R. Panikkar distingue entre cristiandad, cristianismo y cristianía, entendiendo la primera como el aspecto social y político de la experiencia cristiana, el segundo como el aspecto ideológico-cultural y la última como el núcleo místico de la experiencia cristiana.
No se es cristiano por pertenecer a la cristiandad (nacionalcatolicismo) ni por creer en un conjunto de ideas o practicar un conjunto de ritos o actitudes morales conservadoras o liberales (catolicismo moderno tradicionalista o progresista). Cristiano es quien ha alcanzado la experiencia mística cristiana en un grado u en otro. Creo que el futuro del cristianismo y la cristiandad está en la mística, sin ella las otras dos dimensiones no son más que meras estructuras sin vida. Es más, se convierten en obstáculos para vivir la verdadera experiencia cristiana, experiencia que transciende el cristianismo y la cristiandad.
Una de las mayores preocupaciones de los representantes oficiales del cristianismo actual es mantener la identidad cristiana sin contaminar. Confunden la identidad y la identificación. Parten de una visión racionalista y dualista para la que la identidad se construye por el principio de no contradicción: la diferencia entre A y B, es que A es lo que no es B. Esto es la identificación de A. El predominio de esta forma de pensar indica que desgraciadamente la mística ha sido marginada de la dimensión oficial de la Iglesia.
La mística es no-dualista: A no puede ser A sin B, la identidad se construye mediante la comunión, la relación y no mediante la exclusión. Para un místico el cristiano no se puede definir por exclusión sino por comunión. En la medida que estoy más en comunión con todo y tod@s sin olvidar lo mío, mi identidad es más auténtica. Ser fiel a la identidad cristiana supone asumir la visión mística o no-dualista de la realidad y, por lo tanto, no excluir “partes” de la realidad en la que vivo. El cristianismo tal y como está hoy puede ser un obstáculo para la experiencia cristiana, necesita una profunda renovación transformándose en cristianía, en mística. Como decía Rahner el cristiano del futuro será un místico o no será.
El mundo actual está viviendo un cambio de época caracterizado por la globalización y especialmente por la mutua relación entre culturas y religiones diversas, que antes vivían aisladas. Ser cristiano hoy supone abrirse a esas religiones, culturas y tradiciones con las que convivimos y que ya somos. Dice Panikkar que él se considera cristiano, budista, hindú y secular. Al Afirmar esto está diciendo que ser cristiano hoy no excluye tener otras identidades, es más, esta pluralidad de identidades es lo que ocurre inevitablemente en nuestro mundo globalizado aunque algunos quieran olvidar, excluir o uniformizar la diversidad que nos habita a todos. Los occidentales cristianos, quieran o no, son cristianos y seculares. Los de otras partes del mundo son cristianos y no han dejado de pertenecer de un modo u otro a su antigua cultura o tradición. Un español es cristiano pero también hay en él algo de judío, musulmán, pagano, secular y cada vez en más ocasiones, también se ha insertado vitalmente en una tradición oriental. Ahora bien, no es lo mismo estudiar o dialogar que ser. Por eso Panikkar, aun conociendo y amando otras tradiciones, no se considera por ejemplo musulmán o jainista, ya que para él estas tradiciones han sido objeto de estudio no realidad vital que forma parte de su identidad. Nunca abarcaremos en nuestra identidad toda la diversidad de religiones o culturas existentes, pero el descubrir que varias de ellas nos constituyen nos ayudará a estar en comunión con todas ellas.
Es más, considero que los cristianos no podemos limitarnos a una sola religión o tradición, debemos conocer más de una” lengua” o religión; hoy toca ser políglotas espirituales, al margen de que consideremos que esa otra religión forma parte de nuestra identidad o no. Hay que superar el monolingüismo que nos encierra en nuestra visión y nos dificulta muchas veces amar a los otros y descubrirnos a nosotros mismos. Y es que todavía es posible que muchos no sepamos que ya tenemos un corazón budista o islámico. Os animaría a descubrirlo. A vivir el ecumenismo dentro de vosotros mismos.
Esto supone vivir nuestro cristianismo de otro modo, sin romper con la tradición sino manteniéndola viva mediante la evolución y la transmisión. Necesitamos nuevos paradigmas que mantengan la experiencia mística cristiana expresándola en el lenguaje actual y no se conviertan en un obstáculo para esa experiencia como ya lo es para muchos el actual modelo teológico y eclesial. Por eso, es bueno conocer las ideas de los nuevos teólogos que trabajan por un nuevo paradigma y que expresan no sólo su opinión subjetiva sino el fruto de un trabajo científico, que cuando es realizado con criterios metodológicos y epistemológicos adecuados, expresa la tradición viva de la Iglesia.
Es importante apoyar la labor de los nuevos teólogos, y entre ellos, por supuesto, destaco a R. Panikkar. Sin olvidar otras fuentes de pensamiento muy enriquecedoras como la psicología transpersonal, el pensamiento esotérico tradicional, etc….
El pensamiento teológico de R. Panikkar es un hito, nos da las pautas de un modo nuevo de vivir el cristianismo desde esta perspectiva ecuménica. Por eso creo que es bueno que nos alimentemos de una de las fuentes actuales de tradición viva que permite ir construyendo el futuro de la cristianía. Hoy me gustaría recordar su cristología que él llama cristofanía, que nos da las claves del nuevo paradigma en teología.
Si Cristo es la referencia central para todo cristiano, el nuevo modo de expresar la experiencia cristiana supondrá una nueva manifestación del rostro oculto de Cristo, una cristofanía. Panikkar ha elaborado un novenario o nueve puntos de una cristofanía para el tercer milenio, que nos pueden ayudar a expresar mejor nuestra experiencia de Cristo:
1) Cristo es el símbolo de los cristianos para toda la realidad.
-Cristo no se puede separar de los cristianos, de lo que piensan los cristianos sobre él.
-Para ellos Cristo es el símbolo que representa toda la realidad: La plenitud de la humanidad, de la divinidad y de la corporalidad y materialidad.
2) Los cristianos reconocen a Cristo en y a través de Jesús de Nazaret.
-Los cristianos reconocen a Cristo en Jesús de Nazaret.
-Jesús es Cristo. Pero Cristo no se agota en Jesús de Nazaret.
3) La identidad de Cristo no es su identificación.
-La Identificación es histórica.
-La identidad se descubre por medio de una relación interna, por el amor. Es el yo profundo.
4) El conocimiento de Cristo no es monopolio de los cristianos.
-Cristo es también desconocido para los cristianos, que conocen un aspecto y desconocen otros, otros conocen otros aspectos que también son parciales.
-Efecto “pars pro toto”.
5) La cristofanía es la superación de la cristología tribal.
-De una teología tribal se pasa siempre a un símbolo más universal y universalizable.
-Cristo, cuyo monopolio no es cristiano, podría ser un símbolo universal como lo fue el símbolo Dios. Esta sería la misión de un nuevo concilio ecuménico.
6) El Cristo protológico, escatológico e histórico son una misma realidad expandida en el tiempo y en el espacio.
-El Cristo anterior al tiempo, el histórico y el escatológico es una misma realidad. No puede ser dividido.
-Cristo es una realidad trinitaria. Cristología es el estudio de la Trinidad en el tiempo y en el espacio.
7) La Encarnación es también inculturación.
-El hombre no es accidentalmente un ser cultural, la cultura está en su naturaleza.
-Cristo se ha hecho un hombre concreto con una cultura concreta. No puede haber un cristianismo igual para toda cultura. La encarnación es un concepto cultural cuya expresión no tiene validez universal. Todo pensamiento o realidad tiene sentido solo en relación con, en un contexto.
8) La Iglesia se autodefine como el lugar donde se realiza la encarnación.
-La encarnación es el símbolo de la realización de la realidad creada y concreta.
-La Iglesia es donde se realiza la salvación. Donde hay salvación hay Iglesia.
-Los límites de la Iglesia visible no son los límites de la Iglesia.
9) Este lugar es el “mysterium conjuntionis” de las dimensiones de la realidad: la divina, la humana y la cósmica.
-El lugar de encuentro de todo aquello que choca cuando se encuentra es el misterio. La Iglesia es el misterio en estado de desarrollo, de fermentación y dolor, alegría y esperanza.
Mediante estos nueve puntos Panikkar nos permite tomar conciencia de la identidad cristiana y nos libera de identificar esta identidad con un modelo histórico determinado. Asumiendo el carácter plenamente tradicional de su enseñanza nos permite vivir el cristianismo de un modo totalmente nuevo mucho más adecuado a nuestra visión actual y a nuestra experiencia cristiana de hoy.
Ayudar a liberar al cristianismo de todo lo que impide que sea un mensaje de liberación y contemplación, una mística, creo que debe ser la misión de un grupo cristiano actual. Esto supondrá en muchos casos vivir nuestro cristianismo en mucha mayor profundidad y libertad que lo viven los que se limitan a decir amén al discurso oficial de la institución eclesial.
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