"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

domingo, 13 de marzo de 2011

La Depresión, consecuencia de la persecución de metas irreales, por Alexander Lowen.





La persona deprimida está presa por las barreras inconscientes del “se debería” y “no se debería”, que la aíslan, la limitan y pueden incluso aplastar su espíritu. Mientras vive en esta prisión, la persona devana fantasías de libertad, trama planes para su fuga y sueña un mundo en que la vida será diferente. Estos sueños, como todas las fantasías, le sirven para mantener su espíritu, pero también le impiden confrontar de una manera realista las fuerzas internas que le atan. Antes o después se derrumba la ilusión, el sueño se desvanece, el plan falla y se encuentra cara a cara con la realidad. Cuando esto sucede el individuo se deprime y se siente desesperado.


Cuando perseguimos ilusiones nos proponemos metas poco realistas, creyendo que si las lográramos, automáticamente nos liberarían, restablecerían nuestra capacidad de auto-expresión y nos harían capaces de amar. Lo que es irreal no es la meta sino la recompensa que se supone sigue a este logro. Entre las metas que muchos de nosotros seguimos tan implacablemente están las riquezas, el éxito y la fama. Sin embargo el dinero no da las satisfacciones internas que son las que hacen que la vida merezca la pena vivirse. En muchos casos la tendencia a ganar dinero desvía la energía de actividades más creativas y auto-expresivas, con lo cual el espíritu se empobrece.


A su vez, la tendencia de la fama y el éxito se basa en la ilusión de que no sólo incrementarán nuestra autoestima, sino que además lograremos esa aceptación y aprobación de los demás que parece que necesitamos. Es cierto que el éxito y la fama aumentan nuestra autoestima e incrementan nuestro prestigio en la comunidad, pero estos logros aparentes contribuyen bien poco a la persona interior. Muchos triunfadores se han suicidado en la cumbre del éxito. Nadie ha encontrado el verdadero amor a través de la fama, y muy pocos han superado la sensación interna de soledad gracias a ella. La verdadera vida se vive a un nivel mucho más personal

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Por lo tanto, se puede definir como meta irreal aquella que conlleva expectativas poco realistas. El verdadero objetivo que hay tras la lucha por el dinero, el éxito o la fama es la auto-aceptación, la autoestima y la auto-expresión. (...) De hecho, cuando una persona tiene que proyectar la imagen de “ser alguien”, indica que en su interior se siente un “Don nadie”.

Si queremos encontrar a la verdadera persona tras la fachada de su conducta social tenemos que mirar a su cuerpo, sentir sus sentimientos y entender sus relaciones. Sus ojos nos dirán si puede amar, su cara nos dirá si es auto-expresivo y sus movimientos nos revelarán el grado de libertad interior. Cuando estamos en contacto con un cuerpo vivo y vibrante, sentimos inmediatamente que estamos en presencia de “alguien”, sin tener en cuenta su posición social. A pesar de lo que se no ha enseñado, la vida se vive realmente en este nivel personal donde un cuerpo se relaciona con otro o con su entorno natural. Todo lo demás es pura tramoya, y si confundimos el teatro con el drama de la vida, estamos en realidad bajo el dominio de la ilusión.


Una meta ilusoria exige una manera de ser, aprobada, porque detrás de esta meta está la necesidad de aceptación. La meta se fija inicialmente durante la infancia, con el deseo de aceptación de los padres, transferido más tarde a los demás.


(...) la lucha por conseguir la perfección reduce la humanidad el individuo y acaba siendo autodestructivo; sólo sirve para ver la imperfección de otra persona.

(...) la cantidad de energía y esfuerzo que se invierte en satisfacer metas irreales es enorme. La depresión se puede contemplar como un aviso que da la naturaleza para pedir que se detenga el insensato gasto de energía y dar tiempo para recuperarse. Aunque una depresión es patológica también es un fenómeno recuperativo. El derrumbamiento es como la vuelta a un estado infantil, y, con el tiempo, la mayoría de la gente se recupera espontáneamente.


La recuperación, por desgracia, no es permanente. Tan pronto como recobra la energía, la persona antes deprimida reanuda su esfuerzo por satisfacer su sueño. Ese rebote desde la depresión es a veces tan brusco e incontrolable que la persona sube tanto arriba como abajo había estado antes. Estos bruscos estado de ánimo que oscilan entre la depresión y la euforia e incluso la manía presagian la inevitabilidad de una nueva reacción depresiva. La euforia se debe a la exagerada presunción de que “esta vez todo será distinto”, de la misma forma que un alcohólico jura que no beberá ni una gota más. Mientras persista una meta ilusoria en el inconsciente y dirija la conducta, la depresión será inevitable.


Si la depresión es tan común hoy en día, es por la irrealidad en que trascurre buena parte de nuestras vidas, por la energía que se dedica a la persecución de metas irreales.

4 comentarios:

  1. Las metas se presentan en dos formatos de irrealidad, a saber : Las que vuelan por encima de tener los pies en la tierra, es por tanto una ilusión por exceso,....muy del discurso educativo religioso, por que pone el énfasis en el exceso, fama, éxito, dinero,sexo, fiesta, siempre se deja ver esa fijación por lo Dionisiaco que tienen los Ecliso_logos, pero también la tenemos por defecto, donde la única meta es la rutina y la seguridad, algo por tanto tiene que liberarse.....

    Juan Manuel

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  2. Muy interesante tu visión, quizá Lowen considerara que esa búsqueda de seguridad está en la misma línea que la búsqueda de la fama o el dinero, tiene que ver con buscar el control y el poder en vez de la realización de la persona. Gracias por exponer tu visión.

    un saludo.

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  3. Me apetece también José,...reflexionar sobre la atención que se posa sobre metas irreales, quedando absorbida la misma de las cosas evidente y simples que cruzan nuestra conciencia, cosas como la luz de la mañana al intenso olor de una taza de café, de un triste día a un día triste. Uno esta tan ocupado.....en esa irrealidad alcanzable. Pero todo tiene un precio, perder de vista el movimiento ordinario de las cosas ordinarias facilita su invisibilidad, esa perdida de movimiento sirve a lo ordinario, pero es el mismo movimiento que te transporta a lo trascendente, con esa perdida el Alma pierde sus defensas..hasta que se congela.

    El cuento mítico de la manzana y la serpiente no es ningún delirio, y el mundo esta lleno de Evas congeladas/frígidas y Adanes repletos de intelecto.

    Juan Manuel Morfeo del paraiso

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  4. Hola Juan:

    La vida cotidiana y "vivir en el cuerpo" de forma integra son la final una manera muy sana de vivir en plenitud, la realidad cotidiana es el verdadero zazen.

    abrazos.

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Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.