A mediados del siglo XX dos conocidos pensadores expresaron casi con idénticas palabras cuál seria el futuro de la religión en el siglo XXI. André Malreaux escribió: El siglo XXI será espiritual o no será. Por su parte, Karl Rahner matizó: El cristiano del mañana, o será místico o no será. Creo que el escritor francés adivinó lo que ahora estamos viviendo: el materialismo ateo impuesto por el marxismo atentaba contra las raíces mismas del hombre; por eso ha llegado la reacción de la manera más inesperada. El teólogo alemán, sin embargo, puso el dedo en la llaga causada por el exceso de juridicismo en el cristianismo católico.
Toda vida, incluida la vida espiritual se muestra espontánea, creadora. Se necesita, por tanto, libertad para que las personas que sientan la fuerza de Dios encuentren cauce adecuado a sus iniciativas personales o colectivas. La iglesia no puede olvidar lo sucedido a algunos grandes místicos, que se vieron obligados a vivir al borde de la heterodoxia por causa de una superortodoxia.
Si la mística representa la cumbre de la madurez cristiana, es de prever que en la iglesia será cada vez más frecuente este fenómeno, primero porque los creyentes de verdad serán cada vez menos, y segundo porque la elevación intelectual de nuestra sociedad ayuda a los creyentes a vivir su fe con un mayor conocimiento de causa. El cristianismo tenderá, por tanto, a ser cada vez más interior, más místico.
MISTICO/QUIEN-ES:
Alguien podrá pensar que si es cierto que el cristianismo camina por esta dirección, tienen razón aquellos sociólogos que han vaticinado la reducción del cristianismo a una religión invisible, una especie de sentimiento personal sin ninguna incidencia en la vida social. Creemos que no son así las cosas, porque lo que diferencia la mística cristiana de otras místicas religiosas consiste en que el místico cristiano no es una persona recluida en la soledad material o individual.
Místico es cualquier persona que vive en plenitud dentro de sí la vida Trinitaria y la expresa a los demás para que puedan conocer el Bien que él ya vive. En este sentido, el místico del siglo XXI no estará tan ligado a estructuras monacales o eclesiales como en los siglos anteriores, y vivirá integrado en la vida pública. Con todo, los monasterios, menos numerosos pero más abiertos en todos los sentidos, polarizarán en torno de si buena parte de la vida espiritual de los cristianos
"Místico es cualquier persona que vive en plenitud dentro de sí la -vida Trinitaria- y la expresa a los demás para que puedan conocer el Bien que -él ya vive-."
ResponderEliminarEn este parrafo, se cuela la concepción magico/mitica de la religión. Y eso no vale. ¿O a que jugamos...?