Acabo de regresar a casa de un retiro que podríamos llamar de zen cristiano, que creo ha sido muy provechoso para much@s de los que hemos participado en él (no diré tod@s para no absolutizar). Provechoso, en especial, por la aportación de cada un@ de los que hemos participado.
Se trata de un pequeño grupo de mujeres y hombres que a través del zen han llegado a descubrir el valor de la espiritualidad cristiana, en concreto, de la mística cisterciense y entienden que están llamados a vivir y a ofrecer a quien lo desee esta espiritualidad cristiana tradicional y, a la vez, nueva.
Este pequeño grupito, rebañito en lenguaje evangélico, intenta ser fiel a las tradiciones de las que bebe y ser fiel a su vocación de camino nuevo para la gente sencilla, anónima, aquell@s que no están llamados a grandes alturas místicas ni ascéticas pero desean profundamente el encuentro con el Amado, con Cristo y redescubren las bellezas, a veces ocultas por el pecado de los propios cristianos, de la Iglesia.
Se trata de un pequeño grupo de mujeres y hombres que a través del zen han llegado a descubrir el valor de la espiritualidad cristiana, en concreto, de la mística cisterciense y entienden que están llamados a vivir y a ofrecer a quien lo desee esta espiritualidad cristiana tradicional y, a la vez, nueva.
Este pequeño grupito, rebañito en lenguaje evangélico, intenta ser fiel a las tradiciones de las que bebe y ser fiel a su vocación de camino nuevo para la gente sencilla, anónima, aquell@s que no están llamados a grandes alturas místicas ni ascéticas pero desean profundamente el encuentro con el Amado, con Cristo y redescubren las bellezas, a veces ocultas por el pecado de los propios cristianos, de la Iglesia.
Como toda propuesta, aunque sea tan pequeña y poco significativa como ésta, encuentra en su camino amigos y enemigos, por simplificar. No siempre son amigos quienes nos alaban, por ello, no hablo de críticos y partidarios. Hay correcciones verdaderamente fraternas y no fratricidas.
Por un lado, aquellos más sensibles a la ortodoxia del zen o a la perspectiva oriental de la espiritualidad, como el advaitismo radical, pueden encontrar “heterodoxa” o inmadura la metodología y el mensaje. El grupo se ha vinculado a una escuela de zen minoritaria, la escuela sanzensha, formada por el movimiento religioso japonés Shingaku, que manteniendo lo esencial del zen (zazen, kin hin, silencio, dokusan, koan, relación con el acompañante…) relativiza y flexibiliza mucho los modos concretos de realizar esto (zazen puede hacerse en cojín, en silla o en banquito), no se antepone el silencio a un “buenos días” si la hermana o hermano nos saludan, la entrevista es un encuentro entre amigos que siguen el camino, ambos son maestros y discípulos, aunque uno sea el que coordina la práctica, la autoridad se la concedemos espontáneamente al otro cuando nos ayuda a crecer, los koan se extraen de los escritos de los Padres Cistercienses (San Bernardo, El Beato Guillermo de Saint-Thierry, San Elredo de Rieval…), etc…
Por otro lado, el mensaje del grupo es siempre relacional, la meta no es la “iluminación”, aunque estas experiencias de iluminación puedan darse sino la comunión con el Otro y l@s otr@s, experiencia de unión con el Cristo total, Dios, el hombre y el Cosmos; y desde esa experiencia ser constructores de comunión y redención, ser humanizadores y liberadores, teniendo en el corazón los sentimientos de Cristo, el Amado y el amante apasionado de tod@s y del Mundo, en especial, los más pequeños, los más pobres y excluidos, los que no cuentan y que en realidad son el fundamento que sostiene el mundo cuando vemos la realidad con su verdadero rostro (conversión- Mente Original) y no con los ojos de la mentalidad “mundana”(mente calculadora-búsqueda del poder, el dinero o el prestigio).
Algunos cristianos se asustan cuando oyen hablar del zen, confunden el zen con la nueva era, aunque en el documento vaticano sobre la nueva era (Jesucristo, portador del agua de vida) no se identifique al zen con la Nueva Era y aunque en la declaración “Nostra Aetate” del Concilio Vaticano II se hable de la santidad y verdad que hay en las religiones no cristianas y en el decreto “Ad gentes” se anime a los religiosos a que “consideren atentamente el modo de aplicar a la vida religiosa cristiana las tradiciones ascéticas y contemplativas, cuyas semillas había Dios esparcido con frecuencia en las antiguas culturas antes de la proclamación del Evangelio.” (Ad Gentes nº 18).
Es precisamente para dar cuerpo a este “mandato” del concilio Vaticano II por lo que existe hoy un zen cristiano.
Naturalmente es necesaria la prudencia y estos grupos pueden también equivocarse, por ello, el zen cristiano como toda “novedad” del Espíritu en la Iglesia debe ser acompañado por quienes en la iglesia ejercen el sercicio de la autoridad, pero acompañado no es lo mismo que perseguido o ahogado, porque correríamos el riesgo de perseguir al propio Espíritu y entrar en un camino autodestructivo dentro de la iglesia.
Debe pues estar abierto a la corrección fraterna de quienes ejercen la autoridad y también tiene derecho a esperar el aliento y el ánimo en todo aquello positivo que aporta a la Madre Iglesia. No puede nunca separarse de la comunión con ella porque entonces erraría con seguridad el camino, no sería fiel a su verdadera naturaleza y no aportaría belleza y bien a la armonía y la redención-liberación del mundo.
A mi, particularmente, el zen, o el yoga no me asustan. De hecho, por muchos anos practique aquello, cuando no era cristiano, ya que lamentablemente no fui educado como tal.
ResponderEliminarLo que me espanta es la tal necesidad de recurrir a vasos rotos cuando la mistica cristiana/catolica tiene todo y mucho mas de lo que un creyente necesita para aproximarse al Dios personal que se revela en amor, y en relacion amorosa. No sentimental como Ud. advierte acertadamente, sino aquel temperado por la voluntad, y en la cual Dios se revela soberanamente, ya que no podemos manipularlo por ninguna tecnica. Y si el zen, y metodos similares, tiene coincidencias con la mistica cristiano, ello no valida al zen sino que confirma lo que ya poseemos.
En cuanto a lo de "espiritualidad desvinculada de las religiones" son ilusiones que conduciran a uno inexorablemente al vacio.
No hay tal cosa "autonoma" y tanto el zen como la yoga descansan en conceptos religiosos, que si se quieren secularizar, a eso conduciran.
Esta mixtura "trasnconfesional" pierde toda base de sustentatcion, y se manifestara en una cierta "sintesis", si se quiere, pero que es por su propia naturaleza centrifuga y nunca unificante.
Asi, pues, no entiendo como ello no conducira al sincretismo, sino que en eso tiene que basarse.
En cuanto a lo de ser "sectario" me parece que es terror a la coherencia.
Espero ser entendido, simplemente, como un "observador participante" en terminos de los metodos de antropologia cultural.
Gracias por dejar tu punto de vista, evidentemente el zen cristiano es un camino más de la mística cristiana,no el único, ni quizá el mejor, sólo un camino para quienes sienten que es el suyo, un camino que intenta apoyarse en elementos valiosos de la tradicón zen, pero manteniendo siempre la perspectiva cristiana.
ResponderEliminarEl magisterio de la Iglesia como señalo además de hablar de los peligros que puede suponer asumir lenguajes y perspectivas de otras tradiciones, también aprueba el uso de elementos positivos de estas tradiciones introduciéndolos en la tradicón cristiana como ayudas ( Ver :Orationis formas o el decreto ad gentes n.18).
Veremos qué frutos produce este nuevo camino, que quizá el espíritu esté suscitando.
Respecto al valor de las llamadas espiritualidades laicas o autónomas de las religiones, no sería tan crítico, siempre que no pretendan situarse contra las religiones, pueden ser un camino de redescubrimiento de la dimensión transcendente. Y para algun@s una manera de ir caminando hacia Cristo.
Fíjate, José Antonio, yo he experimentado el yoga y el tai-chi cristiano, incluso otras técnicas de concentración y relajación. Tuvimos un grupo cristiano en el que comentabamos como un tesoro el Bhagvad Gita... Éramos tod@s cristianos más o menos practicantes. Llegué a la misma conclusión que "ecclesiaprimus". Supongo que a otros les ayudará. Yo he descubierto en la FUENTE QUE MANA AUNQUE SEA DE NOCHE... LA LUZ, LA PAZ, LA VIDA, EL CRECIMIENTO, el encuentro interpersonal, el silencio, ... LA IGLESIA... LA COMUNIDAD, LA FRATERNIDAD... Y la fraternidad me ha faltado bastante en las otras experiencias que nos han llevado a mucho individualismo.
ResponderEliminarSin embargo, los respeto, en Africa orábamos juntos en silencio, gentes de distintas religiones y grupos cristianos.
Personalmente busco lo que nos une más que lo que nos separa pero creo que puedo dar lo mejor de mí misma SIENDO YO MISMA, DANDO JESÚS A LOS HERMANOS.
Un fuerte abrazo pascual
Un interesante testimonio, me alegro que hayas encontrado el camino en el que puedes dar lo mejor te ti.
ResponderEliminarGracias y también un fuerte abrazo pascual paraa ti.
José Antonio.