"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

martes, 9 de febrero de 2010

La Nueva Espiritualidad Feminista, por Juan José Tamayo.



Tomado de http://seante.org.es/node/29


En la nueva espiritualidad la mujer se redescubre como sujeto, vive la experiencia religiosa desde su propia subjetividad y no acepta mediaciones clerico-patriarcales o jerárquico-institucionales que, en el fondo, pretenden negar su subjetividad.


No acepta las tradicionales divisiones entre sagrado y profano, espiritual y material, natural y sobrenatural, etc.


El lugar de la nueva espiritualidad es el mundo sin fronteras, la naturaleza toda donde se deja sentir el misterio, la vida como don y tarea, la realidad sin compartimentos estancos. Su espacio son todos aquellos lugares en los que se desarrolla la existencia humana: la profesión, la actividad política, la comunicación, la vía pública, el ágora, la vida cotidiana, etc.


Eso no significa que se proponga neosacralizar el mundo. Todo lo contrario: respeta su plena autonomía y le reconoce como el verdadero escenario donde se juega el destino humano. Su presencia en el mundo se orienta a transmitir el dinamismo liberador del E(e)spíritu.


Es una espiritualidad sapiencial política, no intimista, activa, que levanta la voz y lucha en favor de las personas indefensas y de la naturaleza dominada. En ese sentido es rebelde e inconformista con el sistema excluyente y todopoderoso. Se caracteriza por una profunda inspiración ético-práxica. Se guía por los imperativos de la fraternidad-sororidad, justicia-liberación, igualdad-diferencia. Una espiritualidad sin ética es vacía; una ética sin espiritualidad es ciega.


La nueva espiritualidad se expresa a través del lenguaje de los símbolos, del cuerpo, de los sentimientos, de las pasiones, de la experiencia.


Parte de la vida en toda su riqueza y complejidad, con sus contradicciones y problemas, con sus aspiraciones y frustraciones. Es, en fin, una espiritualidad ecológica, que no utiliza la naturaleza como objeto de dominio, sino –haciendo mía la idea de R. Panikkar-como espacio de encuentro cosmoteándrico. Es una espiritualidad interreligiosa donde convergen las experiencias místicas y contemplativas más auténticas, no mediadas por los intereses de poder de cada religión, sino animadas por el encuentro humano-divino pleno de gratuidad.


La nueva espiritualidad feminista que se presenta en clave ética y sapiencial, ecológica e interreligiosa, va a las fuentes de la experiencia religiosa y constituye el mejor correctivo a la cada vez más extendida mercantilización de la religión por parte del sistema, a su manipulación de la religión por parte del Imperio, a su uniformización por parte de los fundamentalismos y a su espiritualización por parte de los funcionarios de lo sagrado..

Muy otro es el planteamiento de la jerarquía católica a través de sus documentos y de sus prácticas excluyentes de las mujeres del universo religioso.


A ellas se las acusa de ser responsables de la violencia doméstica por defender la liberación sexual; se las recluye en el hogar, y, en el caso de que trabajen fuera del hogar, se defiende la compatibilidad entre ambos trabajos, sometiéndolas a jornadas interminables sin descanso.


Se las valora por su función reproductiva y cuidadora, no por el hecho de ser personas. Se las excluye del ministerio sacerdotal, alegando que no pueden representar sacramentalmente a Cristo porque Jesús de Nazaret no ordenó a mujeres, cuando tampoco ordenó a varones, sino que creó un movimiento igualitario de hombres y mujeres.


Se las excluye de los ámbitos de poder y de responsabilidad dentro de la comunidad cristiana, reproduciendo así la idea patriarcal de que el ejercicio del poder compete a los varones. Se critica la "ideología de género", que cuestiona el "eterno femenino" y los estereotipos que dimanan de él, cuando lo que defiende dicha ideología es la no discriminación por razones de género, la igualdad de hombres y mujeres en derechos y deberes, la paridad en el ejercicio del poder. Es la propia organización eclesiástica jerárquico-patriarcal la que refuerza las desigualdades de género.

No se puede defender una espiritualidad feminista cuando no se condena con la contundencia debida la violencia contra las mujeres, los abusos sexuales, la prostitución.

2 comentarios:

  1. De pleno acuerdo con el señor Tamayo, un fuerte abrazo Jose Antonio.

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  2. Así sea hoy y siempre en verdad de justícia.



    Gracias.

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Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.