"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

lunes, 21 de junio de 2010

Silencios y Misterio, por Koldo Aldai.


Tomado de http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2010/06/21/silencios-misterio-arregui-iglesia-religion-libertad-munilla.shtml



Libertad de pensamiento en la Iglesia

En medio del duro invierno ya escribimos a favor de Joxe Arregi, pero la fuerza de su humildad y discreción enterró bajo la nieve nuestras palabras que glosaban su figura entrañable, su actitud valiente. Estalla ya el verano y en medio de toda su luz, tomamos palabra. No renunciaremos a apoyarle en tan críticos momentos.

En realidad no sólo escribimos a favor de nuestro amigo franciscano de Aranzazu, lo hacemos también en defensa de las mínimas libertades. Suena extraño, triste en buena medida, tener que escribir en el siglo XXI, en el corazón de Europa, un alegato por la libertad. Sin embargo, es preciso hacerlo. Ésta se encuentra cercenada, no ya en el ámbito político o cultural, sino en el terreno en el que, se supone, deberían haberse consagrado en su más plena expresión, el terreno del espíritu. Crecer en el espíritu, es crecer en libertad. Es inconcebible el desarrollo del espíritu ya personal, ya colectivo, sin libertad.

Somos uno con Joxe pidiendo la palabra y revelándose ante el ultraconservador obispo de Donostia que le exige silencio o destierro en América Latina. El pensamiento único, tan desplazado en tantos ámbitos de la vida, se acentúa y perpetúa en el ámbito de la Iglesia católica. ¿Cuánto miedo, cuánto terror a perder monopolio, poder y privilegios encierra el pensamiento único? Deberían saber que absolutamente nada se puede perpetuar en el futuro por esos medios, menos aún el mensaje perenne, excelso, sublime del amor fraterno de Jesús. El futuro no dejará vestigio de sus procedimientos injustos y arbitrarios, de su fe cerrada e interesada.

¿A qué temen tanto los Munillas y los Roucos? ¿De dónde tanto terror a una fe cristiana renovada, abierta y positivamente fecundada? Difícilmente unas prácticas abusivas e intolerantes se pueden avenir con la "buena nueva" abierta, aglutinante, universal de Jesús. El de ellos pareciera asemejarse más a ese otro Dios, que también nos ha acompañado a lo largo de toda la historia, en muchas latitudes: El Dios oscuro de las castas sacerdotales de tantas religiones y de tantas circunstancias históricas que se han querido perpetuar a través del miedo y de la impostura, el Dios de la amenaza fabricado a imagen y semejanza de sus espurios intereses, el Dios colmado de honores, pero diseñado para servir a sus tristes voluntades.

Ha sido el encuentro interreligioso lo que nos ha proporcionado la gracia de conocer a Joxe. Pocos dudan a estas alturas de que por ahí avanza el futuro, credos que se encuentran, se nutren, se recrean y juntos testimonian fe y esperanza ante el mundo. Pocos dudan que el camino es sumar y no restar, es colaborar y compartir, es unirnos en el supremo respeto de la diversidad, es comunión en la esencia y pluralidad en las formas. El único inconveniente es que esos pocos, adictos a la palabra última y la unidad uniformante, aferrados a sus catecismos, prebendas y privilegios, pretenden gobernar la Iglesia. Sin embargo nada pueden los adalides del pensamiento único ante el progreso de la historia.

Las palabras de Joxe en su escrito son las nuestras cuando apunta que se diluyen las fronteras entre los de dentro y los de fuera de la Iglesia oficial: "...todos somos buscadores, peregrinos, hermanos, y todos nos movemos, vivimos y somos en el corazón de Dios." Mientras un nuevo "nosotros" cobra un color, una fuerza incontenible, una amplitud hasta ahora desconocida, el "nosotros" monocolor y caduco, limitado a los adeptos a los dogmas y doctrinas incontestables, trata de perpetuarse por la fuerza de la imposición. No hace falta atravesar Gibraltar para toparse con las más rígidas expresiones del fundamentalismo religioso.

Sr. Munilla, Vd. ya se ha revelado en su verdadera faz. Demasiado pronto ha acabado el "paripé" que se montó ante los medios de comunicación, simulando una actitud conciliadora. Es radicalmente falso que Vds. vayan a trabajar por la unidad en el seno de la Iglesia, máxime cuando la verdadera Iglesia de Jesús ni siquiera se ciñe al ámbito en el que Vds. pretenden ejercer su autoridad... Hay mucho Jesús más allá del cristianismo católico, más allá de la Conferencia Episcopal y el territorio que tratan de marcar a fuerza de destierro y excomulgación.

No sé si Vd. sabe hasta qué punto amamos las libertades, Sr Munilla. No debería yo recordarle que la fraternidad de Jesús jamás puede encarnar si no es en el marco de la más absoluta y exquisita libertad. Vds. construyen cárcel, no Iglesia y entre los barrotes de sus "verdades" y pautas incuestionables, no puede florecer la gloria, cada día renovada, del Reino de Dios.

La libertad es la esencia de nuestra dignidad, y la dignidad es el regalo supremo e irrenunciable de la presencia de Dios en nosotros. Sr. Munilla, Vd. no tiene ningún derecho a cercenar las libertades que Dios ha dado a los católicos guipuzcoanos, menos aún en el nombre de Jesús. La nueva, amplia y universal Iglesia fiel al llamado eterno de Jesús, la nueva y eterna alianza de los hombres y mujeres tocados de fraterno amor, está ya en marcha y Vds. no la pueden, de ninguna de las formas, detener porque desborda su institución, porque ya ha arraigado en lo profundo de millones de corazones de todas las latitudes.

Aquellas letras invernales que por respeto a la voluntad de Joxe no llegamos a difundir, entre otras cosas decían: "Joxe enmudece y a nosotros nos toca escrutar silencios. Sobre todo el silencio de la naturaleza ahora blanca e inmaculada. Esta bendita madre nos dice que todo cambia y evoluciona. Ese libro universal nos susurra que lo que no muta y se adapta, muere...

Sólo sepas que no estás sólo en tu invierno, en tu silencio, amigo, hermano Joxe. Aguardamos la primavera contigo, agazapados en la espesa nieve. En el más frío invierno la naturaleza no calla y nuestra fe no tirita. Preparemos nosotr@s también la primavera de una libertad consagrada, de unos credos reencontrados."

"Sólo callaré ante el Misterio", dice Joxe en la carta de respuesta a la imposición de silencio por parte del obispo de la diócesis guipuzcoana. Al igual que nuestro amigo represaliado, sólo callaremos ante el Misterio sublime, indescifrable, que nos deslumbra y nos postra, el Misterio del amor, único capaz de aplacar el arrebato de estas palabras.

domingo, 20 de junio de 2010

El necesario compromiso político del cristiano, por Francisco Margallo, teólogo.





Los teólogos que mejor conocen la teología surgida del Concilio Vaticano II nos recuerdan que el mensaje bíblico, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento está cargado de acentos utópicos y de crítica social.


Utopía es para ellos el término que mejor recoge los anhelos de felicidad humana, que se encuentran en la tradición judeocristiana, por lo que lamentan que durante siglos los eclesiásticos, y con ellos los místicos cristianos, hayan esperado en el más allá el fin de los sufrimientos y el comienzo de una vida nueva. Esto lo consideran una aberración privatizadora de la fe cristiana, que ofrece innumerables testimonios de la esperanza mesiánica en un futuro mejor para toda la humanidad en la tierra.

En este sentido, y sirviéndose de los documentos conciliares, se esfuerzan en hacernos comprender que las cuestiones públicas no están al margan de la fe, que ha de activarse continuamente en favor de una sociedad más justa y solidaria a escala planetaria. Incluso llegan a decir que si no se presta más atención a la problemática social, no hay redención del hombre de nuestro tiempo.

La Constitución pastoral sobre la Iglesia, que es el documento emblemático del Concilio, insiste repetidamente en que los ciudadanos no podemos rehuir el compromiso político, si queremos humanizar la sociedad.


El origen de la comunidad política lo sitúa dicha constitución en la impotencia que sienten los individuos, las familias y grupos de la sociedad civil para realizar aislados una vida plenamente humana y en la necesidad de una comunidad mayor en la que todos conjuguen sus esfuerzos para una realización más perfecta del bien común.

En síntesis, la comunidad política y el compromiso de los ciudadanos en ella se fundamenta en la naturaleza social del ser humano. Juan XXIII en la Pacem in Terris lo considera un deber inherente a la condición personal. De modo que tanto por su ser personal libre, como por su naturaleza social, el hombre y la mujer están llamados a tomar parte activa en la vida pública.

El documento conciliar citado pide que los ciudadanos estén activos en la vida pública, atentos al bien común y la paz social e insiste en que se eduque también a los jóvenes para que todos, como miembros de la comunidad política, contribuyan a su bien, aunque no se dediquen a la política profesional.


A los que ejercen ese arte tan difícil y noble que es la política les pide que se preparen para ello y lo ejerzan con olvido del propio interés y con integridad moral (GS 73-76).

viernes, 18 de junio de 2010

Saramago, un místico no creyente en el dios "perdonavidas" inventado por el hombre, por Juan José Tamayo.





Caminábamos una mañana de enero de 2006 por las calles de Sevilla Pilar del Río, Sofía Gandarias, José Saramago y yo en dirección al Paraninfo de la Universidad Hispalense para participar en un simposio sobre Diálogo de civilizaciones y modernidad. A las nueve de la mañana, mientras atravesábamos la plaza de la Giralda, comenzaron a repicar las campanas alocadamente.


- “Tocan las campanas porque pasa un teólogo”, dijo con su habitual sentido del humor Saramago.

- “No”, le contesté en el mismo tono, “repican las campanas porque un ateo está a punto de convertirse”.

- “Eso nunca”, me respondió. “Ateo he sido toda mi vida y ateo moriré”.

De inmediato recordé una poética definición de Dios que le recité sin vacilación: “Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio”. “Esa definición es mía”, reaccionó enseguida el premio Nobel. “Efectivamente, por eso la he citado”, le contesté. “Y esa definición está más cerca de un teólogo místico que de un ateo”. Se trata, a mi juicio, de una de las más bellas definiciones de Dios, que merecería aparecer entre las veinticuatro -con ella, veinticinco- de El libro de los veinticuatro filósofos (Siruela, 2000).

La obra literaria de Saramago es una permanente lucha titánica contra Dios. Como lo fuera la del Job bíblico, quien maldice el día que nació, siente asco de su vida y osa preguntar a Dios, en tono desafiante, por qué le ataca tan violentamente, le oprime de manera tan inhumana y le destruye sin piedad. O como el patriarca Jacob, quien pasa toda una noche peleando a brazo partido contra Dios y termina con el nervio ciático herido. No es el caso de Saramago, que nunca se ha dado por vencido y ha salido siempre indemne del combate. A sus 87 años sigue preguntándose y preguntando a los teólogos y creyentes qué diablo de Dios es este que, para enaltecer a Abel, tiene que despreciar a Caín.

Familiarizado con la Biblia, la judía y la cristiana, recrea con humor, un humor iconoclasta de lo divino y lo humano, algunas de sus figuras más emblemáticas. Lo hizo hace veinte años en El evangelio según Jesucristo. Vuelve a hacerlo ahora en la novela Caín, donde recrea literariamente el mito bíblico. La Biblia presenta a Caín como el asesino de su hermano Abel empujado por la envidia y a Dios como “perdonavidas”. Saramago invierte los papeles del bueno y del malo, del asesino y del juez. Responsabiliza a dios (siempre con minúscula) de la muerte de Abel y le acusa de ser rencoroso, arbitrario y enloquecedor de las personas. Caín mata a su hermano no arbitrariamente, sino en legítima defensa, porque dios le había preterido en su favor. Y lo mata porque no puede eliminar a dios.


Se comparta o no esta lectura de la Biblia judía, creo que hay que estar de acuerdo con Saramago en que “la historia de los hombres es la historia de sus desencuentros con dios: ni él nos entiende a nosotros, ni nosotros lo entendemos a él”. ¡Excelente lección de contra-teología!

Cualquiera que fuere la responsabilidad de Caín en la muerte de su hermano, queda en pie la pregunta “¿dónde está tu hermano?”. Y la respuesta no puede ser un evasivo “no sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”, sino, siguiendo con la Biblia, la parábola evangélica del buen samaritano.


Juan José Tamayo es premio Mundial del Presidente de Túnez 2009 por su libro Islam. Cultura, religión y política (Trotta, 2009).

Es el tiempo de un nuevo estilo de vida religiosa, por Diarmuid O´Murchu.



Esta es otra oportunidad de refundarse para los religiosos y religiosas de hoy. ¿Podremos situarnos en el frente de este nuevo cambio en la evolución espiritual? ¿Podemos hacernos realmente presentes en el espacio liminar que nos llama en este nuevo fermento espiritual? ¿Nos podemos comprometer con este reto para superar la confusión de la «libertad de valores» (o ausencia de) en el que este mundo está inmerso? Finalmente, ¿podemos movernos hacia los horizontes proféticos donde los que están espiritualmente hambrientos cuentan sus historias, por mucho que a veces puedan estar cargadas de ambig¸edades y contradicciones?


Gracias a Dios, ahora es nuestro tiempo:


- Un tiempo en el que las limitadas y limitadoras fronteras del espíritu naciente se ensanchan hasta los horizontes inclusivos del Nuevo Reino de Dios.

- Un tiempo en el que estamos llamados a trascender los dualismos que separan y fragmentan la realidad y a recuperar la esencial unicidad de toda la vida en Dios.

- Un tiempo para superar las distinciones nacionales, étnicas, racistas y religiosas en la medida en que volvemos a conectar con ese fermento espiritual que no debe ser reducido nunca a categorías humanas por muy histórica o culturalmente sancionadas que estén.


- Un tiempo para recrear el equilibrio al aprender a acercarnos amistosamente una vez más a la creatividad atrevida y liberadora de lo femenino, de la imaginación, del artista, del profeta.


- Un tiempo para para ver y soñar de nuevo más allá de lo superficial, de las imposiciones utilitarias y sectarias, a menudo legitimadas desde la religión oficial para justificar los imperialismos que explotan a los pobres y a los que sufren en este mundo.

- Un tiempo para llevar a la práctica nuestra creatividad espiritual para cambiar los sistemas y las estructuras que socavan la dignidad humana y la integridad del planeta y para fomentar una distribución más justa e igualitaria de los recursos que hemos recibido de Dios. Esto requerirá una nueva y atrevida interacción entre la espiritualidad y los sistemas políticos.

- Un tiempo para usar de una forma liberadora los ritos y los rituales para aterrizar y encarnar nuestra mutua responsabilidad del crecimiento y desarrollo de todas las criaturas de Dios (incluido el planeta Tierra) y para facilitar un uso más extendido de la sabiduría contemplativa que favorece el discernimiento.

- Finalmente, un tiempo para que los llamados a la vida consagrada sean los catalizadores valientes y generosos de este nuevo fermento espiritual, de modo que no quedemos atrapados en el fundamentalismo religioso, el reduccionismo científico o el secularismo político.

Lo que los religiosos y religiosas hagamos en este tiempo puede tener consecuencias enormes no sólo para el futuro de la vida consagrada o de la fe cristiana sino para la civilización humana y para el mismo planeta. Nuestra vocación liminar y profética no es otra cosa que el compromiso con la realidad global. En este sentido, tenemos también la mejor oportunidad para comprometernos lógica y creativamente con el Espíritu vivo de Dios en aquellos que están muriendo y naciendo de nuevo. Nosotros también estamos llamados a permanecer en los nuevos umbrales, más allá del Calvario de este mundo mecanicista en agonía, en la medida en que nos movemos hacia los horizontes de una posible resurrección en un mundo que sufre deseando nacer de nuevo.


Nuestra oración diaria necesita implorar la sabiduría y coraje para superar nuestro reverenciado pasado y para abrazar el nuevo horizonte espiritual que alborea en nuestro mundo. Necesitamos pedir sabiduría y coraje para comprometernos en la oscuridad que nos amenaza pero, más importante aún, para reflejar la luz de la esperanza que perdura y al final transforma incluso las horas más oscuras.

jueves, 17 de junio de 2010

¿La inquisición renace en San Sebastian con el Obispo Munilla?





Autor: Jesús Bastante.

El testimonio es desgarrador, destroza el alma... Piensas que no es posible, que la época del nepotismo y de la Inquisición, de las venganzas puras y duras, del exterminio, han finalizado. Y resulta que no.


Resulta triste, muy triste, escribir estas letras, pues pese a los enfrentamientos siempre he considerado a José Ignacio Munilla un compañero en la fe, hasta en ocasiones un amigo. Pero la noticia que hoy nos llega es tremebunda, impropia de un sucesor de los Apóstoles. Con tintes mafiosos, inaceptables. A Munilla no le ha bastado con conminar al silencio al franciscano José Arregi, el mismo que denunció la existencia de "listas negras" en el ordenador del hoy obispo -cosa que él mismo reconoció ante muchos sacerdotes de la diócesis. No. Copio lo siguiente de una carta escrita por el franciscano, y que transcribe la exigencia de Munilla a su superior provincial:

“Debéis callar del todo a José Arregi. Yo no puedo, hasta dentro de dos años [hasta que haya tomado las riendas de la diócesis], adoptar directamente esta medida contra él. Pero ahora debéis actuar vosotros. Os exijo que lo hagáis”. Y pidió a mi provincial y vicario provincial que me destinen a América a trabajar con los pobres, y ello –les dijo– como “como medida de gracia”, como “ocasión de gracia”. Soy – les dijo también – “agua sucia que contamina a todos, a los de fuera de la Iglesia al igual que a los de dentro”. O irme a América o callar del todo: he ahí la alternativa.


Este hombre no puede seguir un minuto más en la diócesis. Y no me refiero a Arregui, sino a su supuesto pastor. Que en los pocos meses que lleva en el cargo ha demostrado, con creces, su ineficacia y sus errores. Pero que hasta ahora no había evidenciado su mala fe. "Callar del todo". Una frase que hace sangre, incluso, a las víctimas a las que él tanto ha defendido durante tanto tiempo. Triste, muy triste. Brutal. Agua sucia que contamina a todos.

Quisiera acabar haciendo mías otras frases de Arregui, pero hoy el corazón no me da para más. Quisiera ser mejor, más misericordioso, más cristiano. Hoy no puedo. Así que dejo que hable, de nuevo, José Arregui. Que tiene mucho más valor: perdonar desde la hoguera a aquel que ordena prender la pira.

"Ésta es mi Iglesia. En ella he aprendido a respirar y a vivir. En ella he descubierto que no hay fronteras entre los de dentro y los de fuera, y que todos somos buscadores, peregrinos, hermanos, y que todos nos movemos, vivimos y somos en el corazón de Dios. En ella, también entre quienes piensan de otra manera, tengo infinidad de hermanas y de hermanos, cada uno con su error y sus heridas, cada uno con su fuente de agua limpia en el fondo de su ser. También Monseñor Munilla es mi hermano, aunque los dos hayamos de soportar este conflicto.
Esta es mi Iglesia y en ella me quedaré. Pero en ella quiero ser libre".

La Iglesia católica sigue siendo privilegiada, goza de exenciones especiales y se olvida de "recordar" la ayuda del Estado a su labor asistencial.



Tomado de http://www.redescristianas.net/2010/01/12/mas-de-6000-millones-de-euros-para-financiar-la-iglesia-catolicaj-b/











Los obispos pueden respirar tranquilos. El Concordato que rige las relaciones entre España y el Vaticano tiene una salud de hierro, a pesar de que ya han pasado más de 30 años desde su última revisión. El Gobierno no tiene en mente afrontar este tema, que afecta directamente a la financiación de la Iglesia católica. Esta institución proseguirá en 2010 con sus privilegios frente a otros credos minoritarios.

Pese a sus quejas, la jerarquía eclesiástica recibe enormes beneficios de las distintas Administraciones del Estado, que contrastan con la ausencia de ayudas al resto de religiones. Los datos son definitivos. Cada año, el Estado financia con más de 6.000 millones de euros las actividades educativas, sociales, sanitarias y de culto de la Iglesia católica. Sólo en centros escolares, se ceden más de 3.500 millones, más otros 600 destinados a pagar a los profesores de Religión u otros docentes en centros concertados.

La declaración de la renta reportó a los católicos 241 millones en 2009
A ello hay que añadirle los 241 millones que la Conferencia Episcopal obtuvo de la última declaración de la Renta (el 5% del total que recibe la Iglesia del Estado), los que van a parar a las ONG católicas a través de la otra casilla del IRPF, y las exenciones que, pese a lo que dice la ley, aún mantiene la institución.

En 2005, la Iglesia católica consiguió una sensible mejora de la financiación directa del Estado, a través del IRPF, al lograr un incremento hasta el 0,7%. En un año, se pasó de 150 a 210 millones. En el pasado ejercicio, la cifra ascendió a los 241 millones de euros. Y no parece que el sistema vaya a cambiar.

No ocurre lo mismo con las otras confesiones. Pese a que las negociaciones señalaban lo contrario, no contarán en 2010 con una casilla propia en el IRPF. Judíos, musulmanes y evangélicos tendrán que esperar, una vez más.

Por el momento, los Presupuestos Generales del Estado para 2010 aprobaron, a última hora, la declaración de Bien de Interés Cultural de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) , que en el verano de 2011 traerá a Benedicto XVI a Madrid.

Esto supone, entre otras cosas, que las empresas que financien el evento recibirán exenciones fiscales de hasta el 80%. Además, y aunque Ratzinger no viene a España como jefe de Estado, las distintas Administraciones garantizarán la seguridad de toda la jornada, así como lo relacionado con la sanidad, limpieza...

Jesus y la Mística en el siglo XXI



Conferencia de Willigis Jäger en Madrid 09.06.2010

Aquí podéis escuchar la última conferencia de Willigis, Benedictino y Maestro Zen, en Madrid:

El Testamento de un monje cisterciense enamorado del islam, asesinado en Argelia.


Testamento del Padre Christian

abierto el domingo de Pentecostés, 25 de mayo de 1996


Cuando un A-Dios se vislumbra...

Si me sucediera un día --y ese día podría ser hoy--
ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento
a todos los extranjeros que viven en Argelia,
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia,
recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.
Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida
no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.


Que recen por mí.
¿Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas
y abandonadas en la indiferencia del anonimato.
Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos.


En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal
que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,
inclusive del que podría golpearme ciegamente.
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez
que me permita pedir el perdón de Dios
y el de mis hermanos los hombres,
y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido.
Yo no podría desear una muerte semejante.
Me parece importante proclamarlo.
En efecto, no veo cómo podría alegrarme
que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato.
Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la "gracia del martirio"
debérsela a un argelino, quienquiera que sea,
sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.

Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente.
Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto islamismo.
Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila
identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.
Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.


Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido,
encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio
que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia,
precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes.

Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón
a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista:
"¡qué diga ahora lo que piensa de esto!"
Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad.


Entonces podré, si Dios así lo quiere,
hundir mi mirada en la del Padre
para contemplar con El a Sus hijos del Islam
tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo
,
frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu,
cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión
y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.


Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos,
doy gracias a Dios que parece haberla querido enteramente
para este GOZO, contra y a pesar de todo.


En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida,
yo os incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy,
y a vosotros, amigos de aquí,
junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanos y los suyos,
¡el céntuplo concedido, como fue prometido!


Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías.
Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este "A-DIOS" en cuyo rostro te contemplo.
Y que nos sea concedido rencontrarnos como ladrones felices
en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío.
¡AMEN! IM JALLAH!

Argel, 1 de diciembre de 1993
Tibhirine, 1 de enero de 1994

Christian.+

miércoles, 16 de junio de 2010

SINDROMES RELIGIOSOS CRISTIANOS, por José Carlos Bermejo.


Dice el diccionario que un síndrome es un conjunto de síntomas y signos que existen a un tiempo y definen un estado morboso determinado. Obviamente, es un concepto relacionado con la salud y la enfermedad. Pero salud y enfermedad no se encuentran sólo en el cuerpo y en la mente. También en el ámbito de las creencias se producen manifestaciones de enfermedades vistas por el observador (signos) y fenómenos indicativos de patología percibidas por el mismo creyente (síntomas).

Nada nuevo bajo el sol. Las religiones son propuestas humanizadoras, que se sitúan en el ámbito de la adhesión libre a un modo de buscar la felicidad adhiriéndose a un grupo y a una Persona que nos trasciende. Pero también pueden ser fuente de patología, de sufrimiento. Sólo el ciego no vería diferentes conjuntos de síntomas y signos indicadores de patología en el creer cristiano.


Síndrome del milagrero

Lo padecen aquellas personas que viven la religión como el ámbito en el que el devenir de las cosas puede cambiar sin que sea esperado ni explicable. Quien lo padece, entiende el milagro como una excepción de las leyes de la naturaleza y se olvida del sentido de la palabra “miraculum”, que en latín significa hecho admirable, algo digno de ser admirado.


El que padece este síndrome piensa en Dios sobre todo, manifestándose quebrantando las leyes de la naturaleza, y apoya su esperanza en intervenciones especiales como signos aparatosos y prodigios que violan las leyes naturales.

Se olvidan de que más que el hecho en sí, es el modo de realizarlo lo que da carácter de milagro a un determinado hecho y, sobre todo, el simbolismo o significado de dicha actuación que el protagonista reivindica o los presentes deducen.

Síndrome de sobre- culpa religiosa


Padecen este síntoma aquellos creyentes que viven la religión sobre todo como fuente de culpa. Alcanza el máximo nivel el escrupuloso, contemplado en la teología moral. Los escrúpulos son un trastorno de la conciencia que san Alfonso definía como aquella "que por motivos leves, sin causa o fundamento razonable, a menudo teme el pecado donde de hecho no existe". Y esto se manifiesta tanto en el discernimiento que precede a la acción como luego, en el miedo de haber cometido pecado mortal.

Es siempre muy importante la distinción entre la escrupulosidad verdadera y la transitoria (que puede ser sólo un momento del crecimiento de la persona) y, sobre todo, de la conciencia timorata, que intenta evitar el mal incluso en sus formas menos graves. La conciencia timorata está libre de la angustia y de la incapacidad de conseguir la paz interior, que distingue, en cambio, a la conciencia escrupulosa.

Síndrome del fanatismo


El fanatismo es un concepto que suele llevar “apellido”. Hablamos de “fanatismo religioso”, “fanatismo racial”, “fanatismo político”, etc. El fanatismo es, básicamente, un ahorro de energía psicológica, es decir, de ahorro de las sensaciones que producen las dudas. Una persona que experimenta dudas en una situación determinada se encuentra en la necesidad de realizar una elaboración compleja: ha de buscar las distintas posibilidades, estudiarlas, sopesarlas, calcular los factores que pueden intervenir, mirar el problema desde distintos puntos de vista, calcular las posibilidades de éxito/fracaso... Durante ese proceso el psiquismo trabaja mucho, se experimenta una sensación de inseguridad, las acciones son más lentas y la incertidumbre produce cierto temor (al fracaso, al error, a las consecuencias, etc).

El fanatismo religioso elimina la incertidumbre propia de la fe. El fanatismo religioso esconde terribles efectos secundarios: limita la libertad, empobrece el psiquismo, incomunica, limita la autocrítica y el afán de superación, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos desemboca en la negación de la dignidad humana.


Síndrome fundamentalista

La palabra fundamentalismo nació en EEUU y, curiosamente hoy los dirigentes de la nación más poderosa del planeta se muestran orgullosos de ser los bendecidos por Dios. Más aún, y es ése el auténtico rostro, su fundamentalismo se manifiesta en la obcecada concepción que tienen de su misión en el mundo, en la arrogancia de sus actos, en la mirada entre protectora e imperial al resto de los humanos.


Un fundamentalista es alguien que niega todo discurso, alguien con el que no se puede hablar, un hombre para el que algo es sagrado, y que no está dispuesto a negociarlo. El fundamentalismo cristiano es un fenómeno en gran medida protestante. La historia enseña que de tales lecturas literales de determinados textos siempre han emanado impulsos de revitalización y renovación de tradiciones. La ortodoxia, en cambio, es una construcción intelectual católica. Presupone una instancia legitimadora de la evolución de la doctrina, es decir, una instancia que se remonte al origen y la tradición.


Síndrome del dolorismo

El dolorismo identifica una tendencia caracterizada por la exaltación del valor del dolor, y que tuvo una repercusión social, sobre todo en el periodo entre las dos guerras mundiales, al ser aceptada por un gran número de intelectuales y una amplia variedad de grupos sociales.

El término apareció en Francia, en 1919, creado por Paul Soday y difundido por Julián Teppe. Se considera al dolor, y sobre todo al dolor físico, un medio de autodescubrimiento, un camino para entender la verdad básica en relación a uno mismo, un medio de purificación y liberación del individuo de las ataduras terrestres que podía hacerle más compasivo hacia los demás y más lúcido hacia uno mismo.

La tendencia dolorista persiste todavía, pero no sólo en el ámbito intelectual, sino que con frecuencia encontramos personas que a nivel espiritual identifican el sufrimiento con virtud y el placer con pecado. Asimismo, quien sufre este síndrome, es capaz de realizar sacrificios en términos de intercambios con Dios de dolores (ofrecimiento), con objeto de conseguir alguna ventaja.

Síndrome de la ob-sexión

Este síndrome consiste en un conjunto de signos y síntomas en el pensamiento y en la conducta que polarizan las implicaciones religiosas a nivel ético en el ámbito de la sexualidad.

No es indiferente, por ejemplo, la escasez de pronunciamientos y parece también que de interés generalizado por el fenómeno del sida cuando en Europa parece haberse congelado y convertido en una enfermedad crónica y en Africa continúa siendo una enfermedad que mata. Inicialmente se reclamaba la responsabilidad individual, particularmente en el ejercicio de la sexualidad y hoy, que sería necesario reclamar cada vez más fuerte valores de justicia, nos encontramos más silencio.

Síndrome del avestruz religioso

El síndrome del avestruz religioso lo padecen aquellas personas que, por pertenecer al grupo de creyentes, no se permiten ver problemas existentes a nivel tanto teórico como práctico en el grupo. Pensemos, por ejemplo, en aquellos teólogos que, en su trabajo, parten del punto de llegada con el que quieren oficialmente estar de acuerdo y acomodan sus investigaciones y sus reflexiones al mismo, en lugar de partir de tesis abiertas a su verificación o no por los caminos propios de la investigación teológica.

El avestruz religioso no ve que el hecho de que la mujer no tenga acceso al sacerdocio sea un problema, por ejemplo. Como tampoco ve que el celibato obligatorio de los presbíteros sea un problema. O que las cuestiones más importantes en el ámbito de la moral relacionada con el VIH estén en el ámbito de la moral social y del principio de justicia. El avestruz religioso sólo ve lo “políticamente correcto” y se instala en la defensa de la ceguera evitando el compromiso de pensar y ser coherente con los descubrimientos personales y comunitarios.

Síndrome del marianismo

El marianismo define el papel ideal de la mujer tomando como modelo de perfección la Virgen María. De este modo, se concibe a la mujer como un ser sacrificado y sumiso, cuya misión es dar todo sin recibir nada a cambio, viviendo, tanto literalmente como metafóricamente, a la sombra del hombre (padre, marido, hijo) y de la familia.

El marianismo es la otra cara del machismo. La obligación de las mujeres que lo padecen es sobre-proporcionar atención y placer, sin recibirlos, sobre-vivir a la sombra de sus hombres, engendrar niños, vivir como una monja de convento de hace siglos pero “la orden del matrimonio”

En nuestra realidad cultural latina, la opresión y la exclusión de la mujer se manifiestan, en la construcción social, en por lo menos los dos postulados del machismo y del marianismo.

Ambas adversidades -el machismo y marianismo- tienen como meta final organizar y justificar la opresión y la exclusión de la mujer en el núcleo familiar, centros de trabajo, organizaciones políticas, lugares de adoración, o sea, en nuestra sociedad en general. La manifestación de la opresión y la exclusión en todo momento se da, por lo menos, en dos niveles: en lo personal y en lo estructural.

Estoy convencido de que las religiones son propuestas sanas de humanización, pero vulnerables. Y como tal, susceptibles de desarrollar algunos síndromes necesitados de atención. También la religión necesita ser humanizada.

José Carlos Bermejo

Partido Popular, ¿el partido de los trabajadores? por Vicenç Navarro.





Existe una percepción generalizada en la cultura mediática y política del país de que España es un país de clases medias, es decir, un país en el que la mayoría de la población es, y se define como clase media. En esta visión, la estructura social de España consta, por un lado, de los ricos y, por el otro, de los pobres, y entre los dos polos están las clases medias. A veces se utiliza otra terminología y se habla de clases altas, clases medias y clases bajas.

Esta visión de la estructura social es, sin embargo, profundamente ideológica, promovida por el pensamiento neoliberal que ha contagiado a la mayoría de sensibilidades políticas del país. La evidencia científica, ignorada sistemáticamente por los mayores medios de información y persuasión, es que en España y en los países desarrollados a ambos lados del Atlántico continúan existiendo clases sociales, mejor definidas por la terminología científica, utilizada por todas las mayores tradiciones sociológicas del siglo XX, es decir, burguesía (en EEUU se llama Corporate Class o clase empresarial), pequeña burguesía (llamada clase media de renta alta en EEUU), clase media y clase trabajadora.

Y cuando se pregunta a la población a qué clase pertenece, hay más personas (en todos los países de la OCDE donde se ha hecho esta pregunta) que se definen como pertenecientes a la clase trabajadora que a la clase media. Es interesante, por cierto, que estos porcentajes varían según la cultura política dominante en el país. Así, en países de cultura socialdemócrata como los países escandinavos (los países, por cierto, más ricos de Europa), el porcentaje de la población que se define como clase trabajadora es mayor que en los países de cultura conservadora o liberal, como EEUU o el Sur de Europa. Pero incluso en éstos hay más ciudadanos que se consideran miembros de la clase trabajadora que de la clase media.

La otra observación que merece hacerse es que en general los partidos liberales y/o conservadores utilizan más la expresión clase media que los partidos de izquierda, aún cuando hay excepciones. Y estos días estamos viendo un cambio significativo en España. Mientras el gobierno socialista continúa haciendo referencia a los sacrificios necesarios que tiene que hacer la clase media (asumiendo, erróneamente, que son la mayoría de la población) para salir de la crisis, el Partido Popular ha comenzado a utilizar la expresión de clase trabajadora, llegando incluso a definirse como el partido de los trabajadores. Una metamorfosis política, no carente de oportunismo político. El PP quiere subrayar que el PSOE está cambiando su compromiso tradicional con la clase trabajadora, abandonándola no sólo en la terminología utilizada en su discurso, sino también en sus políticas públicas. El descenso de los salarios de los trabajadores y empleados públicos y la destrucción de empleo (que tiene lugar como consecuencia de la reducción del empleo y gasto público), así como la congelación de las pensiones, ha sacado a la luz una serie de vulnerabilidades del Partido Socialista Obrero Español, que el PP intenta utilizar presentándose como el auténtico defensor de los trabajadores, medida oportunista e inteligente, que de ser exitosa le supondría su victoria electoral, deseada, por cierto, por la mayoría de los medios de información y persuasión de mayor difusión en España.

El punto débil de tal estrategia es la propia experiencia que tal Partido tiene en su periodo de gobierno (1996-2004). El hecho de que el dirigente de tal partido, el Sr. Mariano Rajoy, haya indicado que, para salir de la crisis, el PP llevará a cabo las mismas políticas que utilizó el gobierno Aznar (que –según Rajoy- sacaron a España de la crisis económica anterior) muestra la gran vulnerabilidad de su nueva definición como partido de los trabajadores, puesto que de la evaluación de aquellas políticas es difícil (en realidad imposible) llegar a la conclusión de que el PP fuera el partido que defendiera los intereses de aquellos que se ganan la vida a base del trabajo. Veamos los datos.

El primer dato, que el PP muestra a su favor es el descenso del desempleo durante le periodo 1996-2004. Pero se olvida que la calidad de la mayoría de puestos de trabajo creados fue baja, desaprovechando la oportunidad de crear mejores puestos si se hubieran seguido políticas públicas distintas. El gran crecimiento en la creación de empleo en aquellos años se centró en la construcción, consecuencia del boom inmobiliario dirigido por el complejo bancario-sector inmobiliario-industria de la construcción, que se convirtió en el eje del crecimiento económico del país. Este complejo, que el PP estimuló con sus políticas fiscales y económicas (mediante, entre otras medidas, la desregulación del suelo y de los mercados de trabajo, su reducción de impuestos de las rentas del capital y rentas superiores y su dependencia en la inmigración escasamente regulada), tuvo un impacto enormemente negativo en la economía española, pues absorbió gran cantidad de recursos que tenían que haberse aprovechado para crear mejores puestos de trabajo, con mayor productividad y mejores salarios. En realidad, durante el periodo 1996-2004, la masa salarial descendió, con lo cual las rentas del trabajo como porcentaje de las rentas totales del país bajaron espectacularmente. Pasaron de representar el 66% de la renta nacional al 61%, el mayor descenso (después de Alemania) de las rentas del trabajo en cualquier país de la UE-15. Los datos muestran que las políticas del PP favorecieron mucho más a la clase empresarial que a la clase trabajadora, pues las rentas del capital y las rentas superiores se dispararon a costa de las rentas del trabajo. Los beneficios empresariales vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (más del doble de la media de la UE-15, que fue un 33%), mientras que los costes laborales aumentaron durante el mismo periodo un 3,7% (cinco veces menos que en la UE-15, un 18%). Estos datos muestran claramente que el PP, aplicando las mismas políticas que propone desarrollar ahora, fue el partido, no de los trabajadores, sino de los empresarios. No hay ningún cambio en sus propuestas que pudiera llegar a resultados distintos, justificando su autodefinición de Partido de los Trabajadores.

Pero continuemos mirando los datos. Y analicemos la evolución del gasto público social por habitante durante el periodo 1996-2004 (mandato del supuesto Partido de los Trabajadores). Este gasto es el gasto que sostiene el estado del bienestar español, es decir, las pensiones, la sanidad pública, la educación pública, los servicios sociales públicos y otros servicios públicos que determinan en gran manera el bienestar y la calidad de vida de las clases populares, y, muy en particular, de la clase trabajadora. Pues bien, según los datos del Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, España, que tenía ya entonces el gasto público social por habitante más bajo de la UE-15, vio aumentar todavía más el enorme déficit de gasto público social que tenía con el promedio de la UE-15 durante el periodo 1996-2004. España en 1996 se gastaba 1.904 euros estandarizados (es decir, euros modificados para que pueda homologarse su capacidad de compra con la de los países de la UE-15) por habitante menos que el promedio de la UE-15. Al final del mandato del supuesto Partido de los Trabajadores (2004), tal déficit social aumentó a 2.243, el mayor déficit que cualquier país tuviera con el promedio de la UE-15. La causa de ello es que el gobierno Aznar, bajo la dirección económica del Sr. Rodrigo Rato, además de bajar los impuestos, transfirió fondos de las áreas sociales al presupuesto general del Estado (a fin de reducir el déficit del presupuesto del Estado), de manera que cuando, por fin, se consiguió (según dijo Aznar) alcanzar el equilibrio de las cuentas del Estado, ello se había hecho a costa del estado del bienestar español, como más de un líder europeo le recordó. Cuando el Presidente Aznar, sacando pecho, se mostraba orgulloso ante sus colegas de la UE-15, de no sólo haber reducido el déficit del estado por debajo del 3% del PIB, sino de haberlo eliminado, más de un dirigente europeo le señaló que el gigante económico español (el PP repitió hasta la saciedad que éramos la octava potencia del mundo) se había construido, no sólo con salarios bajos, sino también con un estado del bienestar poco desarrollado. El gigante económico tenía pies de barro sociales.

El crecimiento del déficit del gasto público social por habitante en relación con la UE-15 fue también muy acentuado en el capítulo de gasto público en prestaciones a la vejez (que incluyen las pensiones). Tal déficit aumentó de 690 euros estandarizados por habitante a 782. Ello contribuyó al aumento de la pobreza entre los ancianos, que subió durante su mandato de 14% a 30% (Eurostat, 2010) hecho que invalida su profesión de defensores, no sólo de los trabajadores, sino también de los pensionistas. Por cierto, la derecha catalana, CIU, apoyó todas las políticas públicas a las cuales hago referencia.

El problema que tienen, pues, las derechas es que si se supieran todos estos datos, su credibilidad sería fácilmente cuestionada. La suerte que tiene es que la sensibilidad neoliberal que predomina en la mayoría de medios de información y persuasión de nuestro país, hace que estos datos sean escasamente conocidos. Y ahí está uno de los mayores problemas que tenemos en España: la falta de diversidad ideológica en la mayoría de medios de mayor difusión. Consecuencia de ello es que muchos trabajadores y pensionistas no relacionan el crónico deterioro de su situación con las políticas neoliberales del PP (reproducidas, en ocasiones, por los equipos económicos de los gobiernos PSOE). Tales medios tienden a dar mayor visibilidad a temas religiosos o nacionalistas que movilizan a sectores de la clase trabajadora que apoyan al PP, ocultando su responsabilidad en el deterioro económico y social del país. El crucifijo y las banderas siempre han sido utilizados por las derechas para movilizar a los trabajadores y pensionistas en contra de sus intereses.

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

martes, 15 de junio de 2010

Sabiduría de los Padres y Madres del monacato cristiano.




Hubo un tiempo en que Egipto, era un país cristiano. Durante los primeros siete siglos de nuestra era el cristianismo en Egipto fue una religión que crecía en fieles día tras día. Hoy en día los Coptos del Patriarcado de Alejandría, con sede en El Cairo, son una minoría mínima y no muy bien tratada por el gobierno egipcio, pero eso es otra historia.


En aquellos tiempos el desierto que abraza el Nilo se pobló de eremitas, personas solitarias que se aislaban del mundo y vivían en un continuo ascetismo religioso. Ayer se recordaba la muerte de San Antonio Abad, uno de estos eremitas egipcios, pero no voy a parar en las características del culto que se le da a San Antonio, muy relacionado con los animales domésticos, voy a recordar a todos estos eremitas que hoy llamamos los Padres del Desierto.


Estos hombres abandonaron las populosas ciudades grecorromanas del Egipto del s.III y IV para dirigirse al desierto y vivir en soledad. En esta soledad buscaban, como digo, la ascesis, es decir, una paz interior para posibilitar la reunión mística con Dios. Sus dichos fueron recopilados y traducidos generando lo que hoy podemos encontrar como la sabiduría de los Padres del Desierto.


Este tipo de escritos, se pueden encontrar en cualquier librería de temática religiosa, no se esconden, y están llenos de enseñanzas que viven ahí desde siempre pero que el cristianismo europeo no ha sabido utilizar. Para encontrar enseñanzas sobre la mística y la unión con el Absoluto mucha gente se lanza a los brazos de versiones edulcoradas y muy suavizadas de religiones y cultos orientales, convencidos de que este tipo de cosas no existen en la herencia cristiana que hemos recibido.


El cristianismo se ha dibujado con los años y con la seguridad que da la hegemonía social, como una religión que guardaba la espiritualidad y la escondía en los conventos. El gran error de la Iglesia es no haber enseñado oración contemplativa, y no importa si uno es religioso o laico, tanto uno como el otro necesita de Dios y si quiere lo busca. El problema para el laico es que no tiene a su alcance técnicas de meditación mística con las que pueda buscar una experiencia personal, unitiva y amorosa con Dios. Se nos da un montón de fórmulas de oración muy estipuladas, pero muchas veces, la oración verbal se convierte en una frontera para la cual no tenemos llave. Si no encontramos la llave para cruzar esa frontera en nuestra cultura, salimos a buscarla en otras culturas y nos topamos con oriente, pero un oriente falseado. Todo lo que el hombre del s. XXI busca en la mística oriental lo tenemos, si sabemos buscar, muy cerca, en los Padres del Desierto. Como muestra un botón.

Agathón caminaba con sus discípulos. Uno de ellos encontró una arveja y pidió al Anciano: "Padre, me permites tomarla?" Agathón le preguntó: "Eres tú quien la depositó acá?". El hermano lo negó. "Entonces, prosiguió el Anciano, por qué quieres tomar lo que no es tuyo?"

Se decía de Agathón que vivió tres años con un guijarro en la boca, hasta que logró el silencio.

"Un hombre en cólera, incluso si resucitó a un muerto, no sería agradable a Dios."

Abba Poimén dijo a José: "Dime cómo convertirme en un monje". El respondió: "Si quieres encontrar reposo aquí abajo y más tarde también; di en toda ocasión: ¿quién soy yo? y no juzgues a nadie".

Un hermano interrogó al abba José diciendo: "¿Qué debo hacer, ya que no tengo fuerzas para soportar los males ni para trabajar en hacer caridad?" El Anciano respondió: "Si no puedes cumplir ninguna de estas cosas, guarda al menos tu conciencia de todo mal con respecto al prójimo y así te salvarás".

Abba Lot fue en busca de José y le dijo: "Abba, de acuerdo con lo que yo puedo, recito un oficio corto, ayuno un poco, oro, medito, vivo en el recogimiento y, tanto como puedo, me purifico de mis pensamientos. ¿Qué más debo hacer?" Entonces el Anciano se levantó y extendió sus manos hacia el cielo. Sus dedos se convirtieron en diez lámparas encendidas y le dijo: "Si tú quieres, te conviertes enteramente en un fuego".

Se contaba de Juan Colobos que, habiéndose retirado con un Anciano tebano en Escete, moraba en .el desierto. Su abba, tomando una rama seca la plantó y le dijo: "Cada día, riégala con un cántaro de agua, hasta que ella produzca fruto". El agua estaba tan lejos que era necesario partir a la tarde y regresar a la mañana siguiente. Al cabo de tres años, la madera revivió y produjo frutos. Entonces el Anciano, tomando este fruto lo llevó a la Iglesia y dijo a los hermanos: "Tomad, comed el fruto de la obediencia".


El mismo Macario dijo: "Si, reprendiendo a alguien tú te dejas llevar por la cólera, satisfaces tu propia pasión. Por lo tanto no te pierdas a ti mismo para salvar a los otros".

Se interrogó un día al abba Silvano diciendo: "¿Qué género de vida llevaste, Padre, para recibir esa sabiduría?" El respondió: "Jamás dejé penetrar en mi corazón un pensamiento que atrajera la cólera de Dios".

Los Legionarios de Cristo: un fruto podrido


Tomado de http://www.envio.org.ni/articulo/4008

Marcel Maciel, ya difunto, es hoy un mito desmoronado por su escandalosa vida de pederasta, vicioso, amante del dinero y cómplice de acaudalados. Pero aún están vivos los Legionarios de Cristo, la organización religiosa-empresarial por él fundada, que tuvo un respaldo total del Papa Juan Pablo II. Está en marcha una investigación a los Legionarios, ordenada por el Papa Benedicto XVI. ¿Separará a este fruto podrido del resto o permitirá que siga contaminando a la Iglesia católica?

Jorge Alonso


A lo largo de la bimilenaria historia de la Iglesia Católica han ido apareciendo organizaciones que se han propuesto vivir más profundamente y difundir más eficazmente el mensaje de los evangelios. En general, y en sus orígenes, las fundaciones de vida religiosa han pretendido ser un testimonio crítico del “mundo” (del sistema), que pone su triunfo en la riqueza, el vano honor, la soberbia y demás vicios.





UN ABANICO
DE ÓRDENES RELIGIOSAS




Las más antiguas de estas agrupaciones fueron las órdenes monásticas, como los Benedictinos, fundados en el siglo VI por San Benito. En el siglo XII San Bruno fundó los Cartujos. Los monjes se dedicaban a la oración y trabajaban con sus manos para mantenerse. Los Carmelitas iniciaron con San Bartolo del Monte Carmelo en ese mismo siglo. Con el tiempo, algunas de estas órdenes experimentaron algunas modificaciones, como fueron las y los Carmelitas Descalzos, organizados en el siglo XVI por Santa Teresa y San Juan de la Cruz. En el siglo XIII aparecieron las órdenes mendicantes. Sus integrantes ya no se llamaban monjes sino frailes. Santo Domingo fundó a los Dominicos como una orden de predicadores, y San Francisco de Asís a los Franciscanos como una respuesta de vida pobre frente a los excesos del clero de su tiempo. Entre los Franciscanos hubo muchas derivaciones: Terciarios, Capuchinos, Clarisas. También en el siglo XIII se reorganizaron como orden religiosa mendicante los Agustinos. En el siglo XVI San Ignacio de Loyola introdujo una modalidad importante a la orden que fundó. Ya no se reunían a diario para rezar, sino que serían “contemplativos en la acción”. En su núcleo fundador había un puñado de doctores egresados de la Universidad de París, que se dedicaron a evangelizar fuera de las fronteras de Europa y a fundar colegios. Posteriormente, San Juan de Dios fundó una orden hospitalaria. Ya en el siglo XVI se pasó de la formalidad de “órdenes religiosas” a la de congregaciones religiosas. San Felipe Neri dio nacimiento a una congregación de seculares y seglares. A finales de ese siglo San José de Calasanz fundó los Escolapios para educar a los niños pobres y abandonados. En el siglo XVII San Juan Bautista de la Salle dio forma al Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En el siglo XIX San Marcelino Champagnat hizo surgir a los Hermanos Maristas y San Juan Bosco a los Salesianos. También en ese siglo surgieron decenas de congregaciones religiosas femeninas, dedicadas a la educación y a los servicios de salud.

Con su carisma, cada uno de los fundadores le dio un sello propio a su organización religiosa para que ofreciera respuestas a importantes problemas religiosos y sociales.





NACIDOS EN 1941,
HOY “MILLONARIOS DE CRISTO”





La modalidad de “congregación religiosa” ha sido muy prolífica y ha tenido diferentes alcances. Entre las últimas hay una cuyo fundador es la antípoda de una larga tradición de ejemplaridad, pues modeló una institución acorde con el sistema de explotación y dominación, alejada totalmente de la fidelidad al evangelio.

En enero de 1941 un joven seminarista mexicano, Marcial Maciel, fundó la congregación religiosa denominada Legión de Cristo. No deja de llamar la atención su mismo nombre. Si uno busca en los evangelios la palabra “legión” en singular, tanto en Marcos como en Lucas, corresponde al nombre demoniaco que un poseso confiesa a Jesús: “Mi nombre es Legión”. Según la página oficial de esta organización, sus primeros miembros llegaron a España en 1946 y a Roma en 1950, donde establecieron su sede general. Afirman con orgullo que para entonces tenían ya seminarios menores llenos de adolescentes en México y en España. Después abrieron noviciados en Irlanda y Estados Unidos. Posteriormente, los legionarios se encargaron de colegios y dieron forma a un movimiento que llamaron Regnum Christi. En 2004 Juan Pablo II encomendó a los legionarios el Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén.

En la actualidad, esta congregación tiene 125 casas religiosas, 200 centros educativos y otros 600 centros para la formación y el apostolado de los laicos. Los legionarios se ufanan de contar con más de 800 sacerdotes, 5 mil seminaristas y 85 mil laicos pertenecientes al Regnum Christi en 40 países. Han logrado el apoyo económico de poseedores de grandes fortunas y el impulso político de partidos y grupos conservadores. El presupuesto de la red de sus instituciones llega a los 650 millones de dólares anuales. Por su característico afán de cercanía al dinero, son conocidos popularmente como “los millonarios de Cristo”. Un apelativo adecuado porque combinan tres poderes: el económico, el político y el de la alta jerarquía católica.
1997: EL “MODELO”
ES UN ABUSADOR SEXUAL

Desde el principio de su historia esta organización tiene muchas sombras. En 1946 llegaron a la universidad jesuita de Comillas en España, pero fueron expulsados por acusaciones de pederastia. No obstante, la organización prosperó porque supo utilizar a la religión como fuente de poder y de dinero. Sus dirigentes han sido muy hábiles en tejer redes con importantes políticos, tanto civiles como religiosos, y con católicos adinerados. Y así, ha dispuesto de cuantiosos recursos para comprar lealtades.

En 1994, el Papa Juan Pablo II señaló a su fundador, Marcial Maciel, como guía eficaz de la juventud y como modelo de vida. Fue poco después, en 1997, que ocho ex-miembros de esta organización, siete mexicanos y un español, se atrevieron a denunciar públicamente ante la Santa Sede las atrocidades que padecieron de parte de Maciel, a quien acusaron de haber abusado sexualmente de ellos de forma repetida cuando eran adolescentes.

Recordando el Concilio Menor de Sárdica, apelaban directamente al Papa. Se confesaban hombres cristianos:
“Con pleno derecho, y ahora aún más en legítima defensa, nos decidimos a declarar la terrible y dolorosa verdad
del oscuro mal oculto, casi desde la fundación de su institución, durante más de cuatro décadas, acerca de la encubierta conducta inmoral del mismo fundador y superior general de la Legión de Cristo”.





UN MAL GENERALIZADO





Descubrían también que sus casos no eran aislados ni únicos, sino un mal generalizado. Reconocían que se habían sentido indefensos por la poca edad que tenían y porque les habían hecho creer que debían devota obediencia ciega al fundador. Le decían al Papa que, ya fuera de la institución, no habían podido superar sicológicamente la dolorosa prudencia y discreción autoimpuestas durante largos años, pero que la declaratoria papal de que Maciel era un ejemplo para la juventud los había decidido a romper el silencio. No querían que el Papa estuviera engañado.

Se lamentaban de que la respuesta de la institución y sus aliados había sido acusarlos de estar conspirando contra la iglesia. Se quejaban del arzobispo de la ciudad de México, que los había difamado públicamente. Confesaban que, por una mal entendida lealtad a la institución, cuando eran jóvenes habían ocultado la verdad ante los investigadores del Vaticano, que en 1956 los habían interrogado sobre la conducta de Maciel. Conociendo que los males que denunciaban implicaban a muchas más víctimas, se preguntaban por qué habían sido tan densos el silencio y el encubrimiento oficiales. Estaban convencidos de que el reconocimiento de estos hechos no sería oneroso para la iglesia, que había reconocido otros grandes errores. Lo oprobioso sería que no aclarara la verdad. Apelaban a las Sagradas Escrituras y a los Santos Padres, señalando que la iglesia ha aceptado siempre que no es sólo una institución para los pecadores sino una institución pecadora. Pedían al Papa que se hiciera una investigación.

La respuesta de la jerarquía eclesiástica y de importantes empresarios mexicanos fue primero intentar que por ningún medio se conociera esta denuncia. Posteriormente, hicieron sentir su poder infamando a los denunciantes y hostigando a los periodistas que se habían atrevido a difundir tan lamentable historia. Desde entonces hasta la fecha Carmen Aristegui ha sido una de las periodistas que no se ha dejado amedrentar por ninguna presión y ha abierto sus diversos programas radiales y televisivos a las voces de las víctimas y a quienes analizan al personaje Maciel.




RELIGIOSOS
“CON CRITERIOS EMPRESARIALES”





Una vez que el grupo de agraviados tuvo el valor de dar sus testimonios, otros más empezaron a hacerlo, demostrando aún más la gravedad de los hechos. Se fue organizando así una asociación de víctimas formadas con ex-legionarios y ex-miembros del Regnum Christi, todos denunciando los abusos sexuales que sufrieron. Y también otras características del personaje. Uno de ellos recordó que, paseando con Maciel, alguien le preguntó qué hubiera sido de no haberse ordenado sacerdote y él contestó que empresario, acotando que ésa era la clave para entender a los legionarios: una congregación religiosa “con criterios empresariales”. ¿Sin reparar en el daño que hacían a personas y familias, utilizando a las personas como objetos mientras les servían y desechándolas sin importar la justicia y la caridad?

Otra línea de las denuncias ha ido en el sentido de que los dirigentes de los legionarios se erigen a sí mismos como los representantes de “la voluntad de Dios” y, por eso, se hacen reverenciar y gozan de todos los privilegios. Utilizan
a las personas captadas buscando sus aportaciones económicas, sin que les importe la justicia social. Quienes los conocen desde dentro y se han decepcionado de su proceder recalcan que son especialistas en el cuidado de su imagen y tratan de encubrir cuidadosamente sus injusticias y desórdenes.




CONTROL, SECRETISMO,
SOBORNOS...





Otros testimonios señalan que en esa congregación se usan muchas de las estrategias y políticas más características de las sectas o cultos. Los legionarios tienen un poderoso programa de reclutamiento de adolescentes y niños, considerando que todos tienen vocación hasta que los superiores decidan lo contrario.

El que ingresa es sometido a un control total. Tienen prohibido comunicarse con gente de fuera y deben dar cuenta de todas las conversaciones o tratos que tengan con quienes no son del grupo. Otro rasgo similar a los de las sectas es el secretismo. Dentro hay una total falta de diálogo, de discusión, de desacuerdo o de discrepancia con la institución y deben aceptar todo lo que digan los superiores sin cuestionar nada.

Entre los testimonios que se han ido acumulando se dice que lo de la pederastia es sólo la punta del iceberg. Hay también denuncias de la manipulación que se ejerce dentro y hasta acusaciones de lavado de dinero. Las investigaciones que se han hecho arrojan un centenar de denuncias de seminaristas que dicen haber sido víctimas del delito de abuso sexual cometido por Maciel. Se ha probado que los legionarios son expertos en callar a sus acusadores, por la vía del soborno o por vías legales, donde son apoyados por poderosas redes. El silencio y el control fueron murallas en las que se atrincheró su fundador.




UNA VIDA LUJOSA
ENTRE MAGNATES





El escritor colombiano Fernando Vallejo ha hecho una semblanza sobre Maciel. Opina que los prelados de la Iglesia le han de haber tenido envidia porque “sabía vivir”. Resalta su gran capacidad para camuflarse y disuadir, pues engañó a varios Papas desde los años 50. A Juan Pablo II lo llevó tres veces de visita a México. Más que dar ejemplo de la pobreza que exigía a sus discípulos, Maciel parecía vivir en un edén: vestía de negro como todos los legionarios, pero con ropa de marca. Se movilizaba en Mercedes Benz, BMW y Porsche. Lo justificaba debido a sus dolencias de espalda. Sólo volaba en primera clase. Para una de sus visitas a Medellín exigió viajar en helicóptero aduciendo seguridad. Cuando salía de viaje gastaba entre 10 y 15 mil dólares en comodidades suntuarias. Como tenía un canal directo con el Papa, los presidentes mexicanos le tenían mucha consideración y le pedían que les consiguiera audiencias y bendiciones papales.

Tuvo amistad con magnates como Carlos Slim y la familia Azcárraga. En España, por medio de amigas como Alicia Koplowitz, entró por la puerta grande desde los tiempos de la dictadura de Francisco Franco. En los últimos tiempos, las hermanas Botella le aseguraron el respaldo del gobierno de José María Aznar. En Italia contó con el apoyo del presidente Julio Andreotti. Para proteger sus intereses con la ultraderecha en Chile, intercedió para que Augusto Pinochet fuera puesto en libertad mientras estuvo detenido en Inglaterra. Esta semblanza, corroborada con otros testimonios, hace ver que Maciel vivía entre magnates como uno de ellos, y que los grandes empresarios se sentían a gusto a su lado, pues bien alejado del tono de los profetas, les justificaba su manera de actuar.




DROGADICTO Y PEDERASTA





Los legionarios y Maciel han sido objeto de investigaciones y evaluaciones de escritores y académicos. Se han difundido varios libros, entre los que destacan el de Pepe Rodríguez, “Pederastia en la Iglesia Católica” (Barcelona, Ediciones B), el de José Martínez de Velasco, “Los legionarios de Cristo. El nuevo ejército del Papa” (La esfera de los libros), el de Carlos Fazio, “En el nombre del Padre” (Océano) y “Los documentos secretos de los legionarios de Cristo” (Ediciones B).

Un ex-legionario y pariente de Maciel, Alejandro Espinosa, dio a la publicidad un libro más Lleva por título “El Legionario” (Grijalbo). En sus páginas se presenta a Maciel como drogadicto y pederasta, que usó el poder religioso para proteger sus vicios y crímenes. Relata que en 1955 fue desterrado de Roma por acusaciones de pederastia. No obstante, el proceso se estancó, los documentos incriminatorios desaparecieron misteriosamente, y Maciel se volvió a instalar en Roma. En el segundo lustro de los 90 reapareció la acusación contra él: drogadicción y pederastia. La información fue difundida por el diario “Hartford Courant”. Aunque los legionarios contrataron una costosa firma de abogados y trataron de sobornar al medio de comunicación, no pudieron desmentir las acusaciones.




UN HOMBRE SACRALIZADO
Y UNA RED DE CÓMPLICES





En 2006 el académico mexicano Fernando González sacó a la luz un libro editado por Tusquets, “Marcial Maciel. Los legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos”. En esta publicación se dan a conocer documentos que indican que en la organización fundada por Maciel se enquistaron núcleos pederastas.

Dice el investigador: “Vistos los testimonios desde fuera, la táctica seductora de Maciel resulta entre patética y grotesca. Sin embargo, intentando entender el clima institucional y subjetivo de los implicados, respecto a los hechos ocurridos en la congregación de los legionarios, y sobre todo el personaje de Maciel, se puede observar que en las seducciones se condensan, de manera inextricable, elementos extremadamente contradictorios. Elementos tales como el sacerdote sacralizado y sostenido en un discurso de la pureza a ultranza, y el individuo sexualmente perverso que hábilmente entrelaza el discurso de la castidad con el de su excepcionalidad, que termina disolviendo las fronteras entre lo que primero exalta y lo otro que lo trastoca y lo mina y con un pacto de silencio sobre el hecho asimétricamente compartido”.

Este psicoanalista, especialista en análisis sociales, señala que el caso de Maciel es paradigmático de cómo la jerarquía católica, en un anudamiento de complicidades, impidió que en su momento saliera a la luz la información sobre las actividades sexuales y adictivas del fundador de los legionarios.

Precisa que los diferentes actores implicados -entre los que están importantes empresarios- no se pusieron previamente de acuerdo para encubrir a Maciel. Ante las evidencias que se presentaron con fuerza en 1997 los legionarios apelaron a que eran inverosímiles, pues la red institucional y social en la que Maciel se movía constituía un sistema en el que la posibilidad de la denuncia por parte de los implicados quedaba neutralizada. El personaje fue sacralizado y no se le podía resistir. Al analizar a los que se atrevieron a plantear la denuncia dice el investigador: “La aceptación de testimoniar un acto de seducción y la manera en que la hacen los implicados significa exponerse públicamente a una inermidad (sic), que sólo se puede entender como la imposibilidad de soportar por más tiempo un silencio y una complicidad con un seductor que ha dejado de representar al ser excepcional, y cuando se está dispuesto a encarar un pasado para tratar de entender de qué manera se participó en la relación violenta de seducción”.




PROTEGIDO
POR JUAN PABLO II





En la organización de los legionarios se combinan el vigilar, el seducir, el atrapar y el callar. Los testimonios de los denunciantes son estremecedores de cómo un poder, apelando a lo espiritual y a permisos papales, cometió delitos terribles contra personas indefensas.

En el libro de González se ofrecen no sólo testimonios sino documentos de tres archivos inéditos, basado en los cuales el autor hace ver que hay una trama de complicidades que va desde lo más alto de la institución eclesiástica hasta su base y que se apoya en las cúpulas políticas. El autor consultó en Roma los archivos de la Sagrada Congregación para los Religiosos, el archivo del padre Luis Ferreira Correa, vicario general de la Legión en 1956-57, y el de Flora Barragán de Garza, gran benefactora inicial del grupo, a la que Maciel trató de despojar de sus bienes. Con una gran cantidad de datos expuestos, organizados y analizados a fondo, este autor llega a esta conclusión: “Juan Pablo II protegió, a ciencia y conciencia, al fundador pederasta” de los legionarios.




HACERLO SANTO,
A PESAR DE TODO





Debido a tantas evidencias, al llegar al pontificado Benedicto XVI dio a Maciel la orden de abandonar Roma, retirarse a México “a una vida reservada de oración y de penitencia” y renunciar a cualquier forma de ministerio público. Lo libró así del juicio eclesiástico, y sobre todo, de los juicios civiles. Las víctimas siguieron siendo olvidadas. Las instituciones de la alta jerarquía católica y de la política mexicana prosiguieron protegiendo a Maciel.

Los legionarios confiaban todavía en que la gente, en lugar de condenar a Maciel, iría en contra de las víctimas. Confiaban, sobre todo, en que el tiempo y el olvido disiparan las acusaciones en contra de su fundador. Tenían hasta la certeza de que, por el poder conseguido en el Vaticano, podrían llevar a su fundador a los altares. Estos dirigentes tenían asimilada la ruta y la lógica que les había enseñado Maciel: hacer aparecer lo abominable como santidad. Primero querían que, como en el caso de Mónica, la madre de San Agustín, la madre de Maciel fuera canonizada.

Para hacer avanzar las causas de beatificación se necesitan conexiones vaticanas y mucho dinero. Como tenían ambas cosas, ya habían colocado a la señora en el primer escalón del proceso: y ya era “sierva de Dios”. Aspiraban también a la canonización de su tío abuelo, el obispo Rafael Guízar y Valencia. Con la seguridad de que la canonización de Juan Pablo II, el gran protector de Maciel, sería rápida, pensaban que esto culminaría con la declaratoria oficial de la santidad del fundador de los legionarios. No temían las habituales prácticas de indagación de vida a cargo de un férreo fiscal, lo que ya habían visto se había desechado en el caso de la canonización de José María Escrivá, el fundador del Opus Dei. No obstante, todos estos propósitos se frustraron, y resta ahora ver si el escándalo de Maciel -de total conocimiento público- no se convierte en un obstáculo insalvable para el proceso de beatificación Karol Woltyla.





UN NIDO
DE ABUSADORES SEXUALES





En 2008, a la edad de 87 años, murió Maciel. Ni su muerte consiguió que la polémica en torno a su persona se acallara. Pese a las evidencias, los que fueron formados en el culto a su personalidad exigían que se le dejara en paz, y a las acusaciones probadas las llamaban calumnias y ataques a la iglesia. Apelaban al dicho “Por su frutos los conoceréis” y veían como “frutos” toda la trama que Maciel había urdido entre los poderosos para encumbrarse. Ofrecían como otra prueba de “frutos” la misma institución, ocultando que esa fruta estaba podrida. Las víctimas sí sabían que por sus frutos se conocía a Maciel, y exigiendo justicia, apelaban precisamente a examinar las acciones criminales de este personaje.

El especialista en cuestiones eclesiales, Bernardo Barranco, exploró la herencia de Maciel y consideró que la meta de su canonización era inalcanzable, pues había terminado sus días estigmatizado por el abuso sexual a menores y por la impunidad. Las víctimas seguían levantando la voz reclamando que se llegara a la verdad. Si los legionarios querían que las denuncias terminaran con la muerte de Maciel, las víctimas insistían, relatando hechos que demostraban que esa institución era un nido de abusadores.

La práctica de un Maciel pederasta y drogadicto no había ocurrido en solitario, sino acompañada y organizada por un grupo de afines, que lo protegían y encubrían. Un elemento más a tener en cuenta era éste: a finales de 2007 el Vaticano había desarticulado una de las piezas fundamentales que tenían los legionarios para la impunidad, al eliminar el voto privado por el cual los miembros de esa organización no podían criticar a sus superiores.




CONSULTOR
DE CONFIANZA DE ROMA





Bernardo Barranco recordó cómo bajo el prolongado pontificado de Juan Pablo II Maciel había alcanzado el punto más alto para su organización, pues se había convertido en un consultor de toda confianza del Papa en lo concerniente a vocaciones, clero y el combate a la teología de la liberación. La cúpula legionaria había adquirido mucho poder en Roma. Maciel allegaba a su organización y a la iglesia mucho dinero por sus nexos con las fortunas de grandes personajes. En México había conseguido una posición de privilegio y prerrogativas entre las élites eclesiásticas, económicas y políticas. Y mientras los legionarios aparecían muy estrictos en cuando a la moral personal y familiar, eran muy laxos y permisivos en cuanto al manejo de empresas y daños ambientales.

La ambigüedad y el doble discurso han sido una característica esencial de los legionarios. Mientras el historiador Francisco Martín Moreno lamenta que la iglesia católica haya ocultado las acusaciones por abuso sexual del fundador de los legionarios y el investigador español José Martínez de Velasco, autor de dos libros sobre los legionarios, se muestra convencido de que hubo complicidad de la iglesia con los actos de Maciel, algunos cristianos esperan que los secretos que éste se llevó a la tumba serán enfrentados por la justicia divina.





CON LA COMPLICIDAD
DEL VATICANO




Por sus rigurosas investigaciones, el académico mexicano Fernando González se ha convertido en un especialista en la materia. En su opinión, con la muerte de Maciel no se acaba el escándalo. Hay que llegar al interior de su propia organización para indagarla y ver ver hasta dónde existía complicidad y encubrimiento de los delitos de pederastia, consumo de drogas, absolución del cómplice, etc, aunque de esto último, en 2001 el entonces Cardenal Ratzinger había establecido que este delito prescribe después de 10 años.

Maciel había muerto sin juicio y sin que resarciera a sus víctimas. Si las organizaciones religiosas llevan el sello de su fundador, y los legionarios cargan con el sello de un pederasta, González señala que las redes internas de pederastia seguían funcionando más allá de Maciel, y dio ejemplos de casos concretos. Consideró que era viable una denuncia en Ginebra contra la jerarquía romana del Vaticano y conta la Legión por encubrimiento y complicidad de un pederasta. Argumentó también que en los archivos del Vaticano se podía comprobar la enorme complicidad de la Secretaría de Estado, de la Sagrada Congregación de la Fe y de la Sagrada Congregación de Religiosos que aunque habían tenido información fidedigna, no habían actuado en consecuencia.





UNA DOBLE VIDA:
AMORÍOS Y EMBARAZOS





En 2009 siguieron apareciendo datos de la vida nada santa de Maciel. Primero salió la noticia de que había tenido una hija con una amante. Ante esto, los dirigentes de los legionarios, ya no recurrieron a la escapatoria de que se trataba de un complot en contra de la iglesia. Se declararon sorprendidos, entristecidos y desconcertados por la doble vida de su fundador, pero siguieron insistiendo en que había hecho mucho bien al frente de su organización y agradeciéndole los valores que les había trasmitido. Sin embargo, los datos no daban para enorgullecer a nadie.

En una entrevista radiofónica con la periodista Carmen Aristegui un ex-legionario reveló que a la edad de 68 años Maciel había embarazado a una niña de 15, un grave delito de abuso de una menor, punible civilmente. Otras personas informaron que Maciel había tenido relaciones sexuales con varias mujeres. Un ex-legionario español recordó que se sabía que Maciel sólo tenía relaciones íntimas con mujeres acaudaladas.

Alejandro Espinosa, sobrino de Maciel, quien había denunciado haber sufrido abuso sexual de su tío, declaró que él también había sido testigo de los amoríos de Maciel, recordando cómo se jactaba de sus conquistas. Dio el nombre de una buena cantidad de mujeres a las que Maciel explotaba económicamente y con las que había tenido relaciones sexuales.





¿QUIÉN LO FILTRÓ?
¿POR QUÉ LO ACEPTAN AHORA?





Algunos consideraron que todas estas últimas revelaciones provenían de la misma Roma, al no poder tapar el sol con un dedo y al querer evitar un desastre mayor. Por esta razón, alguna fue aceptada por los dirigentes de los legionarios. Al difundirse nuevos datos, Fernando González fue entrevistado. Le parecía que si los legionarios habían reconocido lo de la hija de Maciel, no había que entenderlo como el deseo de empezar a esclarecer la verdad del personaje, sino como un mecanismo para detener revelaciones futuras y echar tierra sobre los delitos más graves de la conducta del fundador de los legionarios: los de la pederastia. Además, hasta entonces no se había salido del ámbito sexual y seguía oculto algo fundamental: el manejo económico de los legionarios:

Otra interpretación de las filtraciones tenía que ver con el intento de Roma de tratar de desvincular a la organización
de su fundador, el intento de limpiar y reestructurar una congregación religiosa considerada valiosa. No obstante, parecía que esa estrategia no estaba funcionando.

También se ha hablado de luchas intestinas agudas en la Legión y hasta de un posible y muy complicado conflicto testamentario. En los medios de comunicación comentaban que Maciel no sólo había seducido y estafado a varias mujeres ricas, sino que había destruido la vida de numerosos niños de los que había abusado sexualmente y lamentaban que se hubiera ido a la tumba sin recibir castigo judicial por estos abusos sexuales. Ante las acusaciones probadas de pederastia la iglesia debía depurarse, y una forma de hacerlo era no proteger a los acusados sino hacer que enfrentaran la justicia en instancias civiles.




UN MITO DESMORONADO





Los dirigentes de los legionarios se lamentaban de lo que el caso los afectaba, pero no pedían perdón a las víctimas de Maciel, ni mostraban alguna intención de reparar a los agraviados. Adoptaban el libreto de tratar de deslindar a la institución de su fundador, pero con un lenguaje ambiguo, pues aun aceptando esos hechos seguían protegiendo verbalmente a Maciel, quien a pesar de haber tenido “alguna falla” les había aportado muchos valores que debían agradecerle. En sus argumentos tenían, al menos, una razón: esta institución no se puede entender sin Maciel.

Según el investigador Fernando González se había dado un salto cualitativo, pues los legionarios habían negado tenazmente los actos de pederastia y adicción a la morfina de su fundador, y ahora ya le reconocían una doble vida. Sin embargo, insistió en que hablar de “doble vida” era poco, pues debían hablar de muchas más vidas: fue morfinómano, fue pederasta, tuvo relaciones sexuales con mujeres y hasta una hija, y a pesar de esta conducta querían para él el reconocimiento de santidad. Importante también era que la defensa que inicialmente había armado la organización para defender a su fundador, apelando a un complot contra ellos y contra la iglesia, se había desmoronado.





INSPECCIÓN VATICANA:
¿QUÉ RESULTADOS?





En marzo de 2009 el Vaticano ordenó que un equipo de prelados hiciera una inspección a la Legión. Dijeron pretender verdad y transparencia. Al hacer público este hecho, el sucesor de Maciel dijo que los miembros de su institución estaban apenados y pedían perdón a quienes se hubieran sentido lastimados por las acciones de Maciel.

Hubiera parecido un paso adelante porque por primera vez empleaban la palabra “perdón”, pero un examen cuidadoso de sus expresiones daba a entender que estaban apenados y pedían perdón a los allegados a su organización porque se les caía un mito, pero nada decían a los agraviados por su fundador, y menos aún trazaban una ruta para reparar los graves daños que Maciel había ocasionado a gran cantidad de víctimas indefensas.

Dejando de lado los comentarios de los legionarios, que trataban inútilmente de minimizar el hecho de la inspección,
lo que resultaba significativo era que la notificación de la visita vaticana la hiciera la Secretaria de Estado y no la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Esto se interpretó como expresión de la gravedad del caso. Otro punto a destacar era que ya no se trataba sólo de Maciel, ya fallecido, sino de su institución. Se especuló en los escenarios de los resultados de esa visita: ajustes institucionales, expulsión de algunos miembros y hasta la desintegración de la institución religiosa. La desintegración se veía muy lejana, pues actuarían las poderosas redes de intereses económicos que apoyan a los legionarios. A no ser que la mira vaticana estuviera precisamente en las redes de complicidad económica internacional y se privilegiara, de verdad, una visión evangélica.

Un ex -legionario mexicano opinó que con la investigación que iniciaba el Papa Benedicto XVI se realizaba algo de lo que desde hacía tiempo se esperaba de él, y confió en que al Pontífice no le temblara la mano, porque Maciel y los líderes de esa congregación habían cometido “alta traición a Cristo y a la Iglesia”. Otro ex-legionario de origen chileno externó su esperanza de que la investigación vaticana se tradujera en la refundación de la congregación. Para el periodista español Martínez de Velasco, el anuncio, siendo importante, resultaba tardío. Advertía que la investigación debía ir a fondo sobre los actuales superiores, todos ellos cercanos a Maciel, pues el problema era que este personaje no había actuado solo y quienes lo habían encubierto deberían estar en la cárcel por complicidad.





EN LA CATEGORÍA
DE “DIABLO UNIVERSAL”





En abril de 2009 el literato Xavier Velasco publicó un escrito titulado “Absolución de alcoba”. Iniciaba con el relato de un hecho ocurrido hacía doce años, cuando los seguidores de los legionarios estaban convencidos de que un día le rezarían a San Marcial Maciel. Los legionarios lo habían contactado porque querían que anunciara la principal ventaja de su institución: mientras otros enseñaban, ellos formaban líderes. Confesaba Velasco que tuvo la tentación de preguntarles si en lugar de formarlos no querían decir “hormarlos”.

Velasco externó las razones que lo llevaron a escribir ese artículo. La primera, “que el deslustrado clérigo michoacano, amén de estuprador, paidófilo, morfinómano y padre de familia, se contaba entre los confesores de Juan Pablo II”. La segunda razón tenía que ver “con una falta escandalosa que suele ser común a cantidad de santones, con y sin sotana: la absolución del cómplice. ¿Cómo no va a animarse el incauto creyente a pecar con el libidinoso de la sotana, si quien lo va a absolver absuelve al Papa? ¿Quién, que haya creído en su bondad y ya lo mire como un hombre santo, va a atreverse a contradecir sus enseñanzas? ¿Le cabe a un alma pía en la cabeza que el Pontífice acceda a confesarle sus pecados a un hedonista extremo disfrazado de pastor de ánimas? ¿Cómo negar, desde la fe callada y genuflexa del discípulo, que el agraciado cómplice tendría que salir del lugar de los hechos aún más limpio que como entró, luego de ser objeto de tamaña Indulgencia?”.

El escritor siguió reflexionando que el agresor se amafiaba con su víctima por un puñado de bendiciones. Concluía subrayando que la memoria de quien habría sido un nuevo y flamante santo mexicano pujaba hoy “por ascender
a la categoría de diablo universal”.




DEBERES PENDIENTES
DE LA IGLESIA CATÓLICA





En el contexto de las últimas revelaciones sobre Maciel, un numeroso grupo de personas de reconocida honorabilidad y prestigiadas organizaciones civiles publicaron un desplegado que iniciaba con la siguiente pregunta: “¿Hasta cuándo dejará el Vaticano de encubrir los crímenes de abuso sexual que cometió Marcial Maciel?” Quienes firmaron el comunicado apuntaron que ante las últimas revelaciones los legionarios y las autoridades eclesiásticas deberían deslindarse públicamente de lo que hasta ahora había sido un encubrimiento cómplice. Insistían en que los legionarios y la jerarquía eclesiástica debían ofrecer una serie de cosas a las que estaban obligados, desde mucho tiempo atrás, y las que, a la luz de lo ocurrido, eran ya un imperativo.

Pedían un pronunciamiento público oficial donde se fincaran responsabilidades de los delitos canónicos y civiles cometidos por Maciel. Donde pidieran perdón por el inconmensurable daño causado a las víctimas de abuso sexual. Donde hicieran un llamado al Papa para que exigiera la revisión del proceso que se llevó a cabo en contra de Maciel, en la que se reivindicara la honorabilidad y la fama de todos los que fueron llamados a presentar su declaración bajo juramento de excomunión, por haberlo hecho de buena fe y diciendo la verdad.

La cúpula eclesial, además de esclarecer los delitos de pederastia, tenía la obligación de reparar los daños, por respeto a las víctimas y a todo el pueblo católico. La jerarquía católica debía hacer un profundo cambio institucional para evitar que en el futuro niños y niñas inocentes fueran víctimas del abuso sexual de los sacerdotes bajo el amparo, la protección y el encubrimiento de la misma Iglesia.




EL ÚNICO COMPLOT





Para agrupaciones civiles preocupadas por el respeto de los derechos de los niños y para un importante sector de la sociedad civil defensora de la transparencia, las pruebas son muchas, fundadas y contundentes. Maciel, los dirigentes de los legionarios, y la alta jerarquía católica se encuentran enmarañados en un nudo inextricable. Muchas leyes religiosas y civiles han sido conculcadas. El daño es inmenso, tanto el que se hizo a las víctimas por las prácticas pederastas denunciadas, como el que provocó el ocultamiento y las múltiples complicidades. La alta jerarquía católica no puede eludir la obligación de realizar una investigación a fondo e imparcial, de darla a conocer con total transparencia, de pedir perdón por las culpas que resulten, y de reparar el agravio ocasionado a las víctimas. Éstas no deben seguir cargando sobre sus espaldas el peso de la injusticia y de la impunidad de sus agresores de todos los niveles.

Se debe resolver también todo lo que implica a la organización de los legionarios. No sólo porque su fundador no actuó en solitario, dado que había un núcleo a su alrededor que propiciaba y protegía sus perversas prácticas, sino porque la forma como ha respondido la dirigencia de esta congregación muestra sus maneras de pensar y de actuar. Resultan altamente cuestionables y peligrosas. Cuando aparecieron las denuncias, en lugar de indagar, echaron mano de todo el aparato de poder organizacional -el propio y el de sus aliados, a los que convirtieron en sus cómplices- y de cuantiosos recursos económicos para infamar aún más a las víctimas y a quienes les prestaban atención en los medios de comunicación. Así se victimó aún más a los que habían sufrido los abusos de Maciel y se produjeron nuevas víctimas, que experimentaron mermas importantes en su quehacer profesional. Para protegerse, esa dirigencia inventó y propaló un inexistente complot con el propósito de dañar a la iglesia. A la postre, el único complot de daño a la iglesia ha sido la pederastia y su ocultamiento por parte de la institución.





¿QUÉ PESA MÁS?




Una vez que los legionarios ya no pudieron eludir los datos de la vida pecaminosa y criminal de su fundador, recurrieron a un estilo de argumentar que los exhibe aún más: apelaron a la metáfora de la balanza. Minimizando los graves delitos de Maciel decían que pesaba más todo el bien que había hecho con su organización por todo el mundo. Quienes así argumentan tienen una visión deformada y, a su vez, deforman a la gente en la que tienen influencia.

¿Si alguien hace una obra laudatoria ya no importa si atenta contra los demás? ¿Se pueden conculcar los derechos elementales de las personas si se compensa eso con otras acciones? Una organización con esta lógica de actuación es esencialmente inmoral. Tratar de minimizar conductas que atentan contra los derechos humanos y la dignidad de las personas demuestra lo torcido de un pensamiento ligado exclusivamente al activismo. Esta manera de pensar ha conducido a muchos de los allegados a los legionarios a preguntar por lo bueno que hizo Maciel, como si eso lo eximiera de la responsabilidad de haber pisoteado y denigrado la dignidad de muchas personas.





INDOCTRINADOS
EN EL MACIELISMO




Una primera pista para encontrar una respuesta a lo que los legionarios han llamado “doble vida” está en los mismos evangelios cuando Jesús alerta: “Guárdense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”.

Otra pista tiene que ver con la complejidad de los seres humanos. Nadie es monocromático. La gente buena puede tener defectos y la gente mala puede mostrar bondades. Basta con examinar el comportamiento de sanguinarios y corruptores mafiosos que son excelentes padres de familia y realizan obras caritativas: construyen escuelas, hospitales y templos en diversas comunidades. Pero nadie puede eximirse de responder por sus actos en contra de los demás.

Por salvar a su fundador los legionarios se encuentran totalmente alejados de lo más elemental de una ética laica, ya no se diga del imperativo del amor cristiano.

Un ejemplo de la deformación de la gente en la que tienen influencia los legionarios es el caso de la que en México fuera primera dama en el sexenio foxista. Esta política presumía que Maciel era su rector espiritual, y demostró que su proceder estaba alejado de lo que pudiera calificarse como moral. Con dinero público, ante un pueblo que en su mayoría vivía en la pobreza, vestía ostentosamente. Fue acusada de haber propiciado el enriquecimiento ilícito de sus allegados, y en su desmedida ambición impulsó el grave retroceso democrático que hoy sufre México.

No hay que dejar de lado que los legionarios y sus seguidores han sido indoctrinados en el macielismo. Es imposible extirpar a Marcel Maciel de los legionarios.




DINERO, SEXO Y PODER





No hay que minimizar tampoco que entre la adicción al dinero, al poder y la perversión pederasta hay una relación intrínseca en la personalidad de Maciel.

A este caso se pueden aplicar las enseñanzas del psicoanalista mexicano Raúl Páramo, quien en su libro “Psicoanálisis y lo social” advierte que en un ambiente donde esté extendida una adicción, menos será detectada como tal. Una de esas adicciones, al dinero, es intrínsecamente insaciable, pues “se convierte en un fin en sí mismo, por encima de cualquier otro valor”. Este autor destaca que el dinero estimula la idea de convertibilidad en muchas cosas: en poder, en fama. El dinero es visto como algo que lo permite todo. Resalta que utiliza la palabra “permite” en su significación doble: “a nivel material (poder hacer algo) y a nivel moral, en donde el dinero da permiso de todo”. Así, el dinero sobredetermina la moral. Al convertirse en sustituto de todos los valores, el dinero adquiere “su máximo potencial seductor y opresor: todo está a su alcance” y se convierte en el nutriente de fantasías de omnipotencia. Al llegar a la convicción de que con el dinero se puede todo, entonces “se puede atropellar el derecho del otro”.

La adicción al dinero degrada y corrompe pues conduce a intercambiar lo no intercambiable: amor, verdad y lealtad. Teniendo en cuenta esto, en la indagación vaticana que apenas inicia sería conveniente que se examinara si la organización de Maciel no es un fruto podrido que hay que separar del resto para que todo no se contamine.

CORRESPONSAL DE ENVÍO EN MÉXICO.

Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.