Los grupos de presión que promueven una causa de beatificación u otra están apostando por una concepción de Iglesia.
El prestigioso historiador francés del cristianismo Etienne Fouilloux explica las razones de fondo que explican la rápida elevación a los altares de Juan Pablo II. A su juicio, se trata de una simple "autojustificación del papado". Asegura que "estos procesos sirven para reforzar la institución, para demostrar que está resistiendo a pesar de las críticas y que está dirigida por personalidades excepcionales. Eso sí, con el riesgo de instaurar el culto a la personalidad".
Lo entrevista Stephanie Le Bars en Le Monde.
¿Por qué beatifica a sus Papas la Iglesia católica?
¿Desde cuándo se viene poniendo en práctica esta política?
Papas glorificados de todas las corrientes...
¿Necesitaba Juan Pablo II esta beatificación, dada su popularidad y su impacto excepcional en la Iglesia?
Desde su muerte, se desencadenó, de una forma más o menos espontanea, la petición del 'santo subto'. Benedicto XVI difícilmente podría sustraerse a esta presión. Creo que su proyecto era elevar a los altares a Juan Pablo II y a Pío XII al mismo tiempo. Pero los problemas relacionados con la personalidad de Pío XII, especialmente sus 'silencios' durante el Holocausto, retrasaron su causa. Juan Pablo II gozaba ya de un aura especial. Ya era un mito, a pesar de algunas de sus controvertidas decisiones, como su apoyo el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, reconocido culpable de pederastia.
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