"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

jueves, 29 de septiembre de 2011

La verdadera y falsa “desmundanización” de la Iglesia. Hacia una transformación evangélica, y no meramente religiosa, de la Iglesia.




La crisis eclesial continúa en pleno vigor y muchos se encuentran como paralizados sin saber la dirección a seguir. Ante esto, algunos cristianos optan por soluciones excesivamente unilaterales: por una parte están los que han decidido alejarse de la institución y vivir un cristianismo a su medida, otros optan por regresar a un estilo de Iglesia preconciliar, enemiga de la secularidad, limitada a ser una mera institución religiosa en medio de una sociedad que ven desacralizada, creyendo que así van a solucionar la crisis.





En su reciente viaje a Alemania, Benedicto XVI reconoce la necesidad de una reforma en la Iglesia. No hace otra cosa que recordar las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que afirma que la Iglesia siempre debe estar reformándose para servir al Evangelio (Ecclesia semper reformanda). Los medios de comunicación señalan que el Papa ha empleado el término “desmundanizar” la Iglesia, acentuando la necesidad de que la Iglesia se diferencie de la sociedad para poder transmitir su mensaje.




Reconocer la necesidad de reformas en la Iglesia es posiblemente la respuesta más realista y eficaz a la actual situación. Ahora bien, no toda reforma en la iglesia es una verdadera reforma eclesial. Debemos a Yves Congar la redacción de un libro estupendo (“verdaderas y falsas reformas de la Iglesia”) que nos señala los criterios para que una reforma sea verdadera en la Iglesia. Es un libro de los años 50 por el que fue duramente perseguido por la burocracia clerical del momento, siendo después rehabilitado, nombrado cardenal y convirtiéndose él (y su teología) en uno de los padres del milagro del Concilio Vaticano II. Una muestra más de cómo el mero seguidismo de “los que mandan”, muchas veces, nos hace colaborar con el error y el mal.





En primer lugar, señala Congar que la Reforma en la Iglesia no es una reforma para sí misma, no es eclesiocéntrica (uno de los grandes errores de ciertas sensibilidades actuales) sino que está al servicio de la misión de la Iglesia, está al servicio de la personas llamadas a vivir el evangelio, está al servicio pues del Reino (construir un mundo más fraterno, libre, solidario, profundo), es Reinocéntrica.





Hay hoy un discurso excesivamente extendido que cree que la misión de la Iglesia es meramente religiosa, es decir, que su principal misión es el oponerse al discurso nihilista de los que niegan toda transcendencia. Esto, sin embargo, está lejos de la verdadera visión de la misión de la Iglesia si seguimos los criterios evangélicos, los criterios de Jesús. En realidad, la Iglesia debe también hacer una función secularizadora y relativizadora de lo religioso, de modo que no sea lo central ni la religión se ponga por encima del ser humano. Debe defender la autonomía del hombre y del mundo.




Habría que señalar que el Evangelio contiene en sí la visión secularizadora de la realidad y de la religión. No todo secularismo es antievangélico, y hay un “antisecularismo” que es antievangélico. El evangelio señala que el mundo no es divino ni es satánico, es autónomo y creado. No debe ser pues sometido por la religión para tener valor, lo tiene en sí mismo, ni puede divinizarse como si sólo fuera una máscara de lo divino, sin realidad en sí mismo. El mundo tiene pues valores, si bien hay también en él antivalores, no es todo bueno ni todo malo. La principal misión de la Iglesia no es luchar pues contra el mundo sino promover los valores que en él hay y combatir los antivalores.





El mundo que la Iglesia quiere combatir es el mundo entendido no como creación o sociedad secular, sino como “el sistema” de antivalores centrado en el poder, el dinero, el prestigio y la religión sacralizada que promueve este sistema. Es el mundo que somete a los pobres y los débiles y la religión que se centra en lo sagrado (los sacramentos y la beneficiencia) y se olvida de denunciar la injusticia que explota a los hombres, que hace que haya pobres y ricos, e incluso colabora con este sistema. Eso es una religión mundanizada o al servicio del sistema. Esta religión es denunciada por los profetas del Antiguo Testamento y por Jesús.





Desmundanizar” la Iglesia en sentido evangélico es pues hacer que su centro sean los pobres y su misión sea promover la transformación del mundo desde la experiencia del Dios de Jesús, dirigida a la construcción de un mundo más humano y más fraterno. La iglesia debe transformar el mundo, no someterlo ni destruir su autonomía y sus valores. De hecho, como señala el Concilio Vaticano II, está también llamada a aprender de él y a descubrir en él los signos de los tiempos, los valores que Dios promueve en él. Desmundanizar la Iglesia es pues abrirla a los valores “antisistema” que Dios promueve en el mundo, habría pues que discernir cuales son estos. Creo que, como señala el Concilio, valores como la dignidad humana, los derechos humanos, la libertad de conciencia y palabra, la democracia… son valores que deben ser promovidos y no combatidos. De hecho, podría verse en ellos un origen cristiano, si bien nacieran en ocasiones en lucha contra la institución eclesiástica. Y es que la Iglesia y los cristianos han sido un obstáculo, en ocasiones, para vivir los valores del Reino. Así lo señala también el Concilio. Una Iglesia cerrada a estos valores es una iglesia “mundanizada” (centrada en sí misma y apoyando el sistema).





En segundo lugar, Congar señala que toda reforma en la Iglesia se hace volviendo a inspirarse en los orígenes de la Iglesia, en El Evangelio y en las primeras comunidades. Es lo que nos pidió el Concilio, volver a mirar a los orígenes. La reforma pues no puede consistir en inspirarse en la Iglesia preconciliar, sino en la iglesia de los orígenes. La Iglesia preconciliar era centralista y verticalista, uniformadora, dominada por la curia romana, con muchos elementos de religiosidad sacralizadora… No es por tanto el modelo a imitar. Una reforma mundanizada de la iglesia sería aquella que no volviera a inspirarse en los orígenes sino en la iglesia preconciliar. En este sentido, el acercamiento a los lefebvrianos, defensores de este modelo de iglesia es un riesgo de “mundanización” eclesial (volver a una iglesia eclesiocéntrica) si se hace asumiendo sus planteamiento errados.





Si algo caracteriza a la Iglesia de los orígenes es el pluralismo de sensibilidades y de modos de funcionamiento. Desmundanizar hoy la iglesia es acercarla a este estilo pluralista en la Iglesia. Que el pluralismo sea un valor y se promuevan las comunidades que lo viven y que nacen con este espíritu pluralista.

En tercer lugar, señala Congar la necesidad de estar en comunión con toda la iglesia (no sólo con la jerarquía) y vivir una iglesia de comunión y no hacerse una iglesia de puros e incontaminados
, una iglesia de fariseos. Parece que hoy apuestan algunos por una iglesia con una identidad conservadora muy marcada que la separe del resto de la sociedad y del resto de los cristianos.




Este puritanismo es duramente criticado por Jesús, es el modelo de religiosidad farisea, que es muy escrupulosa en los temas religiosos (que se sigan las rúbricas, por ejemplo, en la liturgia) y se olvida de la vida de la gente hasta el punto de poner la religión por encima de las personas. Hay algunos que creen que poner el compromiso como clave para vivir la liturgia es secularizar, cuando no es otra cosa que vivir el mensaje de Jesús, que tiene una dimensión secularizadora. Sólo si se viven en la vida los valores que se celebran en la liturgia ésta es eficaz, en caso contrario es algo alienante y antievangélico. Para algunos es más importante que el cura lleve correctamente su estola a que en la comunidad cristiana haya injusticias y pobreza entre sus miembros, y esto se considere normal.





La verdadera desmundanización de la Iglesia se centra por tanto en el compromiso por la liberación integral de los hombres y las sociedades, como base y meta de toda religiosidad. Una iglesia que no trabaja por la liberación de los pobres y por la justicia es una iglesia mundana, centrad solo en los aspectos religiosos del mensaje, manipulándolo.





Por último, Congar habla de la necesaria paciencia, humildad y empeño en la trasformación de la Iglesia, la reforma verdadera supone un tiempo y hay que tener paciencia. No es una obra de la jerarquía sino de toda la Iglesia, sólo una generación entera puede cambiar de verdad la Iglesia.




Hoy es necesario recuperar la importancia de la crítica dentro de la Iglesia, si algo caracteriza al cristiano es la parresía (libertad de palabra), es necesario valorar y promover la crítica dentro de la Iglesia si queremos “desmundanizarla”, es decir, hacer que no se rija por los criterios de control y autoritarismo propios del mundo.





Los grandes santos han sido muy críticos con la jerarquía del momento cuando ésta pretendía abusar o apoderarse de todo el protagonismo.





Hoy es necesario que se establezcan criterios claros y públicos de cómo se puede vivir este espíritu crítico en la Iglesia, qué es discutible y qué es lo común a todos. Sin crítica la Iglesia se mundaniza y uniformiza. La sumisión y no la libertad es el criterio del mundo para las instituciones.




5 comentarios:

  1. Estimado José Antonio,

    Vuelvo a reiterar el agradecimiento que indiqué en mi blog de ReL: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17925

    Matizar todo lo que compartes sería largo y poco útil. Es evidente que hay premisas que no compartimos y que producen divergencias evidentes.

    Nada malo hay en ello, ya que ser consciente de esta realidad nos ayuda a revisar las varas de medir que utiliza nuestro entendimiento.

    De todas formas, me atrevo a introducir un elemento de reflexión:

    ¿La Iglesia necesita reformas o somos quienes la integramos, quienes necesitamos conversión? Según lo que cada cual responda se puede definir claramente la vara de medir que utilizamos.

    Mi humilde vara de medir, me dice que somos nosotros quienes debemos ajustarnos a la Iglesia. Todos nosotros sin excepción. Para ello necesitamos de Dios. Un Dios que está cerca y en todo momento junto a nosotros.

    ¿Se trata de no hacer nada y dejar que Dios lo haga? Nada de eso. Se trata de hacer, reconociendo que Dios no es un dios lejano e indiferente. La Iglesia actual, es como es, por deseo de Dios y si nos duele, es que necesitamos convertirnos nosotros y quienes producen el dolor.

    ¿Se trata de hacerlo todo nosotros? Tampoco, ya que eso indicaría que creemos que Dios no se implica en nuestra historia ni vela minuto a minuto por nosotros. ¿Dejaría Cristo su Iglesia en la manos de unos torpes como nosotros? Respeto a los cristianos agnósticos, pero no tengo ese entendimiento de Dios.

    Se trata de colaborar con Dios, no en la reforma de la Iglesia, sino en la conversión de quienes la formamos.

    Sobre lo que indicas en el último párrafo existe un comentario que no es nada fácil, ya que parte de la indemostrabilidad de la Fe de quienes formamos la Iglesia.

    ¿Qué es discutible? Aquello que no forma parte de la Fe que nos permite trabajar unidos. Por ejemplo dices "“Desmundanizar” la Iglesia en sentido evangélico es pues hacer que su centro sean los pobres" Si te contesto que antes hay que amar a Dios sobre todo y todos, no hago más que repetir las palabras de Cristo en el evangelio. ¿Con qué evangelio nos quedamos? ¿ ¿Dónde quedó la mitad del mensaje que olvidas? ¿Nos ponemos a discutir? Mi entendimiento me dice que la Iglesia es de Dios y que sólo de esta forma puedo dar valor al pobre... que pobres hay más que tipos de pobres que los faltos de comida. Por ejemplo, los hay faltos de capacidad de comprender a quien tienen delante.

    ¿Qué es común? Lo que permite sentirnos parte de una misma comunidad. Por ejemplo dices: "Este puritanismo es duramente criticado por Jesús, es el modelo de religiosidad farisea, que es muy escrupulosa en los temas religiosos (que se sigan las rúbricas, por ejemplo, en la liturgia) " El lenguaje litúrgico es una manera de comunicarnos entre nosotros y cada cual con Dios. Utilizar lenguajes diferentes impide que nos sintamos comunidad, al mismo tiempo que obligar a utilizar un lenguaje ajeno, nos separa de igual forma. ¿Te das cuenta que entendemos de forma diferente lo mismo? El fariseismo, desde mi entender, es querer imponer el modelo propio a los demás por encima del entendimiento que cada cual tiene. Decir que el lenguaje litúrgico es fariseismo, es actuar como los fariseos de la época de Cristo. Los fariseos imponían a los no fariseos las formas por encima del sufrimiento que causaban.

    El lenguaje que utilizamos y el entendimiento que tenemos, es lo que nos permite conformar comunidad. Si nos comunicamos con lenguajes diferentes y entendemos lo que vivimos de forma diferente, es complicado ir más allá del respeto y el afecto mutuo.

    Como ya te comenté hace tiempo, en ese caso, mejor ser conscientes de ello e intentar dejar las guerras que sólo producen el regocijo del enemigo.

    ¿Otra Iglesia es posible? Claro! ¿Cuantas? Ese es nuestro dilema. Yo empiezo dejar de reclamar mi iglesia perfecta, ya que sería eso: mi iglesia, no la Iglesia.

    Un abrazo fraterno :)

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  2. Hola Miserere:

    En mi opinion tines una visión particular que parece crees que es la única ortodoxa sin embargo la visión católica es más amplia que tu opinión particular, si me permites que te lo señale, así como el peligro de creer que no tienes una visión personal ya que te impediría ver y beber de la tradición católica en toda su plenitud.

    Te comento:

    Benedicto XVI no excluye las reformas estruturales, las pide de hecho (otra cosa es ver cómo habráid e hacerse esto) junto con la conversión personal. No podemos leer sólo una parte de la carta.

    ¿La iglesia actual es como es por deseo de Dios? ¿Entonces por que el concilio pide hacer cambios, y los papas? ¿Y por que las reformas múltiples a lo largo del tiempo? Es principio católico que la ecclesia semper reformanda, así como nos recuerda san Agiustín que Babilonia y Jersalen conviven en lainstitución eclesial.Lo importante es ver que es lo irreformable yq ue lo que se va cambiando a lo largo del tiempo. Lo irreformable siempre será Jesús y el Evangelio.

    Dolerse de la situación de la Iglesia es lo que ahn hecho muchso santos que parece por tu afirmación que les faltaba conversión. También Jesús se quejó de sus discíupulos y su falta de entendimiento.

    El fariseismo como lo entiende el evangelio es poner la religión por encima de las personas, sacralizarla. Esto es una visión muy mundana y poco evangélica de la religión, si bien suele ser a lo que tendemso als personas religiosas.

    El centro del mensaje de Jesús no es Dios, sino el Reino, su experiencia de Dios es un modo nuevo de vivir lo religioso que lleva a ponerse de parte de los débiles y a transformar la sociedad. Como nos recuerda el evangelio nos "juzgarán" por dar de comer, beber, etc... y no por ser más o menos religiosos. Ya digo que esto choca con al religiosidad mundanizada pero es el evangelio a quien debemso tener por referencia.

    Los comentarios referidos a al liturgia me parece que desconcen el pluralismo liturgico y de lenguaje liturgico que hay enla iglesia desde siempre. En cualquier caso el problema nada tiene que ver con esta pluralidad que la Iglesia acepta a paesar de tus reticencias, sino en poner la religión por encima de las persoans.

    El problema no es otra iglesia o esta, sino la Iglesia según el evangelio, que es mucho más plural y abierta que la visión que manifiestas aquí y que es tu visión personal, no la del evangelio, en mi opinión.

    un saludo fraterno también para ti.

    José Antonio.

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  3. Le hice a otra persona las siguientes preguntas, que también se las hago a usted:

    ¿Cuál es la relevancia de las vigilias dentro de la tradición católica? y, además, ¿de que forma las vigilias contribuyen a aproximarse a Dios? Sucede que grandes santos y místicos dentro del catolicismo, así como dentro de otras tradiciones religiosas, las practicaban como medios de aproximarse a Dios. Lo que no logro comprender es de qué manera esas prácticas realizan su cometido.

    Espero su respuesta.

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  4. ¡Saludos!

    Quisiera saber qué es realmente el Espíritu Santo, ya que hasta ahora no logro comprender su naturaleza. ¿Qué es el Espíritu Santo?

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  5. Hola José Antonio:

    Simpre vuelvo a tu blog,a refrescar mi idea de Reino del que hablas. Hace menos de un mes , mi hermana Romina de 37 aÑos , madre de dos hijitos de 1 y medio y cuatro , falleció de un tumor neuroendócrino.

    El hecho es ,que si mi fe y práctica interior, eran de extrema entrega a mi fe, ahora esa gracia es aún mayor. Ya que dándome por entero a la realidad, El Reino, es que se humaniza nuestra fe, para entender la fragilidad humana.

    Me gustaría en algún momento dialogar contigo, para ver si podemos realizar agunas conferencias a través de internet, para transmitir este camino interior ,desde la mirada de una nueva iglesia. Te dejo mi mail consultas@taitoku.com.ar

    abrazos de luz
    adriana

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Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
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