La creatividad lejos de mitos, o ideas preconcebidas, supone la puesta en marcha de la energía personal, grupal, colectiva, comunitaria, social y cultural para generar respuestas a retos dados. La creatividad, como la define Goleman es: “esa musa esquiva de las buenas – y a veces geniales- ideas”. Y adelanta, sobre la esencia de la misma, al hacer una comparación entre la creatividad y lo que él llama el Espíritu Creativo, dice, “es el hálito de vida, el cual es más que una iluminación ocasional o un suceso caprichoso. Cuando despierta anima un estilo de ser: una vida llena de deseo innovador para explorar nuevas formas de hacer cosas y convertir sueños en realidad.” (Cfr. Goleman, 1992)
“El Espíritu Creativo- sigue Goleman- esta al alcance de todos los que sienten la necesidad de probar, de explorar nuevas posibilidades, de dejar las cosas un poco mejor que antes. Este espíritu está tanto en el creador, cuyo nombre ha pasado a la historia: el artista, el científico, el técnico, el guru, el pacifista; como en el hombre común, el cocinero arriesgado, la mamá propositiva, la maestra inspiradora de aprendizajes significativos, el alumno arrojado que acomete el aprendizaje de otras maneras (…) El Espíritu Creativo está presente cuando adoptas un enfoque nuevo en lo que haces. Cuando vas más allá de las formas tradicionales de solucionar un problema.”. (Goleman, 1992).
“Si en el camino te encuentras con el Buda, mátalo”. En la medida que Buda no es más que una ilusión del pensamiento, pues para encontrar lo que buscas, debes mirar dentro de ti mismo. Cualquiera que se halle en una persistente búsqueda de la creatividad debe interpretar ese sabio consejo así: si procuras encontrar el espíritu creativo en algún lugar exterior a ti, estás buscando en el lugar errado"
(Paul Kaufman. Productor de la serie televisiva, El Espíritu Creativo).
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