"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

miércoles, 20 de julio de 2011

11 Proposiciones contra el capitalismo, por Erik Olin Wright




1) Las relaciones de clase capitalistas perpetúan formas eliminables del sufrimiento humano. Ello, fundamentalmente, porque el capitalismo tiende a perpetuar: la explotación (al conferirle poder económico a los dueños del capital, que tienen un interés económico en mantener a sectores amplios de la población en una situación de vulnerabilidad económica y dependencia); unas no-controladas externalidades sociales negativas sobre el cambio tecnológico (cambios tecnológicos que destruyen empleos, desplazan trabajadores, y convierten a las viejas habilidades en inútiles, empeorando la vida de largas secciones de la sociedad); y la competencia bajo condiciones capitalistas (que, sobre todo en una situación de desarrollo global, reproducen dramas como los recién señalados).

2) El capitalismo bloquea la universalización de las condiciones para el florecimiento humano. Aunque el capitalismo puede haber contribuido a facilitar dicho florecimiento, sobre todo en ciertos sectores, también bloquea la extensión de esas condiciones a toda la población. Ello, por el tipo de desigualdades que genera, para el acceso a las condiciones materiales del florecimiento humano y a trabajos atractivos; y también por su aliento a la híper-competencia.

3) El capitalismo perpetúa déficits eliminables en relación con la libertad y la autonomía. A pesar del reclamo capitalista de que este sistema es el que mejor sirve a los ideales de la libertad, la idea tiene muchos problemas. Entre ellas: las relaciones de dominación dentro de los lugares de trabajo capitalistas implican restricciones persistentes sobre la autonomía; y la masiva desigualdad de riqueza e ingresos que genera, y que implica pérdida de “libertad real” (idea que retoma de P. Van Parijs) en una mayoría, que no pueden realizar las elecciones que realmente le importan para realizar sus planes de vida.

4) El capitalismo viola el principio liberal igualitario de la justicia social. El capitalismo es fundamentalmente incompatible con una idea fuerte de igualdad de oportunidades, al otorgarle a algunas personas ventajas indebidas sobre otras. Típicamente, esto se advierte cuando se presta atención a las amplias desigualdades en las condiciones materiales en las que crecen los niños de distintos sectores sociales.

5) El capitalismo es ineficiente en ciertos aspectos cruciales. Algunas fuentes de estas ineficiencias surgen con: la provisión de bienes públicos; la sub-apreciación y el sobre-consumo de recursos naturales; las externalidades negativas; el monitoreo y la aplicación de los contratos de mercado; las patologías en los derechos de propiedad intelectual; los costos de la desigualdad.

6) El capitalismo tiene un sesgo sistemático a favor del consumismo. Y el consumismo tiende a dañar al medio ambiente; priva a las personas de tiempo, y las coloca en situaciones de estrés; favorece vidas deficientes en términos de realización personal; y (aún si el consumismo pudiera ser defendido como un plan de vida deseable), coloca obstáculos sistemáticos a formas de vida de no-consumismo: el capitalismo, en tal sentido, no es un modo de vida neutral.

7) El capitalismo es destructivo en términos de medio ambiente. Ello, no sólo por los efectos del consumismo mencionados, sino también, y sobre todo, porque, salvo algún mecanismo de contrapeso fuerte, las empresas capitalistas tienden a ignorar los costos ambientales; y porque los recursos naturales no renovables resultan sistemáticamente sub-apreciados por el mercado, dado que su valor futuro no es registrado en las dinámicas de oferta y demanda presentes.

8) El capitalismo transforma cada vez más esferas de la actividad humana en bienes de consumo, organizándolas a través de las pautas del mercado, y amenazando así valores ampliamente compartidos (tema importante en M. Sandel). Ello se ve en cantidad de ejemplos relevantes, incluyendo los relacionados con el cuidado de niños (que podría hacerse a través de la familia, el Estado, la comunidad); la religión; las artes; etc.

9) En un mundo en donde predomina la forma Estado-Nación, el capitalismo alimenta el militarismo y el imperialismo. La industria militar juega un papel central en las economías capitalistas, aún en las menos militarizadas –como en Suecia. La importancia económica del gasto militar crea poderosas fuerzas opuestas a la desmilitarización.

10) El capitalismo corroe la comunidad, es decir, ámbitos en donde predominan sentimientos de reciprocidad, solidaridad, mutuo cuidado y mutua preocupación (acá, su referencia es el amigo G.A.Cohen). El capitalismo se lleva mal con la comunidad. Alienta motivaciones contrarias a la comunidad, y genera desigualdades que socavan la solidaridad social, y alientan las relaciones de explotación, que el explotador tiene interés en mantener y expandir, y que generan antagonismo de intereses que afectan la idea de un destino compartido (un fenómeno que, contra lo que Marx pensaba, no provocó, siquiera, la solidaridad al interior de la fracturada clase trabajadora).

11) El capitalismo limita la democracia. Primero, la propiedad “privada” de los medios de producción implica que amplios dominios con enormes implicaciones sobre la vida de las personas, resultan removidos del ámbito de la decisión colectiva. Segundo, la incapacidad de los cuerpos colectivos para controlar el flujo y movimiento del capital socava la capacidad de la democracia para establecer prioridades aún sobre actividades que las empresas capitalistas no organizan directamente. Tercero, la fuerte concentración de riqueza y poder económico, generada por la dinámica capitalista subvierte los principios de la igualdad política democrática.

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Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.