"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

martes, 22 de marzo de 2011

Entrevista a FRANCESC TORRALBA sobre la Inteligencia Espiritual




La felicidad duradera, a diferencia del bienestar material, es un estado interior, y sólo podemos experimentarlo a través del cultivo de la inteligencia espiritual.

Que no existe un único tipo de inteligencia lo sabemos desde hace mucho. Sabemos que hay personas con una gran habilidad lógico-matemática y una reducida inteligencia lingüística, y otras con una inteligencia espacial muy desarrollada y una notable falta de habilidad emocional. ¿Y la inteligencia espiritual? Es la que nos permite transcender, crear y, en última instancia, ser felices de una manera profunda y duradera.


Francesc Torralba nos lo explica.


¿Qué es la inteligencia espiritual?


Francesc Torralba
: Es una modalidad de inteligencia que también se denomina existencial o trascendente. Completa el mapa de las inteligencias múltiples que desarrolló, hace más de dos decenios, Howard Gardner. Nos referimos a una inteligencia que nos faculta para preguntar por el sentido de la existencia, para tomar distancia de la realidad, para elaborar proyectos de vida, para trascender la materialidad, para interpretar símbolos y comprender sabidurías de vida. El ser humano es capaz de un conjunto de actividades que se no explican sin referirse a este tipo de inteligencia. Es especialmente cultivada en los grandes maestros espirituales, en los filósofos y artistas, también en los creadores.

el ser humano, ¿es un ser espiritual?


El ser humano es un ser que trasciende lo material. Es una unidad de cuerpo y alma. En sentido estricto, no “tenemos” un cuerpo. Más bien vivimos en él, nos expresamos en él, lo gozamos y lo padecemos. Tampoco “tenemos” un espíritu, como si fuera un objeto o una propiedad anexa. Hay en el ser humano algo que escapa a la racionalidad y a la materialidad, un destello de eternidad, un enigma.


¿Cómo se manifiesta esta espiritualidad? ¿Qué nos aporta?


Lo espiritual en el ser humano permite el ejercicio de la libertad y crear un mundo interior, tomar distancia de la vida instintiva. Lo fundamental es invisible a los ojos, decía Saint Exupéry. No se conoce a un ser humano hasta que no se penetra en su vida espiritual, hasta que no nos da permiso para acceder a este territorio. Lo espiritual se expresa en lo corporal, en el gesto, en la palabra, en el silencio, en el obrar y, de un modo particular, en la creación. No tiene una vida paralela; está profundamente arraigado en lo material.

Esta espiritualidad, ¿responde a necesidades prácticas de supervivencia o tiene otro origen?


No sabemos por qué somos seres espirituales. Existen distintas hipótesis. Pero las necesidades espirituales se detectan en todo ser humano, especialmente cuando éste sufre alguna situación límite. Todos deseamos, como decía Albert Camus, vivir una vida con sentido, hallar una salida al absurdo, formar parte de un todo, experimentar la libertad, tomar distancia de la realidad, trascender el tiempo y el espacio. En suma, ser felices.

¿Cuáles son los beneficios de la espiritualidad?


El cultivo de la espiritualidad no se debe comprender como algo paralelo al cultivo de la corporeidad. Ambas dimensiones se entrelazan profundamente. Una persona que vive su vida con sentido, que es capaz de articular su proyecto vital, que puede valorar sus actos y tomar nota de lo bueno y de lo bello que hay en ellos, vive con más plenitud y gozo su existencia que otra que tiene atrofiada la inteligencia espiritual. Los beneficios de la inteligencia espiritual son múltiples: la profundidad, el sentido del humor, la gratuidad, el sentido de pertenencia al Todo, la relatividad de lo que pasa...

¿Cuáles son las desventajas de acallar (o atrofiar) la espiritualidad?


La atrofia de la inteligencia espiritual conlleva graves problemas. El fanatismo, la banalidad, el servilismo, el dogmatismo, el sectarismo y otros graves dramas que atañen al mundo actual son la clara consecuencia de un déficit de inteligencia espiritual. Una persona espiritualmente inteligente tiene capacidad para analizar con profundidad lo que ocurre en su vida y en la vida de los otros, tiene el poder para descubrir sus recursos más íntimos y desconoce el aburrimiento. Tiene un alto grado de libertad, pues sabe relativizar y tomar distancia de los estímulos externos.

¿Cómo podemos desarrollar la espiritualidad?


Los grandes maestros de las grandes tradiciones espirituales enseñan distintos caminos y métodos para cultivar y desarrollar la espiritualidad. Como el cuerpo, la espiritualidad también requiere de una ejercitación para que alcance su plena madurez. La práctica de la soledad, el gusto por el silencio, la contemplación estética, la práctica de la meditación, el diálogo socrático e incluso el ejercicio físico son formas de desarrollar la espiritualidad. No existe un único modo, sino una pluralidad de formas que la historia nos ha legado como un patrimonio intangible.

¿En qué consiste tener una vida espiritual?

La vida espiritual es, en primer lugar, autoconciencia. El ser humano no sólo es capaz de salir fuera de sí mismo y establecer vínculos con los otros y con el mundo sino que, además, es capaz de adentrarse, de dialogar consigo mismo, de tomar consciencia de que existe. Esta toma de consciencia es fundamental para convertir su vida en un proyecto personal, en una obra de arte. La vida espiritual no es, necesariamente, reclusión, ni mucho menos aislamiento de lo que san Juan de la Cruz llamaba el mundanal ruido. Requiere de la soledad, pero también se alimenta de lo que el mundo enseña. La permeabilidad es la base de la vida espiritual. No es una vida paralela a la vida social o psíquica o física. Influye directamente en los modos de interaccionar, en los pensamientos y sentimientos que fluyen por la mente y en el mismo rendimiento físico.

¿A qué llamamos espiritualidad laica, en qué consiste?


Existe una espiritualidad abierta a la trascendencia, pero también una espiritualidad sin Dios, sin iglesia y sin dogmas. En la primera, el ser humano se halla confrontado a un ser que le trasciende, un ser que halla en la más íntima de sus intimidades, un interlocutor que está ahí y con el que establece un diálogo de amor. Este diálogo es la oración. San Agustín le llamaba maestro interior. También existe una espiritualidad laica que entiende el cultivo de la vida espiritual como un diálogo con uno mismo, como una especie de autodiálogo como diría don Miguel de Unamuno. En este segundo caso, existe también vida espiritual, sentido de pertenencia al mundo, incluso puede haber experiencia mística, superación de la dualidad, pero no se reconoce a Dios como interlocutor.

¿Cómo sabemos que la necesidad de trascendencia no es una mera búsqueda de intensidad, de darle un sentido más profundo a la vida, un autoengaño más?


No lo podemos demostrar empíricamente, ni racionalmente. Unamuno lo expresa en un verso de su antología poética: “¿Soy yo creación de Dios o es Dios creación de mi congoja?”. La necesidad de sentido todavía no demuestra que el mundo tenga sentido, pero expresa una carencia fundamental en el ser humano, un rasgo único que le hace particularmente problemático en el conjunto del cosmos, le convierte en un ser paradójico y, a la vez, espiritual. Se trata de una apuesta, pero que no carece de razones.

¿Cómo sabemos que las experiencias espirituales (en la meditación, oración, cánticos) no son sólo experiencias psicológicasquímicas del organismo?

Todas las prácticas de vida espiritual tienen repercusiones en la vida física, psíquica y social. No cabe duda que la repetición de determinados mantras u oraciones o máximas en el seno de la consciencia acaban calando y tienen repercusión en el desarrollo de la persona. Cuando un corredor de fondo se repite a sí mismo que es capaz de seguir corriendo, de superar los obstáculos y de terminar una maratón, este pensamiento positivo, reiterado, tiene efectos directos en el rendimiento, puesto que la fuerza espiritual afecta también la fuerza física.

¿En qué se diferencia la felicidad espiritual de los momentos fugaces de felicidad mundana a los que nos referimos comúnmente?

La sabiduría no es la erudición. La sabiduría tiene como fin la felicidad, la vida plena. Un sabio infeliz es una contradicción en los términos. La sabiduría es el arte de vivir bien. Los grandes sabios de Occidente y de Oriente nos han legado máximas para alcanzar tal estado. No existe una ciencia de la felicidad, pero sí una constelación de itinerarios, de puntos de referencia. La lucha contra la envidia, el resentimiento, los celos, es fundamental para acercarse a tal estado. La felicidad espiritual emerge de lo más profundo del ser humano y no depende de estímulos exteriores, del vaivén de los acontecimientos, del reconocimiento o el aplauso.

15 comentarios:

  1. Muy interesante! Gracias por compartirla, José Antonio!

    ResponderEliminar
  2. Me alegra que te haya gustado, a mí me parece muy bueno en el contenido y en la forma.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. De completo acuerdo con este escrito, doy Fe

    Todo lo que dice lo he experimentado y sigo experimentado...soy plenamente feliz, pase lo que pase.

    La felicidad espiritual, se trabaja con la meditación, el ejercicio, la alimentación adecuada la auto observación, viviendo en presente, con disciplina con estudio profundo de uno mismo en todos los campos.

    Y por supuesto, no hace falta ser anacoreta o monje para conseguirlo, se puede estar en el mundo, y elevarse....de hay que se le llame que se puede andar por el filo de la cuchilla sin cortarse y que en el centro está la virtud.

    un abrazo Jose antonio.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Hola José Antonio:

    Muchos paralelos encuentro entre lo que Francesc Torralba afirma, y lo que expreso en mi novela. Ahora bien, hay también ciertos aspectos básicos diferenciales.

    Enhorabuena al autor y gracias a ti por compartirlo con nosotros

    Un abrazo

    JA

    ResponderEliminar
  5. Hola Miguel:

    Me alegra que tu experiencia de la espiritualidad confirme lo dicho por Francesc y que te haya llevado al gozo.

    un abrazo.



    Hola José:

    Es bueno que estos temas se vayan difundiendo, expresándolos cada uno con sus matices y particularidades, así es más rico el mensaje.

    Enhorabuena por la labor quegente como tú, Francesc y otros venís relaizando para dar a conocer la riqueza de la espiritualidad

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Permíteme José que de la nota disonante. Una persona puede ser muy inteligente espiritualmente y practicar el coaching Espiritual y medir la vida por el estado de bienestar y felicidad que le procura su mundo interior, hasta que se le muere un hijo, se queda sin trabajo o le abandona la novia. Poetas y artista llenan las salas de los tanatorios desde el suicidio al vacio existencial potenciado por las drogas y la vida voluptuosa, y sufren ciando las musas no les acompañan, excepto si te llamas Famoso artista con mucha pasta. San Juan de la cruz debía ser muy inteligente espiritualmente y murió en unas condiciones espantosas, con noches oscuras del alma que ni para mi peor enemigo lo desearía. Tu serás muy inteligente espiritualmente como muchos monjes pero a costa de no enfrentar una vida en familia con cuatros hijos y sin tener que salir a la obra a poner ladrillos con una hipoteca que pagar, y eso si que es inteligente.

    Seamos serios, las emergencias espirituales como la inteligencia espiritual sobrevienen del contacto con la supraconciencia, y es tal la aventura que primero no le sucede a todos, ni el querer o voluntad le va a permitir alcanzar grados de espiritualidad al portador, y ni mucho menos es un paseo de felicidad, la, la,la,la, que yupi soy.

    Vosotros estáis hablando de psicología y maneras de afrontar una vida sana y equilibrada siempre y cuando las circunstancias acompañen, llamarle a eso espiritualidad como bonito queda...pero el contacto con lo espiritual es otra cosa, que ni mucho menos trae felicidad si no una muerte lenta del ego, ahora bien como curiosidad de una revista tipo "Vive la vida"..bueno esta bien, y de paso abre un mercado floreciente de autoayuda, coaching, libros, vida sana mente sana, zapatillas Niké para correr y toda la parafernalia para vestirse de espiritual, pero veras que ninguno se mete a monje ni a monja, como mucho se va de vacaciones a la india en clase turista a un asrham a conocer al osho de turno.

    Por que escuchando todo esto, me da que yo soy algo tonto si me comparo, por que por lo visto las oscuridades espirituales solo son para retrasados mentales sin inteligencia como yo, mientras el resto campais como campanilla en el mundo de nunca jamas...., Y nuestro amigo Jose Antonio el escritor calla....

    Juan Manuel

    ResponderEliminar
  7. Hola Juan:

    Entiendo que quieres alertar de convertir la espiritualidad en un lujo y en algo que la gente sencilla no puede vivir.

    En mi opinión es precisamente la gente "sencilla" la que más se vale de la espiritualidad para poder dar sentido a actividades que nuestra sociedad no valora (el trabajo manual por ejmplo)o ante las desgracias e imprevistos de la vida, que son más duros cuando la situación económica o vital es más precaria.

    He trabajado con mis manos en muchas cosas y he visto y vivido situaciones duras, como casi todos (y más que algunos privilegiados), a mí me ayudó la espiritualidad para darles un sentido. No veo al espiritualidad, pues, como un lujo sino como una necesidad básica de la que los más privilegiados creyeron poder prescindir y ahora tendrán que aprender de los "sencillos".

    ResponderEliminar
  8. Es que se peca de ingenuo, por que ingenuo es hablar de "Felicidad" usando términos como "Inteligencia", que cultivan "Singles" como los maestros espirituales.

    Venga hombre bajemos a la calle y dejémonos de hacer deporte y jorguín para cultivar el cuerpo y no hablemos de libertad como si supiéramos su significado.

    Encontrarle el sentido a la vida en medio de la mierda, el dolor y el sufrimiento, la angustia, los hijos, la enfermedad, la locura del sistema, la desigualdad, las drogas, el estrés, la inseguridad, el desaliento, no se puede despachar con la palabra "Felicidad" ni se puede urdir un baremo de coeficiente de inteligencia, ni se puede poner como ejemplo a filósofos, maestros espirituales y artistas, excepto en una reunión de pijos progres que en lo único que piensan desde que se levantan hasta que se acuestan es en si mismos y en sus interminables problemas espirituales.

    Cosas como tomar distancia de la realidad, cultivo de la corporalidad, proyecto vital, gozo de la existencia, la atrofia de la inteligencia espiritual, que la vida tiene como objetivo la felicidad, sabes para que sirve todo esa basura, para que cuatro listos te monten un taller de fin de semana, escribir cuatro libros de coaching espiritual y pensar que están mas cerca de dios.

    A los sencillos la sonrisa les llega mirando al niño haciendo los deberes con el lápiz en la boca, a través de una ampliación de contrato por seis meses mas, con la bajada del euroibor, con la niña enamorada, con la reunión familiar,,,,,, con pan y justicia.

    Sentido a la vida, sentido esa es la palabra..., no la mierda de la palabra "Felicidad" como un objetivo que nos ponen en la mente, que vuelve loca a la gente por que piensan que estos que hablan de esa palabra la tienen, la pueden dar con sus consejos, existe mas allá de ellos, para acabar sintiéndose culpables por que atrofiaron su inteligencia o no la poseen.

    Sentido en medio del barro, sentido en medio de la guerra, sentido en medio de la depresión, sentido...

    Pero somos unos ingenuos, hasta que nos toca.....

    ResponderEliminar
  9. Veo que la palabra felicidad no te gusta y te parece un tema fuera de la realidad, así como una especie de tomadura de pelo de gente de dinero o que se quiere aprovechar.Mi experiencia no es esa, la verdad, no dudo que habras tenido tus experiencias en la dirección que dices.Si prefieres hablar de sentido es lícito, si bien creo que puede que sea decir lo mismo con otra palabra.

    Desde esa perspectiva señalas los peligros en que puede caer la espiritualidad, o cualquier otra cosa- ideología pienso, y hablas de buscar el sentido en la misma dirección, en mi opinión, en que se habla de inteligencia espiritual en el artículo.

    Buscas el sentido en medio de la injusticia, la depresión, la guerra... no la felicidad, eso es lo que para tí te vale. otros dirían que buscas la felicidad pero prefieres llamarlo de otra manera.por muchos caminos nos podemso equivocar y tambien llegar al mismo sitio,

    ResponderEliminar
  10. He estado reflexionando en tus textos José, digamos que el concepto "Felicidad" es una palabra sin ningún poder evocador en nuestra sociedad actual que es sobre la que se cierne la perdida de sentido, "Felicidad" tiene la connotación "Hapy". Posiblemente en tu experiencia y dada tu condición de Monje, "Felicidad" sea un sinónimo de un estado general satisfactorio que trasciende la neurosis básica del individuo, pero no se trata de tu experiencia si no de la manera de subir el nivel de la mayoría que piensa en términos menos intelectuales, mas mundanos. Por desgracia la palabra "Felicidad_Hapy" es un concepto trampa en la mentalidad del ciudadano y no de las elites sencillas de la vocación espiritual, "Felicidad" es igual a formula y en absoluto esta vinculada a "Sentido Trascendente" que te ayude a superar los días aciagos, máxime cuando en una sociedad de consumo el Hipermercado de la espiritualidad ha conquistado los templos interiores de la esperanza, donde se adquiere "Felicidad" al peso, hay que adaptarse a los nuevos tiempos, y estoy totalmente seguro que el texto bienintencionado e intelectualmente impecable de Francisco es el típico eslabón que codician los Mercachifles por la perdida del valor de la palabra y su posterior manipulación como objeto a conquistar. El problema por tanto tiene dos direcciones, una para el que sabe por que en instantes a conquistado sin quererlo una visión parcial de esa paz/espiritual_felicidad, por otra el que sabe que tiene que escapar de algo pero no encuentra el modo y manera, no estando ambos preparados para acometer las torturantes desgracias de la vida.

    También es cierto que yo no me muevo por círculos de iniciados ni grupos espirituales donde el sentido de las palabras es mas preciso, mi mundo que no tiene precio por su variedad se nutre de : Princesas de barrio, ni.nis acomplejados, titiriteros del domino, gargantas profundas, chupa_tintas, Marujas del precio justo, cirrosis de week_end, pelotudos, los mas chulos del barrio, camellos, chicas de servicio, padres y madres sacrificados, morritos calientes...en fin buena gente, pero a la que la palabra felicidad les suena_sueña a otra cosa...., lo se por que yo soy como ellos.

    Juan Manuel Enlazador de mundos

    ResponderEliminar
  11. Hola Juan:

    tu comentario me ayuda a entender mejor tu posición, gracias por realizarlo.

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Juan eres genial, Lo que relatas es una verdad enorme, la felicidad en el mundo, no existe, y es cierto que muchos "listillos" de imnumerables sectas, la venden con una facilidad tremenda y a qué precio,

    Como bien dices, la verdadera felicidad, trasciende este mundo, y sin morir al ego,y a la personalidad, es imposible alcanzarla.

    Por lo tanto, yo puedo dar fe, como digo anteriormente, de haberla alcanzado, pero tienes razón de que es algo, que no puedes dominar, te viene o no, por lo que trasciendes a otro nivel de existencia...soy un muerto en vida, solo muriendo, a esta vida, puedes "ver" la comedia que estamos viviendo....que es lo mismo que ver una película y no creertela, pues sabes que no es real....pero si no ha muerto tu ego y personalidad, las cosas del mundo te impactan y sufres o no, pues todo te parece real.
    Siento Jose Antonio, que esto no puedas verlo así, pero yo sé que es así...allá tu.

    Cuando alcanzas la felicidad esta ya no se pierde,..sabes y comprendes todo, la vida , la muerte, la enfermedad, las guerras, el odio el amor, la naturaleza, y ves la armonía de todo el universo desde esa otra prespectiva trascendental, desde el suelo, no puedes ver bien el suelo, cuando te elevas lo ves mejor....Un abrazo a todos.gracias Jose Antonio.

    ResponderEliminar
  13. Es cierto Miguel soy un tipo "Genial" y el mas dicharachero del Barrio, todo consiste en sincerarse con uno mismo y darse cuenta que uno no debería ver la manipulación en el prójimo, en el mundo, si antes no advierte sus propias conspiraciones manipuladoras que transforman la realidad, no hay diferencia entre el engaño que produce una secta, al propio sectarismo con nosotros mismos, pero si es mas fácil verlo fuera que dentro en nuestro interior. El mundo es un espejo en el que nos miramos. Uno no debería señalar a los Mercachifles hasta no caer en la cuenta del Mercachifle interior, en fin uno debería darse cuenta que el mal/bien yace en todos los corazones y que cualquier astibo de creerse uno mejor, mas noble, mas bondadoso, mas espiritual, es el síntoma de una patología psíquica - "Inflación Egoica", esta es la raíz de lo de ama al prójimo como a ti mismo, y es lógico que cuando te amas mucho, amas el mundo incluso la inmundicia, que no es mas que la propia basura, eso sugiere una transformación profunda de la visión de la vida y sus fenómenos, transformándose la visión de la Ego_separación en un paraíso de "Felicidad" o como a mi me gusta señalarlo, una vida con todo el "Sentido", donde la propia vida y la del mundo se entre_tejen en una búsqueda donde se implanta el "Amor".

    Un abrazo Miguel.

    Juan Manuel

    ResponderEliminar
  14. Creo que la espiritualidad cristiana tiene algo muy especificico y central respecto de otras espiritualidades, y consiste en encontrar lo transcedente (Dios) en el projimo, que para Jesus era el necesitado (el pobre).

    ResponderEliminar

Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.