"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

viernes, 19 de marzo de 2010

LOS TRES ELEMENTOS ESENCIALES DE LA PRÁCTICA DEL ZEN, por Philip Kapleau




Lo que estoy a punto de decir, se aplica sobre todo al Zen daijo, que se dirige especialmente al satori, aunque en menor grado también abarca al saijojo (nota: el que no busca el satori).



El primero de los tres elementos de la prática Zen, es una fe profunda (daishinkon) que va más allá de una creencia. El ideograma de kon significa “raíz” y el de shin, “fe”. Por tanto la frase implica una fe firme y profundamente enraizada, inamovible, como un árbol inmenso o una roca enorme. Es una fe, además, sin los tintes de la creencia en lo sobrenatural o en la superstición. El budismo con frecuencia ha sido descrito a lavez como una religión racional y como una religión de sabiduría. Pero lo que hace una religión es este elemento de fe, sin el cual sería solamente una filosofía.


El budismo comienza con la iluminación suprema del Buda, a la que llegó después de extenuantes esfuerzos. Por tanto nuestra fe es profunda en su iluminación, en la sustancia de la proclamación de que la naturaleza humana, toda la existencia, es intrínsecamente completa, sin fallas,omnipotente, en una palabra, perfecta. Sin una fe inamovible en el corazón de la
enseñanza del Buda es imposible llegar lejos con la práctica.


La segunda cualidad indispensable es una sensación de fuerte duda (daigidan). No es una simple duda, dense cuenta, sino una “masa de duda” -que inevitablemente surge de una fe profunda. Es una duda de por qué el mundo y nosotros parecemos tan imperfectos, tan llenos de ansiedad, sufrimiento, dolor, cuando de hecho nuestra fe profunda nos dice que exactamente lo contrario es cierto. Es una duda que nos deja sin tregua; es como si supiéramos muy bien que somos millonarios sin embargo inexplicablemente nos encontramos en extrema necesidad sin un centavo en la bolsa. Una gran duda, entonces, existe en proporción a una fe profunda.


Puedo ilustrar este estado mental con un ejemplo muy simple. Piensen en un hombre que está sentado fumando y de pronto ya no encuentra la pipa que hace un momento tenía en la mano. Empieza a buscarla con la absoluta certeza de que la hallará. Estaba allí hace un momento, nadie se ha acercado, no pudo haber desaparecido. Cuanto mas tarda en encontrarla, mayor es su energía y determinación de hallarla.


(En el Zen, “duda” no implica escepticismo sino un estado de perplejidad, de un preguntarse profundo, de un intenso auto-cuestionamiento.)


De esta separación de duda surge naturalmente el tercer elemento inicial: una fuerte determinación (daifunshi). ESuna determinación avasalladora de deshacerse de esa duda con toda nuestra energía y voluntad. Al ceer con todos los poros de nuestro cuerpo en las palabras de Buda y su verdad de que todos estamos dotados con una Mente inmaculada, nos decidimos a descubrir y experimentar la realidad de esta Mente en nosotros.

2 comentarios:

  1. Hola querido José Antonio... me atrevo a comaprtir lo que me llega de esta entrada referente a mi práctica de Oración Centrante- contemplativa...

    Casi con vergüenza pues yo del zen nada sé...

    CONFIANZA... MISTERIO ... Y ENTREGA.

    Esa FE inexpresable e inexplicable mpor la razón es para mi una Convicción que nos viene del ESPIRITU.

    Ante esa Convicción -una misteriosa seguridad-
    nos encontramos a la vez dentro del INFINITO MISTERIO DE LA PRESENCIA DE DIOS. Por una parte SABEMOS y por la otra DESCONOCEMOS. Esta aparente paradoja nos empuja a ir más allá de ella. Algo parecido a la Realidad relativa que convivie con la Absoluta... o los aspectos relativos y Absoluto de nuestra Compasión.

    ÉL se deja conocer en la medida que cada uno de nosotros lo puede hacer. Pero a la vez... podemos tan poco... que ante su INFINITUD Y MAGNIFICENCIA...ANTE SU ETERNIDAD Y TRASCENDENCIA... nada conocemos.

    SU VOLUNTAD y GRACIA harán que percibamos gradual o súbitamente SU AMOR Y PRESENCIA como...MISTERIO Y VERDAD... COMO REALIDAD Y ABSTRACCIÓN a la vez.

    Esa DETERMINACIÓN para mí es ENTREGA ...una actitud simple -por que sólo intentamos enfocar nuestra disponibilidad a ÉL... no a la mente, las emociones...el ego- Pero esa ENTREGA es un salto al VACÍO... aun con plena CONFIANZA. Me es dificil explicarlo... teóloga no soy... sólo algo mística... nunca suficiente.

    Cuando cada mañana me siento a practicar la práctica... valga la redundancia... a abrirme al SILENCIO... esa disciplina es MI ENTREGA A ÉL...llevada a la vida... a mi realidad. Si no sintiese esa ENTREGA... No habría en mi esa Determinación. éste término me lo trae mi mente... pero para mí LA ENTREGA me la trae mi AMOR A ÉL...: mi Corazón.

    CONFIAR... CONFIAR... CONFIAR... y así
    AMARLE...AMARLE... AMARLE...

    CRSITO EN NOSOTROS...y EL ESPIRITU... nos llevarán al CENTRO...AL PUNTO VIRGEN... sólo estar dsiponibles con todo nuestro Ser... para ser llevados a LA FUENTE DEL AGUA VIVA.

    Un fuerte y especial Abrazo, hermano... y disculpa mi pobre discernimiento.

    Carmen.

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  2. Gracias Carmen como siempre por tu contribución, es un comentario totalmente zen y en concreto diría que totalmente zen cristiano, conecto especailmente con esa idea de que por una parte sabemos y por otra desconocemos y eso potencia nuestra determinación o deseo de encuentro, y siempre con un lenguaje amoroso y relacional que es la más adecuado desde mi punto de vista para hablar del Misterio y de la Experiencia,

    gracias de corazón.
    José Antonio

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Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


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