"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Política y espiritualidad



Algunos de los que se interesan por el camino de la espiritualidad sienten una verdadero “horror” por eso de mezclar la espiritualidad y la política. Es una forma curiosa de dualismo, la postura ideológica más alejada de la espiritualidad, que tiende siempre a ser inclusiva e integradora, respetando las diferencias y la pluralidad.


Parece que es San Agustín el responsable de establecer los primeros gérmenes, en Occidente, de esta visión puramente “profana” de la política. No será, sin embargo, hasta el triunfo de la Reforma Gregoriana, que el poder político será considerado algo puramente profano y, por lo tanto, sometido a la institución eclesial, el Papado. Esta teoría, poco tradicional aunque ahora parezca serlo, generará una lucha entre la Iglesia y las instituciones políticas, que todavía es posible rastrear hoy. Las consecuencias de este enfrentamiento son la reducción de la política al ámbito de la pura lucha por el poder y la politización ( en este sentido de búsqueda del poder) de la Iglesia, que se convierte en una institución que busca el dominar a otros poderes y no ser dominada, es decir, que termina convirtiéndose en un grupo que intenta dominar la sociedad.


Desde el punto de vista espiritual la política no es simplemente la búsqueda del poder, es el ámbito de desarrollo de la ética en la dimensión social. Entendiendo por ética, no un mero conjunto de obligaciones sino la expresión práctica, la expresión en actos (actualización), de nuestro ser más profundo.


La mística nunca puede ser una mera búsqueda interna, desencarnada y descomprometida, tiene que tener una dimensión ética, y por lo tanto, política. No hablo aquí de búsqueda de poder sino de compromiso con los demás seres humanos, en especial, con los más débiles y excluidos.


Necesitamos de un nuevo discurso político que incluya la espiritualidad como una dimensión esencial de la antropología. Vamos a un mundo plural e interconectado, que puede convertirse en un mundo uniformado, paneconómico y tecnocrático, que nos lleve al desastre ecológico global. O bien, estamos en el umbral de una nueva etapa de la historia humana, un mundo más humanizado, más respetuoso con los otros y con la naturaleza, más justo y fraterno, más allá del patriarcado, el logocentrismo, la tecnocracia y el capitalismo salvaje.


Un mundo en el que la cultura de la guerra dé paso a la cultura de la paz, que no es sólo la ausencia de guerras, sino la admisión de la pluralidad y la interconexión de todo con tod@s. Si la espiritualidad, la mística, es precisamente la experiencia de esta comunión, la espiritualidad, en toda la variedad de expresiones que tiene (hay una espiritualidad no teísta e incluso una espiritualidad laica y no creyente) es algo fundamental para caminar hacia ese mundo de diálogo, pluralismo y convivencia en la diversidad.


4 comentarios:

  1. Desgraciadamente la política, en la mayoria de las ocasiones, se ha convertido en un mera y pura lucha por el poder cuando debería ser la actividad que mejorara las condiciones de vida de las sociedades y no sólo en lo material sino también en lo espiritual a traves de una búsqueda incesante de la felicidad. ¿Pero dónde encontramos hoy la felicidad en la política?

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  2. Pues, sí, Nicolas desgraciadamente la pura bñusqueda del poder es algo demasiado habitual, aunque tú bien señalas en muchas ocasiones, no todo el mundo es igual en política. Tu pregunta se me ocurre responderla aplicándola a cualquier ámbito, la felicidad siempre está más allá, no se puede reducir a una única dimensión, de hecho tiene que ver con ir más allá de los límites del ego, por lo tanto la felicidad en política es metapolítica, no se consigue con la pura práctica política sino más allá. Somos seres hechos para ir siempre más allá de cualquier límite, respetando los límites. De ahí de una política con perspectiva integral, que atienda a todas las dimensiones del ser humano, en especial las dimensiones espirituales o transpersonales. Ahora bien, también es cierto que la realización humana (felicidad) supone un compromiso político (aunque no sólo, como muy bien sabían en la antigüedad clásica.Somos seres sociales.

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  3. Magnífico artículo, no puedo estar más de acuerdo, gracias por compartirlo,

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  4. Gracias a ti Cristobal, me gusta mucho tu blog así que te agradezco especialmente tu apoyo

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Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.