Existe un ecumenismo interreligioso que considera todas religiones iguales, simples expresiones intercambiables de una misma experiencia.
No puedo compartir esta visión que me parece esconde una exaltación del subjetivismo y lleva a un sincretismo que impide vivir y comprometerse con la espiritualidad de ninguna tradición.
Vivir de verdad una Tradición espiritual exige una entrega y un compromiso a la experiencia que la ha fundado, al acontecimiento central que ella transmite; esta entrega es la fe, la conversión. Sin ella difícilmente se puede decir que uno pertenezca a la misma. Vive uno en la prisión del ego, incapaz de salir de la mentira de la mente subjetiva y egocentrada. Por mucho que hable de Dios y sepa mucho de religiones, no se ha entregado, no tiene fe.
Naturalmente que entregarse a la tradición espiritual no supone renunciar a la racionalidad, ni anular el sentido crítico con el propio camino, ni negar la existencia de experiencias espirituales en otros ámbitos. Pero sí supone una opción, un compromiso, una elección por lo que uno cree es el camino más adecuado, aquel al que Dios le ha llamado y por lo tanto el “mejor”. Dios nunca nos va a llamar nada más que a la vía mejor.
Es por eso, que el defender el ecumenismo interreligioso sólo puede ser una actitud legítima si va unida a un compromiso total con la propia vocación religiosa, y desde ahí, una apertura a todos los otros caminos, sin mezclarlos ni anularlos. Todos podemos aprender unos de otros, siempre que no renunciemos a ese acto de entrega a la propia vía, haciendo de este compromiso lo central en nuestro caminar. Si nuestra fe no es lo esencial y si consideramos que la verdad está en otra vía, está claro que hemos abandonado la propia tradición.
No existe un esoterismo abstracto, como una doctrina por encima de las religiones, existe el esoterismo de cada vía, ni es posible un ecumenismo interreligioso serio que no suponga el compromiso con la propia religión. Compromiso que supondrá compromiso por su reforma cuando esta religión la necesite.
Un ecumenista cristiano es ante todo eso, cristiano, es decir, alguien que se ha entregado a Cristo, cuya vida y persona son la máxima expresión, para él, de la vida espiritual, del Hombre Nuevo, de Dios, del camino, la verdad y la vida.
Creo en ello también JOSÉ...UN COMPROMISO es necesario..vivir con profundidad ese CAMINO...esas ENSEÑANZAS...CREER y VIVIRLO...ENTREGARSE. Solo así podemos avanzar realmente... aunque también creo positivo estar abiertos a otras Vias Espirituales, tolerantes y respetuosos...lo que no quiere decir que tengamos que picotear constantemente. Ser coherente con el Camino escogido, profundizarlo, vivirlo...llevarlo a la práctica y a la
ResponderEliminarvida...asi CRECER y EVOLUCIONAR. Por cierto, si estuviese en Madrid hubiera acudido a tu Curso..
Pronto transcribiré en mi Blog de Conciencia Primordial un escrito sobre la EUCARISTIA precio-
so y profundo.
UN ABRAZO DESDE ESA VERDAD.