"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

martes, 16 de junio de 2009

Contra el laicismo excluyente y por una laicidad ecuménica.


Creo que una de las corrientes de pensamiento actuales más interesantes es la psicología transpersonal. Esta corriente psicológica, en especial a través de Ken Wilber, se ha convertido en un nuevo enfoque de toda la realidad a partir de la inclusión de la espiritualidad en su nuevo paradigma laico y científico.


Para Wilber la modernidad nos ha traido buenas y malas noticias, las buenas, la autonomía de la persona, los derechos humanos, la libertad de investigación que ha dado tan increibles frutos técnológicos y científicos. Pero también la modernidad ha caido en un reduccionismo que ha pretendido reprimir aspectos de la realidad, en especial, aquellos que iban más allá de lo puramente racional y mental. Una cultura logocéntrica, patriarcal, mental ha reprimido la ternura, los sentimientos, lo femenino, lo corporal y lo espiritual, las experiencias de iluminación transracionales. Un mundo "chato", monótono, puramente cuantitativo parece ser el ideal de esta modernidad antiespiritual.


Me parece que aún hay que continuar avanzando en la denuncia de un mundo así. Es triste ver cómo todavía hay un discurso fundamentalista en algunos sectores laicistas, que rechazan todo valor a las experiencias espirituales, quieren que las religiones no tengan incidencia pública y consideran todo lo religioso como algo infantil y llamado a desaparecer en aras de ese mundo hiperracional y científico (unidimensional) con el que sueñan.


Desconocer el valor humanizador de las tradiciones espirituales, y el carácter pluridimensional del ser humano, es la mejor manera de llegar a una especie de fascismo o estalinismo global hipercientífico y deshumanizado. Tan tenebroso como los clericalismos fundamentalistas que algunos reclaman.


Creo que el camino está en volver a valorar lo espiritual, lo contemplativo y transmental como algo esencial en la experiencia humana, algo que no está sólo en las religiones, pero que es el origen de éstas y que en ellas podemos aún descubrir, si conseguimos ayudarlas a liberarse de formas y estructuras caducas y rígidas, que alejan de la experiencia que les dio origen.


Me asombra ( es un decir, claro, ya sé que desde el siglo XIX hay una masonería minoritaria antirreligiosa y antiespiritual muy beligerante) que este laicismo fundamentalista esté en boca de algunos miembros de la masonería española, que parecen desconocen el carácter espiritual de la enseñanza masónica, considerada por Guenon y otros muchos estudiosos serios, la dimensión esotérica del cristianismo. Sin espiritualidad, la masonería no pasa de ser un club social elitista o un grupo de presión muy cuestionable. Algo perfectamente prescindible en una sociedad democrática.


Identificar la religión con el discurso fundamentalista y clerical es un error similar a creer que el laicismo es el reclazo de la espiritualidad. Creo que lo que debemos caminar es hacia un laicismo incluyente, que valore la espiritulidad de todas las tradiciones religiosas y laicas como una dimensión humanizadora y liberadora. Un laicismo así es una fuente de sensibilidad democrática y de humanismo, que puede ser defendido desde posiciones religiosas o laicas abierta y flexibles.


Podríamos hablar de un laicismo ecuménico, que valora la mística en su variedad de manifestaciones (cualquiera que sea la interpretación que se dé de la experiencia, religiosa o puramente psicológica) y que quiere establecer el diálogo y el respeto entre ellas, así como pretende proporcionar al ser humano una realización de todas sus dimensiones (corporales, psicológicas, espirituales y sociales) tanto a nivel personal como colectivo. Sin limitar lo humano a la razón instrumental que tantos desastres nos ha ocasionado. Recordemos la denuncia de esta modernidad que hicieron los filósofos de la escuela de Frankfurt desde posiciones puramente laicas y progresistas.


Una laicidad así y una religiosidad renovada y tolerante serían una buena noticia para nuestro mundo y el mejor antídoto contra fundamentalismos laicos o religiosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.