la convicción de que el deber esencial del cristianismo de hoy es también apuntar a la unión de la humanidad, y no solamente de las Iglesias, impulsa este tipo de ecumenismo, que valora más la acción universal de reconciliación con el mundo, que la tarea repetitiva y sin claro fruto de una unión exclusivamente intereclesiástica” como nos explica Julián García Hernando.

El cardenal Walter Kasper ha señalado, sin embargo, cómo el diálogo interreligioso y secular no son un ecumenismo alargado o macroecumenismo. Efectivamente el diálogo con los cristianos y el diálogo con los no cristianos tienen bases y metas diferentes. Hay que respetar las diferencias, si bien sin hacer de las diferencias lugares de separación.


En esa dirección apunta Juan Pablo García Maestro, ecumenista español, que cree que “dentro de estas diferencias se dan una serie de coincidencias entre ambos diálogos”, si bien no llega a explicar la razón de esas similitudes entre ambos campos.

La razón de esas coincidencias hay que buscarlas en la misma espiritualidad de comunión o ecuménica que sostiene todas estas actividades, el cardenal Congar señaló la existencia de una espiritualidad ecuménica que nacía de abrirse a las actividades ecuménicas, esa misma espiritualidad es la que sostiene a los que se dedican a al diálogo interreligioso y al ecumenismo secular. La llamamos espiritualidad ecuménica porque ha sido redescubierta primero a través de la práctica del ecumenismo.

El macroecumenismo no se identifica pues ni con el ecumenismo cristiano ni con el diálogo interreligioso ni con el ecumenismo social de Congar, sino con la espiritualidad de comunión que sostiene a los tres. El ecumenismo ecuménico o macroecumenismo es la espiritualidad ecuménica que se manifiesta a través del ecumenismo cristiano, del diálogo interreligioso y del ecumenismo social.


c) Características de la Espiritualidad Ecuménica.


En gran medida han sido señaladas por Raimon Panikkar, basándonos en él podríamos señalar algunas:

- Parte del convencimiento del carácter radicalmente relacional de la realidad, la realidad es plural pero relacional de manera adual o trinitaria. Todo está relacionado con todo y todo es relación, pues todo es imagen del Dios Trino. La realidad es unidad en la pluralidad.

- Cree que la verdad está más allá de la mente, que todo concepto mental es relativo y no absoluto, por lo que hay pluralidad de caminos para descubrir la verdad. Eso no quiere decir que todos los caminos sean iguales, los ay mejores y peores. Podemos alcanzar la verdad pero siempre la vemos desde nuestra “ventana” particular. De ahí la necesidad del diálogo entre todos para alcanzar la verdad que nadie tiene en exclusividad.

- El camino para conocer la verdad y realizarnos en plenitud es una experiencia más allá de la mente, experiencia de comunión directa con toda la realidad: Dios, hombre y Cosmos en el corazón. La mística es el camino para llegar a la plenitud humana.

- La espiritualidad debe ser integral y no limitarse a los aspectos internos o “elevados” o individuales, abarca todas las dimensiones del ser humano: corporales, emocionales, racionales, sociales, transpersonales, etc... La espiritualidad es una espiritualidad encarnada e histórica, si bien transciende la historia.

- La persona es un nudo de relaciones, es comunión más que individuo separado, se realiza en la relación con todo y todos. La identidad de la persona no es lugar de separación con los demás sino de comunión con ellos sin fusionarse ni perderse en ellos. Cuanto más unido estoy a los demás más soy yo y viceversa.

- El diálogo, la escucha, la acogida incondicional, el encuentro, la solidaridad, el amor son el camino y el fruto de la verdadera espiritualidad.

d) La Espiritualidad Ecuménica se propone como solución de la crisis antropológica y religiosa actual.

La cultura actual de origen occidental se ha vuelto funcional, utilitaria, oculta la dimensión de profundidad de lo humano y de la realidad.

Vivimos la época de la tecnocronía (el tiempo de la técnica) un mundo artificial que ha desterrado lo misterioso, ha domesticado lo humano y ha sometido y destrozado la naturaleza.

Panikkar ve este tiempo como la realización última de una opción que hizo occidente, la de ensalzar un aspecto de la realidad (la razón) y olvidar otras dimensiones no racionales de la realidad. El ensalzamiento de la razón comenzó en la propia religiosidad occidental que sustituyó la espiritualidad por la teología escolástica, el derecho canónico y el ritualismo y se desarrolló con la mentalidad científica laica que ha dado lugar a la era de la técnica, el capitalismo.

Algunos no se explican cómo conviven hoy el fundamentalismo religioso con la tecnocracia científica. Para Panikkar ambos son expresión de la caída en la mente de Occidente. El conocimiento que no es amor termina siempre llevando a la violencia, a la confrontación y a la uniformización. La razón busca controlar y dominar rechazando el pluralismo y el misterio de lo real.


Ni el fundamentalismo religioso ni la tecnocracia son la solución a la crisis en la que estamos, es necesario un cambio de civilización y un cambio antropológico. Sólo la extensión de experiencias de transformación del corazón más allá de la razón (experiencias místicas), que nos lleven a sentirnos comunión con toda la realidad y con todos, asumiendo tanto el pluralismo como la unidad nos permitirán volver a la realidad, salir de la ilusión de la mente occidental y recuperar nuestra verdadera naturaleza que es más que la mente, es también cuerpo, emoción y espíritu.

Sólo una espiritualidad integral que abarque todas las dimensiones humanas y que sea muy consciente de la comunión que sostiene todo, puede hacer la tarea que hoy necesitamos. Esa espiritualidad es la espiritualidad ecuménica que se manifiesta hoy en el movimiento ecuménico, en el diálogo interreligioso y en el ecumenismo secular y social.


Las tradiciones religiosas, y en especial el cristianismo, deben recordar que son ante todo místicas y no simplemente religiones sociológicas. Rahner y Metz nos recuerdan que el cristianismo es ante todo una mística encarnada en la realidad histórica y social. Es más Rahner nos llega a decir que si el cristianismo no se hace mística dejará de ser cristiano.

La espiritualidad ecuménica cobra así una importancia que aún es desconocida para muchos.

III. Caminando hacia la Espiritualidad Ecuménica.

a) Dando pasos en medio de la noche hacia la Aurora.


El Padre Agustín Guerra ha elaborado un mapa o recorrido de las diferentes fases por las que pasa aquel que se decide a vivir la espiritualidad ecuménica y de la meta a la que puede llegar.
Se podrían dividir en cinco momentos:

1. El primero es un momento de alegría y enamoramiento. Se vive la novedad de descubrir que se rompen las separaciones con los otros y lo que creíamos prohibido se nos descubre como válido y enriquecedor.

2. En un momento posterior surgen los problemas:

- Surgen dudas sobre el valor de lo enseñado en la propia tradición con el sufrimiento consiguiente.
- Los interlocutores de las otras tradiciones o ideologías aparecen como críticos con la tradición personal, tiene otros valores no siempre compartidos, tienen quejas históricas.
- Se produce cansancio y desánimo pues lo que parecía al principio un camino rápido y sencillo parece ahora un camino lento y complicado.

3. Si no nos hemos vuelto atrás se suele pasar a una etapa de mayor madurez en la comprensión de la propia identidad. Se descubre que la identidad también se va construyendo, no es algo fijado y que no todo tiene el mismo valor inmutable en la tradición propia. El propio Concilio nos ayuda a no ver la tradición como algo monolítico e inmutable cuando dice en el n. 548 de la U.R.: “Al comparar doctrinas recuerden que existe un orden o “jerarquía” en las verdades de la doctrina católica”.

4. Viene en algún momento la gran prueba, un tiempo de soledad en el que las dudas crecen, el miedo, las críticas, la sospecha de haberse equivocado hacen que prácticamente sólo la confianza en que la espiritualidad ecuménica es un don del espíritu hace que podamos pasar a la siguiente etapa en la mayor oscuridad y soledad guiados sólo por la fe.


5. Después de la noche llega la aurora, el que recorre el camino de la espiritualidad ecuménica descubre de verdad su propia tradición, alcanza experiencialmente el centro de su tradición y desde ella, se siente en comunión con Todo y todos. Alcanza por tanto también el tesoro oculto en las otras religiones y tradiciones. Alcanza a la paz y reconciliación internas y es instrumento de reconciliación y paz externas.

b) Instrumentos para vivir la espiritualidad Ecuménica.

1. Redescubrir el arquetipo monástico que todos llevamos dentro:

Lo monástico cobra una gran importancia para la espiritualidad ecuménica, entendiéndolo como un arquetipo que todos llevamos dentro el arquetipo que busca la unidad y al unificación con Todo y todos. El monje, como lo vio y describió el Pseudo-Dionisio en el siglo VI en su obra La jerarquía eclesiástica, es el hombre que tiene su corazón unificado, no sabe lo que es fragmentación es totalmente lo que es: «su vida, lejos de andar dividida, permanece perfectamente unificada por su sagrado recogimiento, que excluye toda distracción».

Todo hombre y mujer, como el monje, tendrá que tener clara conciencia de que no se llegará a ser pleno y total sólo o ante todo por un proceso de reflexión, a base de pura voluntad y de solo esfuerzo, menos aún anteponiendo el hacer al ser. Tendrá que tener clara conciencia, como dice Panikkar, de que «Uno no se hace monje para hacer algo o ni siquiera para alcanzar algo, sino para SER.» Y esto solamente se logra con y desde el conocimiento silencioso, el conocimiento no-dual.

A diferencia del intelectual el monje no experimenta con ideas, experimenta con su vida. El monje no diferencia entre acción y contemplación, sino entre ser y tener. Por ello, el monje no practica una espiritualidad desencarnada sino que intenta vivir aquí y ahora los misterios, la eternidad en el tiempo, la contemplación en la acción. Panikkar denomina este estilo de espiritualidad encarna la secularidad sagrada.

El monacato aparece así como una espiritualidad para nuestro tiempo, alternativa radical al proyecto humano que hemos construido, incluso a la civilización que hemos construido y a lo que, víctimas y actores de este proyecto hemos considerado hasta hace poco espiritualidad.

2. Abrirnos al diálogo como instrumento fundamental de la espiritualidad.

Si la verdad está más allá de los conceptos que la expresan, ningún concepto la expresa de modo total, sólo mediante el diálogo dialogal, que sabe que no es posible alcanzar toda la verdad en un único camino y que busca que todos los caminos expresen la verdad, podemos caminar hacia esa verdad más plena. Así Andrés Torres Queiruga dice que, desde esta concepción relacional de la realidad y de la verdad, el diálogo es condición intrínseca para conocer la verdad. Y conocer la verdad en esta concepción es realizarnos, es decir, hacernos reales, siendo la realidad relación, y por tanto, realizarnos es entrar en relación, ser relación, ser amor. El diálogo es el instrumento privilegiado para ello.

2.1 El diálogo Intrarreligioso:

Panikkar cree que el diálogo ecuménico debe partir de lo que llama el diálogo intrarreligioso, un diálogo personal, conmigo mismo en el que comienzo “por ponerme en cuestión a mí mismo y por plantear la relatividad de mis creencias (que no es lo mismo que el relativismo), aceptando el riesgo de un cambio, de una conversión, de una conmoción de mis modelos tradicionales”.


2.2 El diálogo ecuménico, interreligioso y con la secularidad:


En el Documento “Diálogo y Anuncio” publicado en 1991 por el Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso se habla de cuatro tipos de diálogo que no son excluyentes sino convergentes:
• El diálogo de vida.
• El diálogo de obras.
• El diálogo de intercambios teológicos.
• El diálogo de experiencias religiosas.

3. Descubrir la importancia actual de la práctica de la “inrreligionación”.


“Inreligionar” es un neologismo no muy bien sonante creado por el teólogo Torres Queiruga a imitación del término inculturación, ya aceptado desde hace años. Con él quiere señalar que así como somos conscientes de que el Evangelio transciende toda cultura por lo que puede encarnarse y enriquecerlas a todas, y a su vez, necesita de las culturas para transmitirse y se ve enriquecido por ellas, igualmente el Evangelio transciende las religiones, puede enriquecerlas a todas y, a su vez, puede ser enriquecido por ellas. Inreligionar es incorporar elementos valiosos de otra religión sin querer perder la propia sino enriquecerla.

Hoy aparece más nítido que nunca lo que decía el estudioso de las religiones Max Müller: “quien sólo conoce una religión no conoce ninguna”. Con esto se quiere decir que ignorar que el núcleo de la realidad es relación, siendo la experiencia de esta comunión con todo y todos, la fuente y meta de las religiones, es ignorar lo que es la propia religión. Ninguna religión, ninguna cultura nacen como un meteorito del cielo ya hechas, son fruto de un largo proceso de influencias y relaciones, han construido su identidad en la relación. Ignorar esto es ignorar la propia religión e ignorar la experiencia central de toda religión: la comunión.

4. Descubrir que la Espiritualidad Cristiana es una espiritualidad de comunión.


La espiritualidad cristiana es ante todo una espiritualidad de comunión, como nos señala José Antonio Pagola: “ La espiritualidad de Jesús es una espiritualidad de comunión, no de separación y exclusión. Quien vive de su Espíritu crea igualdad, fraternidad, acogida, apertura. Es un error construir la comunión excomulgando a los indignos. No responde al Espíritu de Jesús”.

Con sorpresa descubrimos que lo más propio de la identidad cristiana no se puede descubrir separándose de los demás sino entrando en comunión con ellos, con todo y con todos.

Así lo señala el Papa Juan Pablo II, en su carta apostólica Novo Millennio Ineunte n. 43:
“Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado. Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece »…Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2.).

Esta misma idea es recogida por el Papa Benedicto XVI que afirma en su libro “Llamados a la Comunión”:


“La comunión significa la fusión de las existencias: Así como en la toma de alimentos, el cuerpo asimila la material externa para a si mismo, dejándolo vivir, en la misma manera, mi “yo” es asimilado: al de Jesús, es hecho a semejanza en un intercambio que va rompiendo todas las líneas de división.”


La espiritualidad ecuménica aparece así como el núcleo de la espiritualidad cristiana desde siempre.

IV. Los Frutos de la Espiritualidad Ecuménica.


a) Personales:


La espiritualidad ecuménica destaca el carácter experiencial y personal de la fe cristiana, el cristianismo es ante todo una experiencia personal de encuentro con Jesucristo, esto es su núcleo, el cristianismo es pues una mística. A este núcleo experiencial de la fe cristiana lo llama Panikkar y Olegario González de Cardedal Cristianía.

El término Cristianía enfatiza esa dimensión experiencial de la fe.

Dice J. Amando Robles: “Como en otras religiones, también en la cristiana se han dado y son distinguibles tres expresiones y concepciones de la misma. Como religión universal, primero fue «cristiandad», concepción religiosa comprendiendo todo, lo cultural, lo social y lo político. Luego, cuando a partir del renacimiento la autocomprensión de los pueblos se desgaja del monolitismo político y social, fue «cristianismo», es decir, credo, confesión y doctrina, concepción que todavía prevalece en nuestros días. Y de un tiempo a esta parte viene emergiendo lo que Panikkar llama «cristianía». Aquí lo importante no es lo jurídico (cristiandad), ni lo doctrinal es lo decisivo (cristianismo), sino la relación personal vivida con el misterio de Cristo, la experiencia que se tiene de Cristo”.


Y continúa:
“Cristianía es, pues, la forma nueva como se vive y se muestra la espiritualidad cristiana. Una forma fundamentalmente experiencial: la experiencia cristiana de Cristo. Un Cristo que, como expresión o icono de plenitud, de la Realidad, de Dios, no es monopolio de ninguna religión, pertenece a todos, está presente en todas las culturas y pueblos”.

La espiritualidad ecuménica nos hace descubrir que la esencia del cristianismo es tener la misma mentalidad de Jesús, vivir de acuerdo con ella y sentirse en comunión con todo y todos. La esencia del cristianismo es la mística. Así dice Amando Robles:

“Esta forma de vivir la fe cristiana, que antes pudo parecer un vivir religioso y cristiano «por la libre» y como no legítimo y pleno, hoy comienza a aparecer como la forma más plena, responsable y consecuente de vivir la fe. Los místicos cristianos están ahí para confirmarlo según nos lo recuerda Panikkar: «Hay que subrayar que los místicos vivieron en la cristiandad defendieron siempre la cristianía.»…Cada vez más los cristianos sienten que no es la iglesia entendida como aparato institucional la que puede legitimar y legitima la experiencia cristiana, ni expresado de otra manera, la experiencia de la realidad”.

b) Para la Misión cristiana en el mundo:

Señala el teólogo José María Vigil que la espiritualidad ecuménica supone una nueva experiencia de Dios que conlleva cambios en el modo de entender la misión. Así dice:

“La nueva experiencia de Dios que hemos hecho… nos hace sentir también el macroecumenismo de la misión del cristiano.

Esta misión consiste en «vivir y luchar por la Causa de Jesús, por el Reino», y ésa es, evidentemente, una misión máximamente macroecuménica. Porque el Reino es vida, verdad, justicia, paz, gracia, amor... entre todos los hombres y mujeres, entre todos los pueblos, y comunión de ellos y ellas con la naturaleza y con Dios. La misión de que nos sentimos investidas las personas cristianas es vivir y luchar por esta Utopía.

…Por eso, siempre que los hombres o mujeres, en cualquier circunstancia o situación, bajo cualquier bandera, trabajan por las Grandes Causas del Reino (amor, justicia, fraternidad, libertad, vida...) están cumpliendo el sentido de su vida, están haciendo la voluntad de Dios, están luchando por la Causa de Jesús. Por el contrario, no siempre que las personas se declaran
cristianas y viven y luchan por sus Iglesias están haciendo la voluntad de Dios. No será otro el criterio escatológico por el que Dios juzgará a los seres humanos (Mt 25, 31ss): un criterio totalmente macroecuménico, no confesional, no eclesiástico, ni siquiera «religioso»

No dejamos de tener una identidad cristiana específica, pero es una diferencia accidental añadida y que no nos separa del mundo, sino que nos reenvía a él. Nuestra gran referencia no es esa identidad cristiana ni ninguna otra referencia confesional diferenciante, sino la «gran misión humana», la común vocación de constructores de la Utopía, luchadores por las Grandes
Causas. Ante Dios, lo que importa no será ser cristiano, judío, musulmán, hindú o sintoísta... sino haber gastado la vida en pro de las Grandes Causas.

Si nuestra verdadera pasión es la llegada del Reino, y todo lo medimos ecuménicamente con esta medida –como decimos-, nos sentiremos más unidos a aquél que realiza la Causa de Jesús aun sin conocerlo, que a aquellos que -quizá incluso en su nombre- se oponen a ella.
Esto es tremendo, pero es real. Y es evangélico. Jesús mismo sentía esa mayor cercanía”.

c) Para la teología:

Como señala el teólogo Luis Carlos Susin: “Las “señales de los tiempos” exigen la audacia de buscar y elaborar nuevas profundidades en la catolicidad y el espíritu ecuménico. El hecho de que el concepto de pluralismo esté surgiendo con fuerza, hasta convertirse en nuevo paradigma, nos obliga a volver a enfocar la cuestión con mayor ímpetu, buscando nuevos insights y probando un nuevo lenguaje” en teología.

Está surgiendo pues una nueva visión teológica, un nuevo paradigma teológico, una nueva teología que “más que “del pluralismo religioso” es pluralista, creada a partir de un paradigma pluralista.”

Surge así una nueva teología que nace de la espiritualidad ecuménica que descubre el carácter intrínsecamente plural de la realidad, plural en la unidad. El nuevo paradigma cultural que puede expresar esta espiritualidad ecuménica es el pluralista. Este nuevo paradigma supone abrirse a una nueva visión de la realidad, que también afecta a la teología. Como dice Susin “el pluralismo constituye un paradigma que se afirma superando la unicidad, el universalismo y el absolutismo del pensamiento tradicional, de la metafísica y, más aún, de la actitud de Occidente. Se trata de aprehender la complejidad de la realidad más profunda de la vida en todos sus aspectos, incluidos los sociales, culturales y religiosos. La complejidad de la realidad en su condición plural provoca y exige discernimiento. Requiere un nuevo despertar, que consiste en despertar del sueño dogmático religioso, un nuevo iluminismo, de carácter religioso, a partir de la alteridad y de la pluralidad, y ya no a partir de la subjetividad y de la identidad con pretensiones de universalidad exclusiva y de unicidad absoluta. Exige asimismo reconocer con valentía el cambio epistemológico lleno de consecuencias prácticas, de nuevas posturas que se está produciendo, de forma irrevocable, en nuestros días”.

Hoy los teólogos hablan de la necesitad de un nuevo paradigma teológico construido desde la espiritualidad ecuménica y aprendiendo críticamente de la cultura pluralista.

Como reconoce Panikkar existe un real riesgo de caer en el relativismo o el sincretismo, pero eso no debe impedir recorrer los nuevos caminos que el Espíritu suscite. Dice Panikkar, “El peligro del relativismo existe, pero la propia vida es un riesgo… El riesgo es parte de la opción cristiana. La fe es riesgo, es el coraje de la vida… Yo necesito que la autoridad me aconseje y me corrija, pero no necesito su desconfianza, porque me desanima; o su control represivo, porque no me hace sentir libre y me empuja a extremar mis posiciones… Y si el teólogo no es libre, no es un teólogo… Ciertamente, la novedad da miedo; ante un giro es necesario ‘magnanimidad’, como decía Gandhi”.

d) Para la eclesiología.

Para José Cristo Rey García Paredes la espiritualidad de comunión o espiritualidad ecuménica supone vivir en un tipo de Iglesia que realiza la unidad que Cristo quiere. Unidad que no uniformiza ni atenta contra la diversidad carismática, que se basa en el intercambio de dones y que tiene su centro en el poder carismático más que en el institucional.

Como decía Juan Pablo II en la citada encíclica Novo Millenio Ineunte: “Hacer de la iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo” (NMI 43).

Esto supone para García Paredes hacer de la iglesia, portadora de un mensaje y proyecto de comunión para todos los seres humanos de la tierra. Dice García Paredes que hay una serie de obstáculos hoy para vivir esa dimensión de comunión: Estrechez de miras, faltad e espacio para las diversas sensibilidades, ambición y competitividad, un excesivo centralismo inoperante…
Es necesaria una conversión grupal a la comunión, “reformatear” la iglesia para volver a lo esencial. Nos hemos complicado la vida con la “obesidad” de los sistemas, nos preocupamos por demasiadas cosas y perdemos interioridad, nuestros ritmos van excesivamente acelerados,
Hay que volver a lo esencial, al Dios de la Alianza, no solos sino en red con todo el Pueblo de Dios. Para él esta vuelta colectiva es a la mística, aboga por un regreso colectivo a la mística encarnada y pluralista.

Conclusión

Concluyo pues para no alargarme hasta aburrir a todos; como ven la espiritualidad ecuménica plantea un reto global y, a la vez, una oportunidad para la Iglesia, además de poder ser una aportación importante, junto con otras, a la mejora de la situación de la humanidad.

¿Cómo se encuentra el sueño ecuménico hoy? Podríamos decir que estamos atravesando una cierta noche oscura, parecería que este sueño está destinado al fracaso, muchos sienten hoy un duro invierno eclesial como decía Rahner. No parecen muchos los que siguen sosteniendo el sueño y no parece claro el relevo.

Este sentimiento de fracaso de muchos de aquellos que sueñan con una renovación de la Iglesia desde un punto de vista espiritual y ecuménico podrían sentirse bien reflejado en las palabras del cardenal Martini cuando decía: “Antes tenía sueños sobre la Iglesia. Soñaba con una Iglesia que recorre su camino en la pobreza y en la humildad, que no depende de los poderes de este mundo; en la cual se extirpara de raíz la desconfianza; que diera espacio a la gente que piensa con más amplitud; que diera ánimos, en especial, a aquellos que se sienten pequeños o pecadores. Soñaba con una Iglesia joven. Hoy ya no tengo más esos sueños. Después de los 75 años he decido rogar por la Iglesia.”

Este sentimiento de fracaso, si bien, no debe hacernos olvidar que somos los seguidores de un crucificado, de un hombre que fracaso en vida y murió en cruz para resucitar. Después de la noche llega pues la aurora. Después de su muerte el sueño de Cristo se hizo realidad porque sus amigos empezaron a soñar el mismo sueño. Solos poco o nada podemos pero juntos tenemos el poder de cambiar la realidad.


Como decía Dom. Hélder Cámara: “Cuando sueñas solo, sólo es un sueño; cuando sueñas con otros, es el comienzo de la realidad”.


Esta conferencia solo ha sido una invitación a que soñemos juntos y no dejemos que el sueño de una espiritualidad ecuménica se venga abajo. Es responsabilidad de todos. Gracias.

jueves, 20 de enero de 2011

La neuroteología desvela los beneficios de la meditación y la oración





Según Zeiders, ambas técnicas podrían recuperar estructuras cerebrales dañadas por neurotoxinas o por el paso del tiempo.

La neuroteología es una nueva rama de la ciencia que promete interesantes descubrimientos. Desarrollada gracias a las últimas tecnologías, que permiten explorar la actividad del cerebro en pleno funcionamiento, ha demostrado, por ejemplo, que la meditación y la oración pueden modificar la estructura del cerebro. El psicólogo Charles Zeiders ha publicado en la revista The Global Spiral un artículo en el que repasa la historia de la neuroteología y le augura un futuro prometedor: esta ciencia demostrará que la meditación y la oración mejoran la capacidad del cerebro para oponerse a los procesos de enfermedad o que podrían invertir la degradación del cerebro, propia de la edad.

Yaiza Martínez


El psicólogo Charles Zeiders, director clínico del Christian Counseling and Therapy Associates de Estados Unidos, explica en un artículo aparecido en la revista The Global Spiral, del Instituto Metanexus, lo que es la neuroteología, también conocida como bioteología o neurociencia espiritual.

La neuroteología, escribe Zeiders, es una nueva ciencia que explora cómo los estados del cerebro y del sistema nervioso pueden crear o relacionarse con la vivencia de la experiencia religiosa.

Estas exploraciones han sido posibles gracias a las nuevas tecnologías, y están ayudando a pensadores interdisciplinarios a desarrollar una teología basada en la ciencia, que permita comprender, por ejemplo, la relación entre fe y salud.


Fe y beneficios

El origen de la neuroteología se encuentra en los trabajos de Herbert Benson, un cardiólogo de la Harvard Medical School que estudió a fondo el papel que el sistema nervioso autónomo juega en el proceso de la enfermedad humana.

Benson estableció que el sistema de respuesta al estrés afecta a todo el sistema nervioso. Además, hizo otro interesante descubrimiento: que la meditación con mantras ayuda a relajar el sistema nervioso, a rebajar la presión arterial, a mejorar la salud del corazón, a prolongar la vida, además de dar felicidad y de generar el sentimiento de estar más cerca de una entidad trascendente, entre otras ventajas.

Tras años de investigación, Benson descubrió, por otro, lado que las personas que practicaban la meditación como una forma de oración tendían a tener más salud que aquéllas que la practicaban como mero vehículo de consecución de beneficios fisiológicos y físicos, explica Zeiders.

La creencia en Dios mientras se estimulaba el sistema nervioso parasimpático (que es parte del sistema nervioso autónomo) mediante la meditación basada en la fe, suponía mayores beneficios para mente y cuerpo que la meditación agnóstica o médica, estableció Benson.

Otros estudios posteriores, se han centrado también en analizar la relación entre oración y salud.


Neuroteología y tecnología

El rumbo tomado por la neuroteología ha venido determinado por los últimos avances tecnológicos, señala Zeiders. Las tecnologías han ampliado la capacidad humana de estudiar cómo el cerebro responde a las experiencias y actitudes religiosas.

En 2001, por ejemplo, los científicos Newberg, D’Aquili y Rouse escribieron un libro sobre los resultados de la exploración con neuroimágenes del cerebro de monjes tibetanos y franciscanos.

Con ellas, los investigadores descubrieron que en la cumbre de la oración, ambos grupos de meditadores experimentaban un incremento del fluido sanguíneo en los lóbulos frontales del cerebro, y una disminución del flujo sanguíneo en los lóbulos parietales.

Por otro lado, durante una experiencia de trascendencia, los cerebros de los monjes mostraron un alto grado de flujo sanguíneo en las áreas del cerebro relacionadas con la atención, pero un bajo grado de fluidos en la áreas neuronales que conectan la mente con el cuerpo.

Este método de estudio de la experiencia religiosa permitió comprender estados subjetivos de conciencia a través de la actividad cerebral. Por tanto, han conectado la experiencia espiritual con la neurología.


Nuevas direcciones de investigación

Según Zeiders, los estudios realizados en los últimos años por la investigadora Sara Lazar, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Harvard, podrían indicar el tipo de descubrimientos que cabe esperar de la neuroteología en los próximos años.

Lazar y sus colaboradores analizaron con tomografía por resonancia magnética (IRM), que es una técnica que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro, a budistas que practicaban la meditación vipassana, que consiste en una técnica de auto-discernimiento basada en la observación de la mente y de la materia.

Así, pudieron relacionar la práctica de este tipo de meditación con un incremento del grosor cortical del cerebro. Por otro lado, se ha demostrado con procedimientos semejantes que personas que practican otras técnicas de meditación poseen una corteza más gruesa que las personas que no la practican.

Futuros estudios podrían demostrar que diversos tipos de meditación y de oración mejoran la capacidad del cerebro de oponerse a los procesos de enfermedad. Por otro lado, también podría llegarse a demostrar que ambas técnicas de recogimiento resultan útiles para retrasar e incluso invertir la degradación cerebral propia de la edad.

Asimismo, quizá se constate que la meditación y la oración podrían aumentar partes del cerebro que hayan sido menguadas como consecuencia de las neurotoxinas que conlleva el consumo de sustancias químicas.

Estos hallazgos serán sin duda fruto del enorme interés que esta rama científica despierta cada vez más entre los especialistas, Nuevos estudios amplían el conocimiento de la experiencia religiosa.

Óscar Castro García

domingo, 16 de enero de 2011

La Nueva Traducción de la Biblia, una traducción para contentar a los sectores más conservadores y enemigos de la traducción de Schökel y de J. Mateos




La CEE (Conferencia Episcopal Española) acaba de publicar (14 XII 2010) su versión oficial de la Biblia, editada por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), en formato 17 por 24 cm. Consta de 2.160 páginas en papel biblia, amplias introducciones a los libros de la Sagrada Escritura, citas de textos paralelos, mapas, más de 6.000 notas y un índice litúrgico con las lecturas para la Eucaristía…


Esta traducción es el fruto de un riguroso trabajo en el que han intervenido numerosos especialistas en Sagrada Escritura, en liturgia, en literatura. Los criterios que se han aplicado han sido, básicamente (se dice), estos tres: respeto al original, adaptación al genio de la lengua española y consideración del carácter específicamente sagrado del propio texto de la Biblia y del uso litúrgico a que está destinada en buena parte esta traducción.

Esta traducción incorpora (y a veces corrige) las traducciones que se vienen empleando en los libros litúrgicos reformados después del Concilio Vaticano II, y que se hicieron, desde 1963, por un pequeño grupo de especialistas, entre los cual es destacan Luis Alonso Schökel (1920-1998) Juan Mateos (1917-2003), que han sido y siguen siendo maestros ejemplares en este campo (aunque a veces hayan sido criticados, a mi juicio, sin motivos).

Pero desde hace algún tiempo algunos sectores del episcopado español pensaron que la traducción de Schökel y Mateos no era del todo precisa o no respondía a su teología, y por eso han promovido la publicación de una Biblia oficial, corregida y completa, para uso litúrgico, pastoral y educativo. Esa idea tomo fuera en los años 90, con motivo de la publicación de la Instrucción de la Pontificia Comisión Bíblica titulada La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). En 1996, se creó a tal efecto, una Comisión coordinadora, compuesta por los presidentes y los secretarios de las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe y de Liturgia, dos biblistas, un liturgista y un teólogo.


A propuesta suya se constituyó un Comité Técnico, presidido por el Dr. D. Domingo Muñoz León y cuyo secretario ha sido el Dr. D. Juan Miguel Díaz Rodelas. El trabajo se repartió entre veinticuatro especialistas, procedentes de los diversos centros de estudios superiores de España, Roma y París. En noviembre de 2008, la Comisión Permanente aprobó la Biblia completa y la Asamblea Plenaria dio su aprobación cualificada al texto solo para su posterior empleo en los libros litúrgicos oficiales. Con el mismo fin, el texto fue sometido también, en julio de 2009, a la revisión y aprobación de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Ésta es la Biblia que hoy presentamos con alegría.

Los reparos al uso de la Biblia de la CEE

…quiero indicar algunos de sus riesgos, que nacen del deseo, al menos implícito, de hacer de esta Biblia la BIBLIA ÚNICA, para la liturgia, catequesis, pastoral y enseñanza de la Iglesia, como se ha dicho a bombo y platillo.


… no parece prudente tomar una traducción bíblica castellana como “oficial” (es decir, como única) para liturgia, pastoral, enseñanza etc., pues eso va en contra del "genio" especial de la misma Biblia y, además, lleva a un empobrecimiento. (a) Porque hay otras traducciones castellanas tan valiosas, hechas en los últimos años. (b) Porque hay varios textos de fondo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento… Las opciones de la Biblia de la CEE, siendo muy buenas, no son las únicas posibles…


En este campo bíblico, el “pensamiento único” no tiene cabida, no sólo por la diversidad de libros y tendencias (¡cuatro evangelios! ¡divergencias de tradiciones en textos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento!), sino por la diversidad de testimonios textuales. Una Biblia única no parece ser buena Biblia.

"La beatificación de Juan Pablo II es una forma de autojustificación del papado" (Etienne Fouilloux).




Los grupos de presión que promueven una causa de beatificación u otra están apostando por una concepción de Iglesia.


El prestigioso historiador francés del cristianismo Etienne Fouilloux explica las razones de fondo que explican la rápida elevación a los altares de Juan Pablo II. A su juicio, se trata de una simple "autojustificación del papado". Asegura que "estos procesos sirven para reforzar la institución, para demostrar que está resistiendo a pesar de las críticas y que está dirigida por personalidades excepcionales. Eso sí, con el riesgo de instaurar el culto a la personalidad".

Lo entrevista Stephanie Le Bars en Le Monde.

¿Por qué beatifica a sus Papas la Iglesia católica?


Que la Iglesia exalte a casi todos los que la han dirigido desde hace ciento cincuenta años constituye, a mi juicio, una forma de autojustificación del papado. De hecho, estos procesos sirven para reforzar la institución, para demostrar que está resistiendo a pesar de las críticas, y que los hombres que la dirige son personaliades excepcionales. Eso sí, con el riesgo de instaurar el culto a la personalidad.

¿Desde cuándo se viene poniendo en práctica esta política?


Es un fenómeno propio del siglo XX. Hasta entonces, el último Papa beatificado fue, en el siglo XVII, Pío V, el papa de la Contrarreforma. Desde entonces y de entre los diez últimos Papas, sólo tres, León XIII, Benedicto XV y Pío XI, han quedado fuera de esta carrera hacia la glorificación.

Papas glorificados de todas las corrientes...


Las beatificaciones del año 200, que unian la intransigencia de Pío X y el modernismo encarnado por Juan XXIII, padre del Vaticano II, demuestran su clara dimensión política. Pretenden mantener el equilibrio y confirmar la hipótesis de la continuidad del papado, independientemente de quien lo encarne. La Iglesia asegura que se beatifica a una persona y no su política, pero la distincion es difícil de establecer en el caso de un Papa. Los grupos de presión que promueven una causa de beatificación u otra están apostando por una concepción de Iglesia.

¿Necesitaba Juan Pablo II esta beatificación, dada su popularidad y su impacto excepcional en la Iglesia?

Desde su muerte, se desencadenó, de una forma más o menos espontanea, la petición del 'santo subto'. Benedicto XVI difícilmente podría sustraerse a esta presión. Creo que su proyecto era elevar a los altares a Juan Pablo II y a Pío XII al mismo tiempo. Pero los problemas relacionados con la personalidad de Pío XII, especialmente sus 'silencios' durante el Holocausto, retrasaron su causa. Juan Pablo II gozaba ya de un aura especial. Ya era un mito, a pesar de algunas de sus controvertidas decisiones, como su apoyo el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, reconocido culpable de pederastia.

viernes, 14 de enero de 2011

Dioses y hombres: Una película honesta que desafía a los islamófobos.


Ayer estuve en el preestreno de la película francesa “Dioses y Hombres” sobre los monjes cisterciense asesinados en Argelia en la época en que el país vivió uno de sus peores momentos históricos envuelto una verdadera guerra civil entre el gobierno y los grupos islamistas radicales.

A diario morían personas, en especial, ciudadanos y ciudadanas argelinos, pero también ciudadanos extranjeros, generando una gran alarma entre ellos.

En esta situación los monjes cistercienses (trapenses) de Nuestra Señora de Atlas comienzan a tomar conciencia de que pueden ser objeto de una agresión por parte de algún grupo violento. Saben que sus vecinos los quieren y respetan pero temen que algún extremista pueda venir al pueblo con malas intenciones. Desgraciadamente sus previsiones se cumplieron.
Uno de los mensajes más bellos de la película es que hace ver cómo la comunidad vive totalmente integrada con la población de Tibherine; quieren y cuidan (y se dejan querer) de sus vecinos, participando de sus fiestas y de sus vidas. Además posee un dispensario de medicinas (uno de los hermanos es médico) y da trabajo a personas del pueblo, por lo que el pueblo se siente muy agradecido a los monjes, que trabajan como todos ellos y llevan una vida muy sencilla de trabajadores y hombres piadosos, muy alejada de pompas clericales al uso en otros ámbitos.

Tras conocer de cerca el asesinato de varios extranjeros, los hermanos se alarman y comienzan en pensar en dejar el pueblo y volver a Francia. Sufren la llegada de los terroristas al monasterio, atienden en el dispensario a alguno de ellos como a cualquier herido que llega a su casa y comienzan a ser sospechosos para el ejército. La situación comienza a volverse muy tensa.
Tras un periodo de oración y reflexión comunitaria y personal, la comunidad decide continuar al lado de sus vecinos, no pueden abandonar al pueblo de Argelia con el que se sienten comprometidos. Saben que corren un riesgo pero no hay ningún deseo de muerte sino un deseo de continuar con su vida de trabajo, oración y solidaridad con sus amigos y hermanos del islam. Ellos son unos más del pueblo.

Finalmente la comunidad será secuestrada y morirán trágicamente en circunstancias desconocidas (aún no se sabe quienes mataron a los monjes, e incluso se insinúa una posible responsabilidad del ejército argelino y los servicios secretos franceses) como tantos argelinos y argelinas.

La película refleja con gran honestidad y sin triunfalismos la realidad de una pequeña comunidad cisterciense, se ha captado muy bien el ambiente de sencillez, a veces vulgaridad, junto con los momentos de gran belleza y simbolismo, que se respira en estas comunidades de trabajadores orantes que son los monasterios cistercienses.
Sobre todo, no se ha intentado presentar al islam como un enemigo del cristianismo y de los monjes, lo cual sería traicionar la memoria de la comunidad, en especial de Christian, el prior, que siendo adolescente fue salvado por un musulmán y siempre sintió un gran amor y respeto por el islam y por el pueblo argelino. Así lo expresa en su testamento, que además es un desafío contra los que le tachaban de idealista por ver el islam con ojos de amigo y hermano, es decir, un desafío contra ciertos cristianos fundamentalistas que nunca le comprendieron y que quizá intentarán presentar su muerte como una tesis para reforzar sus ideas islamófobas.
(queridos hermanos de Tibherine, aquí estamos para impedirlo. Inch allah.)

Os recomiendo que si os es posible acudáis a ver la peli. Creo que merece la pena.




miércoles, 12 de enero de 2011

Hombres y dioses, por Mari Paz López Santos


Antes de que la película del director francés Xavier Beauvois “Des hommes et des dieux” (“Hombres y dioses”) –que obtuvo el Grand Prix en el último festival de Cannes– llegue el 14 de enero del próximo año a nuestras pantallas, sería conveniente saber del hecho real que inspira el film: la muerte violenta en 1996 de siete monjes cistercienses (trapenses) del monasterio de Tibhirine, en Argelia.


Era una pequeña comunidad monástica que se vio inmersa en la violencia que reinó en aquellos años en Argelia. Eran de nacionalidad francesa y, como otros muchos, tuvieron que elegir entre quedarse o marchar a sus países de origen. Ellos optaron por permanecer al lado del sencillo pueblo argelino con el que compartían la vida. Se sentían unidos por imperceptibles lazos del amor.


Difícil fue la elección de quedarse para aquella comunidad de monjes. Durante años tuvieron que ir renovando su opción con la dificultad que acarrea la fragilidad humana en un ambiente en el que continuamente había noticias de muertes y violencia. Ellos mismos, la noche de Nochebuena de 1993, fueron objeto de una “visita” nocturna de seis hombres armados en actitud amenazante.


Mejor que mis palabras será escucharlo que salía del corazón de aquellos monjes a través de algo que nos dejaron escrito como testimonio del amor que sentían por el pueblo argelino y todos los musulmanes.


El prior de la comunidad, P. Christian Chergé, dejó escrita su profunda experiencia de vida y amor; y un tiempo después de la muerte de los hermanos, se dio a conocer el texto que a continuación incluyo, que verdaderamente es el Testamento de los monjes de Tibhirine.


Recomiendo una lectura del testamento, en clave de silencio y oración, para ahondar en el significado de la vida de los hermanos monjes de Tibhirine. Desde luego eran hombres, no dioses, pero Dios estaba con ellos. Por eso pudieron dar testimonio con su vida donada desde el amor.


Conocida, al menos un poco, la verdadera dimensión de la historia, en enero iremos al cine.

Cuando un A-Dios se vislumbra...


Si me sucediera un día -y ese día podría ser hoy-ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia, yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida estaba entregada a Dios y a este país.
Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida no podría permanecer ajeno a esta partida brutal. Que recen por mí. ¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda? Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas y abandonadas en la indiferencia del anonimato. Mi vida no tiene más valor que otra vida. Tampoco tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia. He vivido bastante como para saberme cómplice del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos los hombres, y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido. Yo no podría desear una muerte semejante. Me parece importante proclamarlo.
En efecto, no veo cómo podría alegrarme que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato. Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizá, la "gracia del martirio", debérsela a un argelino, quienquiera que sea, sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.
Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente. Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo. Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas. Argelia y el Islam para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.

Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido, encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia, precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes.
Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista: "¡Que diga ahora lo que piensa de esto!". Pero éstos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad. Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi mirada en la del Padre para contemplar con Él a Sus hijos del Islam tal como Él los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo, frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu, cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.
Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos, doy gracias a Dios, que parece haberla querido enteramente para este gozo, contra y a pesar de todo. En este gracias en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida, yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy, y a vosotros, amigos de aquí, junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos, ¡el céntuplo concedido, como fue prometido!

Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías. Sí, para ti también quiero este gracias, y este "a-dios" en cuyo rostro te contemplo. Y que nos sea concedido reencontrarnos como ladrones felices en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.
¡Amen! Imjallah! , Christian
Argel, 1 de diciembre de 1993 - Tibhirine, 1 de enero de 1994

Bibliografía para conocer más acerca de la comunidad de Tibhirine:

Martirio y Consagración, Dom Bernardo Olivera - Publicaciones Claretianas
El Soplo del Don, Diario del Hno. Christophe, monje de Tibhirine - Ed. Monte Carmelo

domingo, 2 de enero de 2011

Una sociedad fundada en el diálogo y la tolerancia, por Laura Baca Olamendi.





Es imposible pensar en una democracia en la que estén ausentes tanto la garantía de libre e irrestricta expresión como la confrontación de las distintas posiciones. El diálogo y la tolerancia son importantes porque ambos hacen referencia al problema de la libertad de los ciudadanos. El diálogo supone a la tolerancia como su medio de expresión natural en un orden democrático.
Debemos recordar que el principio de la tolerancia encarna simultáneamente un precepto de la convivencia civil y un método para la solución pacífica de los conflictos. Así, mientras que el tolerante reconoce el derecho legítimo de expresión de quienes --por una u otra razón-- profesan puntos de vista que no son los suyos, el intolerante representa la voluntad autoritaria que no reconoce otro interlocutor que aquel que ha sido previamente determinado. El primero es representativo de la democracia mientras que el segundo lo es del autoritarismo.


La tolerancia encarna la búsqueda incansable de la necesaria compatibilidad entre posiciones diferentes, y se coloca, por lo tanto, en el ámbito de la ciudadanía cuando se presenta como un componente fundamental de la política que contribuye a privilegiar el método de la persuasión para la solución de los conflictos.

El diálogo, junto con la tolerancia, hace compatibles una pluralidad de principios de identidad que permiten la cooperación sin renunciar a las diferencias, generando los espacios en los cuales se construyen los acuerdos.

El diálogo promueve, en consecuencia, las diversas concepciones sin prescindir de las diferencias, sino por el contrario, incorporándolas. Es preciso subrayar que la ausencia de diálogo y de tolerancia no entraña sólo un problema de falta de respeto a las opiniones diversas sino, y sobre todo, su marginación y exclusión. Superar ambas es un desafío que tiene que ver, pues, con la extensión de los derechos de ciudadanía.

Cultura laica y pluralismo


Hemos venido insistiendo en que el establecimiento del diálogo significa la posibilidad de intercambiar posiciones encontradas acerca del desarrollo político de una determinada sociedad. También hemos subrayado que este intercambio debe realizarse entre los distintos sujetos con el objetivo de encontrar soluciones constructivas a los problemas. Es en tal contexto que resulta indispensable para el fortalecimiento de la democracia la búsqueda responsable de acuerdos. El compromiso en este sentido significa dejar de lado todo aquello que divide para concentrarse en lo que unifica a quienes se asocian.

El orden social pluralista, por otro lado, sólo puede desarrollarse en el contexto de una cultura política predispuesta a la cooperación y de una trama institucional --que incluye por supuesto a los partidos políticos-- permeada por la convicción de la utilidad del diálogo y la tolerancia. Pero no son éstos los únicos requisitos de un orden pluralista. Otros aspectos a tomar en cuenta son los niveles de alfabetización y la educación, así como el desarrollo de los medios de comunicación. Sin embargo, quizás el más importante en el plano social sea la ausencia de desigualdades económicas extremas. En efecto, la concentración de la riqueza, del estatus social, de los conocimientos y de los recursos coercitivos comúnmente está asociada a una igual concentración de los recursos políticos. De ahí que el diálogo de tipo democrático debe favorecer el derecho de los grupos con mayores desventajas a ser considerados como iguales en la búsqueda de soluciones a los problemas.


Los conceptos de pluralismo, igualdad y libertad forman parte de la concepción moderna de democracia, ya que fue la consolidación de las libertades ciudadanas lo que permitió la formación de una de las más altas expresiones del espíritu laico, el pensamiento crítico y la libre conciencia individual. Las virtudes del pensamiento laico son «el rigor, la tolerancia, la sabiduría. Son, por así decirlo, virtudes negativas que se resumen, sobre todo, en una: el no abusar de los demás». La cultura laica significa la exclusión de los dogmatismos y la independencia y ejercicio de la crítica.


Es mediante el diálogo que cada opción particular puede integrarse a una totalidad de opiniones diversas, las cuales pueden ser de tipo individual (personal y privado) o de tipo colectivo (público y social). En consecuencia, en un ambiente democrático las diferentes opiniones representan la manifestación de juicios de valor que se pueden modificar en la medida en que se transforman las circunstancias históricas, así como la expresión de formas variadas de disenso o de consenso. El papel de los medios de comunicación de masa adquiere una gran relevancia sobre todo porque la transmisión de mensajes a la opinión pública puede propiciar, pero eventualmente también inhibir, el diálogo entre interlocutores.


En relación con el problema de la opinión pública y de la información interesa subrayar la importancia de un acceso equitativo de los ciudadanos a una información pluralista. Las opiniones diversas surgen en espacios donde los ciudadanos se comunican libremente y cuentan con el derecho de manifestar públicamente sus propias ideas. Las opiniones políticas, por lo tanto, no pueden forjarse en privado, sino que se forman, se legitiman y se consolidan en un contexto de debate público y racional. La opinión pública en la democracia tiene una influencia directa sobre el ejercicio de la política y sobre los canales institucionales en los que ésta se expresa. Su carácter público estriba en que la política formulada de «común acuerdo» representa una instancia mediadora entre el Estado y la sociedad civil. De esta manera, «las opiniones políticas representativas emergen sólo cuando los ciudadanos tienen la posibilidad de confrontarse en un espacio público, examinando los problemas desde diversas perspectivas, modificando las opiniones precedentes y ampliando los propios puntos de vista hasta incorporar los de otros».


En síntesis, diálogo y persuasión son consustanciales a la sociedad democrática y garantizan la libertad de los ciudadanos para elegir entre diversas opciones políticas y tratar de establecer un acuerdo racional. Frente al pensamiento dogmático e irracional, que elimina la duda y la necesidad de ponderar distintos argumentos, es preciso reivindicar el diálogo como uno de los valores fundamentales de la cultura política democrática, sin el cual es impensable la consolidación de una sociedad abierta.

Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.