"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Otra Liturgia y Otra Iglesia es posible



Una de las consecuencias más destacadas del Concilio Vaticano II ha sido la llamada renovación litúrgica (renovación de las formas de culto) con la que se intentó que los fieles participasen de verdad en las celebraciones.



A estas alturas puede decirse que pocos parecen satisfechos con el estado actual de la liturgia. Los más “progresistas” siguen considerando que la liturgia continúa siendo demasiado sacralizada y ritualista. Para los más “conservadores”, sin embargo, ha habido un libertinaje y demasiada “creatividad” que ha hecho que la liturgia pierda el misterio y hasta se le pierda el respeto. Para ellos, la liturgia debe estar destacadamente separada de la actividad profana (aunque teóricamente acepten la unión vida y liturgia), los rituales deben cumplirse de modo estricto, la liturgia tiene fuerza por sí misma y con esa fuerza que tiene en sí misma nos transforma. La primacía está en el culto y no en la vida, por ello, la liturgia es la actividad central de la Iglesia y debe serlo del cristiano.




Creo que esta visión es un magnífico ejemplo de lo que llamo “religiosidad sacralizada”, centrada en sí misma y no en la Vida, que se considera superior a lo profano y que cree que es ella la que le da la “energía” y la legitimidad a lo secular. La Unión que hacen estos conservadores de la Vida y la liturgia da primacía a la liturgia sobre la Vida. Por eso, lo importante para ellos es que la liturgia “esté” bien hecha, ya que de ahí vendrán los cambios en nuestra vida.



Lo curioso es que Jesús y los primeros cristianos combatieron está visión (de Jesús no se dice nunca que fuera al Templo a rezar, iba a hablar con la gente), ya presente en su época en relación con culto judío, siguiendo la tradición de los profetas del Antiguo Testamento, que denuncian reiteradamente el culto que se olvida de la justicia en la vida (el justo en el Antiguo Testamento no es el “virtuoso”, es el que defiende a los débiles y a los pobres fundamentalmente).




Para la visión cristiana plena la liturgia no sólo no se puede separar de la vida sino que no está centrada en sí misma sino en la Vida. La Vida está por encima del culto. El culto cristiano verdadero es el culto “existencial”, vivir el amor poniéndose al servicio de los otros en especial de los más desfavorecidos, no el culto litúrgico.




Ahora bien, a pesar de la crítica al culto centrado en sí mismo, los cristianos fueron conscientes de que las experiencias más importantes de la vida no se pueden expresar nada más que a través de símbolos, que para ser lo que deben ser (mediaciones) no pueden estar centrados en sí mismos sino remitir al Misterio que expresan, en el caso cristiano este Misterio está en presente en la Historia, en la Vida.




El culto cristiano haría así presente de modo simbólico el llamado Misterio Pascual (Muerte y Resurrección de Cristo) que es como los cristianos han conocido el misterio de Dios en la Historia. Dios estaría pues presente en toda la Historia, en toda la vida y en el culto se manifestaría de modo simbólico esta presencia real.




El problema empieza cuando se separa el culto del resto de la vida y se coloca por encima de ella. Quien no viva los valores del Reino, que es el modo de vivir el misterio Pascual en nosotros, en la vida cotidiana, que se olvide de que el culto dé frutos en él. El culto es eficaz en nosotros si vivimos en la vida los valores que celebramos en el culto. Si damos primacía a la vida sobre el culto.




Es fácil escuchar a los cristianos de “toda la vida” quejándose de que el participar a diario en la Eucaristía no produce los frutos “prometidos”, sintiéndose culpables o frustrados por ello. Otros han descubierto que cuando viven los valores del Reino primero en la vida cotidiana (siendo solidarios, poniéndose de verdad de parte de los pobres, siendo generadores de comunión a su alrededor pero confrontando las injusticias de modo no violento y resistente) la liturgia les llena de energía y de vida, a pesar de su lenguaje y maneras poco adecuados en ocasiones en su forma actual. Es entonces cuando la liturgia se convierte en fuente y cumbre de la experiencia cristiana como más o menos viene a decir el Concilio Vaticano II.




En definitiva, la liturgia, separada del resto de la vida no tiene “fuerza” por sí misma, de modo que una mera reforma de la liturgia si no va acompañada de una reforma de la vida de la Iglesia carece de fuerza. Por eso, cambiar sólo las formas del culto y no cambiar las estructuras eclesiales para hacerlas más cercanas a los valores del Reino (mayor compromiso con los pobres, mayor colegialidad) de poco vale.




De manera inevitable, por ello, los males que se querían combatir no han desaparecido con la renovación litúrgica. Nuestra liturgia sigue estando sacralizada en demasía (centrada en sí misma y en lo sagrado), su lenguaje es teológico y metafísico y no predominantemente social, como corresponde a un culto que no puede celebrarse sin compromiso con la justicia (con los más pobres). Por otro lado, su teología en ocasiones es más que cuestionable, presentando a Dios como justiciero, a veces, con un lenguaje violento, rechazando o discriminando a las mujeres o los homosexuales, los laicos, los divorciados, las otras religiones, etc… Todas estas imágenes falsas de Dios deberían desaparecer de nuestras lecturas y de nuestras oraciones.




Nuestra liturgia es demasiado logocéntrica y “parlanchina”, mucha palabra y poco silencio. Somos más rezadores que orantes. Parece necesaria más sencillez, más silencio, más cuerpo, más sobriedad y menos teatralidad. Recuperar un lenguaje más existencial, emocional, místico frente al lenguaje muy abstracto de la teología.




También puede verse mucho ritualismo en nuestra liturgia. Algunos acusan de devocionismo toda práctica litúrgica creativa o nueva, pues consideran que liturgia es sólo lo legislado como tal por la Iglesia institucional. Sin advertir, que el devocionismo es precisamente tener una visión sacralizada, y aislada de lo social, de la liturgia.




Naturalmente que es necesaria la creatividad y la espontaneidad en la liturgia. Las comunidades cristinas primitivas fueron muy creativas, había muchos más símbolos (sólo será en el siglo XII cuando se reducen a siete los sacramentos, antes se hablaba de muchos más) y estos se creaban según las necesidades, así como los ministerios (servicios) tanto litúrgicos como comunitarios en general. Necesitamos pues una liturgia más plural y creativa, con unos mínimos límites, claro.



Ahora bien, una liturgia más plural no se logra cambiando formas, se logra en una Iglesia más plural, como decía antes. Quizá esta pluralidad hoy en la Iglesia es la gran necesidad: que puedan convivir todas las tendencias; quizá un modo de lograrlo sería que junto a la gran iglesia institucional administradora de sacramentos en masa, pongamos el acento en una Iglesia de comunidades plurales: unas más tradicionales y otras más progresistas (éstas deberían ser la línea mayoritaria ya que son las que admiten y promocionan mejor la pluralidad en la Iglesia). Cada comunidad, junto a la liturgia común, podría ir desarrollando nuevos signos y nuevos ministerios como decía, así se iría generando ese pluralismo.




Creo que en la sociedad que vivimos, que podríamos llamar de transición entre un sistema capitalista decadente y un cambio radical posiblemente hacia un mundo más místico, socialista y democrático, el modo de estar la Iglesia es el pluralismo. El sistema capitalista genera inevitablemente el conflicto y la tensión en la sociedad, el único modo de vivir ese conflicto es el pluralismo. Hoy la Iglesia, si no quiere convertirse en una secta, o romperse en mil pedazos y además quiere contribuir a la comunión en la sociedad, debe practicar y vivir el pluralismo. El proyecto de una iglesia neoconservadora se adapta mal a este modo de estar, sólo una iglesia más progresista puede vivir bien ese pluralismo.




De todas formas, creo que no podemos quedarnos aquí, el pluralismo no puede ser el único principio en la Iglesia, la Iglesia es comunión, por tanto, debería ser más visible lo que nos une que lo que nos separa. Ya digo que creo que en la sociedad capitalista esta unidad no es posible ni deseable, ya que podría ser un uniformismo que quisiera ocultar la tensión y el conflicto que es la esencia de un sistema irracional e injusto como el nuestro.




Sólo si la sociedad va cambiando de sistema, caminando hacia formas más solidarias, democráticas y no capitalistas, sería posible encontrar menos conflicto en la sociedad y en la Iglesia y más consenso en los valores de todos. Contribuir, por tanto, a cambiar la sociedad en una dirección socialista y democrática debe ser una de las tareas de los grupos eclesiales que quieran lograr esa mayor unión en la Iglesia y en la sociedad. La Iglesia cambiará cuando cambie la sociedad. Al final, como siempre, Iglesia y sociedad, liturgia y Vida, aún teniendo en ocasiones una relación dialéctica, no pueden separarse.



lunes, 29 de agosto de 2011

La mística no es gnosticismo ni religiosidad sacralizada



Desde hace tiempo se habla del final de la religión; en otra época se pensaba que la secularización acabaría con lo religioso; después, cuando se ha visto que esto no ha sido así, sino que lo religioso sigue en auge, a veces en sus formas más patológicas (fundamentalismo), se ha variado el discurso y se dice que lo religioso va a ser sustituido por una espiritualidad transconfesional, que, según dicen, es una forma más avanzada de conciencia que lo religioso.




El caso es que tengo mis dudas, me parece que esa supuesta espiritualidad transconfesional suele esconder una forma de gnosticismo moderno, que es lo que los maestros zen llaman la enfermedad zen o los maestros cristianos llaman el quietismo. Y el gnosticismo no es lo mismo que la mística.




Si se pierde la experiencia religiosa se perdería la mística religiosa y esto creo que sería una gran pérdida para la cultura humana (otra cosa es que las religiones estén necesitadas de una gran reforma, lo cual me parece evidente). No creo que la mística se dé sólo en la religión, claro, hay una mística laica. Ambas son diferentes, sin embargo, no es una superior a la otra, sino que se complementan y pueden dialogar y aprender una de la otra. Y esto sería muy deseable. Para ello, naturalmente, se tienen que reconocer ambas; si el místico laico tacha al cristianismo de falsificación de lo querido por Cristo o el místico cristiano llama pseudomística a la mística laica, difícil diálogo hay ahí. Esto no quiere decir que no se pueda criticar en el otro aspectos que consideremos necesario hacerlo, pero siempre desde la aceptación básica previa.




Por otro lado, creo que algunos defensores del final de la religión confunden la experiencia religiosa auténtica con la “religiosidad sacralizada”, que es su expresión decadente cuando la mística deja de tener el lugar central que le corresponde dentro de la religión.



La “religiosidad sacralizada” separa lo sagrado y lo profano, considerando lo sagrado como “superior” a lo profano, que prácticamente adquiere su derecho a existir por su vinculación con lo religioso. Dios se sacraliza y está separado del ser humano, la relación con Dios se entiende en términos de obediencia y se expresa en la praxis religiosa, en especial el culto y la moral confesional- ( hay una mística de la praxis que no hay que confundir con la religiosidad sacralizada). La conciencia que late detrás de esta visión es evidentemente dualista.




La auténtica experiencia religiosa es no dual y relacional (no puede darse lo uno sin lo otro). En esta experiencia sagrado y profano se diferencian pero no están separados, de hecho lo religioso (el culto) celebra el misterio que vivimos en la Vida (ámbito profano) y sólo es eficaz de verdad si lo que se celebra se vive en la vida. El centro de la religión no es la religión es la Vida, la religión tiene como centro la la Secularidad Sagrada, lo santo no lo sagrado (lo separado de la vida). Lo santo es lo profano convertido en lugar pleno de revelación del misterio. La religión no se encierra en sí misma, se abre a la vida y conduce a estar más en la vida y en la realidad, sin perder la dimensión simbólica que es el ámbito propiamente religioso en este tipo de experiencia.
Esta es la visión propia de la mística. El hombre, Dios y el cosmos sin ser iguales están en comunión y constituyen una realidad. Se diferencian pero no se separan. La mística describe la realidad como comunión, como Unidad en la pluralidad, como Trinidad, su lenguaje es relacional y amoroso normalmente (también hay una mística válida que utiliza un lenguaje apofático y cognitivo más que amoroso).




Frente a la mística se encontraría el gnosticismo (no la gnosis, hay un tipo de gnosis que es mística auténtica) que algunos confunden con ella. El gnosticismo es una experiencia “monista”, que es como algunos entiende ahora la no dualidad. El gnosticismo actual dice que todo es conciencia, que la realidad concreta es ilusión. El individuo es ilusorio y sólo existe la Conciencia. Y es que si el no-dualismo no es relacional suele confundirse con el monismo.




Vivir desde un tipo u otro de experiencia conduce a conductas muy diferentes, creo:




- La religiosidad sacralizada suele conducir a la teocracia y al fundamentalismo.




- El gnosticismo a una espiritualidad desencarnada, que se olvida del sufrimiento y la injusticia (que según cree son una ilusión).




- La mística intenta vivir con los pies bien en la tierra, siente pasión por el ser humano y busca colaborar en lo que puede aliviar su sufrimiento. Sin protagonismos pero sin huir de apoyar al otro.




Los místicos suelen ser sencillos y no llamar demasiado la atención, de hecho, creo que los místicos más auténticos son los que ignoran que lo son, pues para ellos, su modo de actuar es lo normal, lo que todo ser humano hace o debería hacer. Los gnosticistas suelen ser muy conscientes de su “iluminación”, que parece les libra de ser uno más y los convierte en “maestros” no pocas veces de voz engolada y mirada penetrante (¿invasiva?)…




En fin, si lo que vamos es a sustituir la religión por el gnosticismo, conmigo que no cuenten. Si de lo que se trata es de renovar la religión, hacerla más mística, más humanizadora, más liberadora y más abierta a aprender de todo y de todos, entonces me apunto.

sábado, 27 de agosto de 2011

El cristianismo no es un espiritualismo “desencarnado” ni una ideología revolucionaria, es una mística comprometida

Últimamente he escrito algunos post más “políticos”, si queréis. No me gustaría que alguno/a llegase a la conclusión de que creo que el cristianismo no es más que un proyecto político o una ideología. El cristianismo es una religión, en el mejor sentido de este término, y como el centro de la religión es la mística, creo que el cristianismo en es, ante todo, una mística.


Si reducimos el cristianismo a una ideología político-religiosa no estaremos contribuyendo a hacer ninguna “revolución” o “transformación de verdad” del sistema, estaremos sustituyendo un sistema por otro diferente, pero “sistema” al fin y al cabo, y por tanto tan alienante o más que lo que dejamos atrás.


En fin, ya tenemos mucha experiencia de la “sequedad” que produce, en las comunidades cristianas que han caído en ello, el reducir la fe a una ideología política de izquierdas o derechas. Al final, todo se convierte en discusión estéril, intelectualismo, criticismo, buscarle los tres pies al gato… y un buen número termina quemado o quemadísimo. No podemos reducirnos a ser meros “militantes” ya que en nosotros hay un anhelo de mucho más, de mística, y es que el místico no es un tipo de ser humano especial, sino que todo ser humano es un tipo de místico especial.


Hay en nosotros un deseo de Comunión, de amor, de la salida de la mente dual (que siempre duda y está angustiada) al amor lúcido que pacifica y unifica.


Cristiano es quien en Cristo encuentra el camino de “regreso a casa”, al Ser, al Amor, al Misterio, a Dios. Si el cristianismo no es ante todo un encuentro con lo más profundo nuestro y con lo más profundo de la realidad, si no es una experiencia de comunión con Todo y todos sin dejar de ser quienes somos, no sé qué puede ser.


Por supuesto, el cristianismo expresa esta experiencia de un modo propio. Suele hacerlo privilegiando los términos relacionales (no es incompatible lo relacional y lo no dual, más bien son dos modos de decir lo mismo), generalmente el místico cristiano experimenta una presencia personal que nos acompaña, nos habita, que habita todo. De modo que poco a poco dejamos de identificarnos sólo con nuestra individualidad y descubrimos que la Presencia y nosotros son dos caras de la misma realidad que lo abarca todo, y esto sin dejar de ser quienes somos.”Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo” dicen que decía San Agustín.

La mística auténtica sabe que “quedarse en la experiencia” espiritual no es la meta el camino, más bien es una desviación del mismo. La mística puede ser una forma muy refinada, muy cínica o muy cobarde de evadirse de la realidad, en especial de la realidad social donde las tensiones son más fuertes, refugiándonos en el ámbito interno o interpersonal. Ahora bien, lanzarse a la política sin estar afianzados en lo más profundo nuestro puede llegar a ser lanzarse al “infierno” rociado de gasolina.

Al final, ésta fractura entre mística y compromiso es una manifestación más de la situación de desorientación y desorden e injusticia de nuestra sociedad y cultura.


Una de las personalidades que más han influido en la mística Occidental es el Papa Gregorio Magno, un hombre que conoció bien la mística cristiana oriental y occidental. Para él era muy importante que el contemplativo no cayera en actitudes quietistas o gnosticistas. Señalaba la importancia de desarrollar una actitud fundamental al final del camino: la “condescendencia” (término que en latin no tiene el sentido paternalista que le damos nosotros), algo así como bajar de la contemplación y ponerse a caminar con el otro (empatía diríamos hoy quizá).


Si al final del camino no sentimos pasión por el ser humano y deseos de comprometernos en mejorar la vida de todos, no desde el protagonismo, sino desde el acompañar a todos ( en especial a los más débiles y pobres) en su camino como un compañero más, es que el ego se comió todo el trabajo espiritual.


Pienso que hoy un contemplativo debe dar una gran importancia a la acción política, más cuando la experiencia mística nos lleva a experimentar que somos comunión y relación, por lo tanto, que lo social es fundamental.

No se puede separar pues lo uno de lo otro si no queremos generar más fragmentación y confusión en nuestro mundo. Y permitirme que diga que creo que hoy el cristianismo, depurando lo que tenga que depurar, es precisamente una de las mejores vías para conseguir vivir unidas estas dos realidades.





jueves, 25 de agosto de 2011

El Proyecto Revolucionario de Jesús



Como me ha pasado en otras ocasiones, cada vez que el Papa viene a España, me encuentro con que, los ya son católicos muy convencidos, se quedan entusiasmados con la visita, mientras que una serie de personas, que se habían alejado de la Iglesia y están intentando acercarse con mucha sinceridad, se quedan horrorizadas y abortan todo acercamiento, al descubrir que el estilo del que huyeron está todavía en pleno vigor en la actual iglesia.




Creo que para muchos el principal obstáculo para acercarse hoy al cristianismo es precisamente el estilo, el discurso y las estructuras eclesiales existentes. Algunos se confunden y creen que el cristianismo es eso. Como recordaba el Concilio Vaticano II mucho del ateísmo se debía a los propios cristianos que hemos velado el mensaje de Jesús.




Como nos explica José María Castillo (uno de los mejores y más pedagógicos teólogos de España) Jesús fue un judío laico y marginal cuya acción histórica fundamental fue crear una comunidad de discípulos que intentaba ser signo e instrumento de una nueva sociedad constituida por hombres y mujeres nuevos: el reino de Dios.



La Comunidad de Jesús no fueron los Doce, sino un grupo más amplio. La comunidad es anterior a los Doce y de ella fueron ellos seleccionados como símbolo del Nuevo Israel (las 12 tribus). La jerarquía no es anterior a la comunidad sino que nace de ella y está a su servicio.




Jesús no crea esta comunidad para dar “la salvación”, ya que en numerosas ocasiones (por ejemplo al preguntarle el joven rico) dirá que para “salvarse” sólo es necesario cumplir los mandamientos, es decir, ser ético.



La Comunidad inaugura el Reinado, la nueva sociedad, que comienza ya en el propio Jesús.




Para entrar en ella pide “que se renuncie al dinero”, es decir, a las ataduras con el sistema dominante y dominador (“el mundo”) que se basa en la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre.




Las llamadas “Bienaventuranzas” son el programa que Jesús les propone, de ellas la fundamental es: elegir ser pobres para que Dios sea rey en nosotros, es decir, a diferencia de los políticos y los sacerdotes que buscan dominar a la gente, en la comunidad lo principal es servirse unos a otros, compartir con todos y debe reinar una igualdad básica. Recuerda mucho a lo que hoy llamamos el socialismo si bien con una fuerte vivencia mística.



Su programa no es reformar el sistema vigente es cambiarlo, hacer algo nuevo y diferente, Jesús en este sentido es un revolucionario y no un reformista.



El mensaje de Jesús no se puede reducir, por lo tanto, al ámbito de lo religioso (si bien lo incluye), Jesús va más allá de lo religioso, hace ver que la religión es para la vida y que muchas veces la religión es un obstáculo para lograr esa vida plena.




Los primeros cristianos fueron muy críticos con la religión, viendo en Jesús la plenitud de lo que la religión pretendía, sin lograrlo. Así Jesús, el laico, es el verdadero sacerdote; Jesús, el siervo, es el verdadero rey; Jesús, el maldito que murió en el madero reprobado por Dios según los sacerdotes, es el Señor. Todo este lenguaje es utilizado de forma casi contracultural. Se utilizan términos religiosos para realidades seculares haciendo ver que la vida es donde se vive la realidad de la que la religión sólo es un símbolo. Y en ocasiones una deformación.




En Jesús, el obrero, laico, se descubrieron la plenitud de lo religioso (el Cristo, el Mesías, el Hijo). El cristianismo rompió así con la mentalidad sacral (dualista, fragmentada, alienada) que separa lo sagrado y lo profano, descubriendo que lo secular, la Vida, está por encima de la religión. Jesús dirá: los últimos (según la mentalidad alienada) serán los primeros en el reino (en la nueva realidad espiritual y social que predica y vive). La “memoria de Jesús” se convertirá así en una “memoria subversiva”.



Poco a poco, a medida que el cristianismo se fue integrando en el sistema fue perdiendo este espíritu místico y político revolucionario ( el teólogo Metz define al cristianismo como una mística política). Cuando el imperio lo adopta como religión oficial ya se había transformado en una religión, Jesús se había sacralizado y todo se había reducido al ámbito sacral y religioso. Ahora cuando a Jesús se le llamaba señor se intentaba legitimar el sistema político basado en la existencia de señores y siervos. Lo religioso volverá a aparecer como superior a lo secular y lo secular alcanzará su plenitud sólo en lo religioso. Se recupera así al mentalidad alienada, se justificará la dominación de unos sobre otros y lo de los últimos serán lso primeros se entiende en un sentido espiritual y no social.




Ahora bien, el espíritu del cristianismo original no ha desaparecido nunca del todo, comunidades ( e individuos) como las monásticas en los comienzos y otras, después, han ido descubriendo este Jesús de los pobres y de la liberación frente al sistema. Hoy hay muchas comunidades y personas en la Iglesia que viven este espíritu.




Parece que nos encontramos en un tiempo que anuncia un cambio radical, ya no valen reformas, necesitamos una transformación radical. Que además sea integral, de estructuras sociales, políticas, económicas, culturales y de corazones. Posiblemente una sociedad más socialista y más democrática. Necesitamos pues ir creando sujetos sociales que ayuden a ir naciendo esta nueva época. Las comunidades cristianas pueden ser un estupendo lugar para gestar esa revolución que se avecina, evitando caer en dogmatismos ideológicos por su espíritu inconformista y crítico con todo sistema.




Esto supone, eso sí, trabajar por un nuevo estilo, un nuevo lenguaje, unas nuevas estructuras en la Iglesia. Si no cambia, la Iglesia en su actual forma, podría ser un obstáculo para el propio cristianismo y para la sociedad. José María Castillo ponía un ejemplo, imaginemos que en una autopista del siglo XXI se mete un grupo de personas con una cuadriga romana. No sólo se ponen ellas en peligro, sino que ponen en peligro a los demás.




La reforma, pues, de la Iglesia es hoy muy necesaria y es una tarea de todos, no sólo de los cristianos. Así que manos a la obra ¿no?.

lunes, 22 de agosto de 2011

El Ambiguo Balance de la JMJ



Ya terminó la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud católica 2011, la próxima no volverá a celebrarse hasta el 2013, en Río de Janeiro.




En mi opinión, el balance que se desprende de estos días está lleno de ambigüedades, con elementos positivos y demasiados elementos negativos.




Destacaría, por un lado, la alegría, la fraternidad vivida por muchos jóvenes, ajenos a las polémicas políticas, y que han disfrutado de una fiesta organizada para ellos, sin plantearse quizá preguntas importantes, pero con muy buenos deseos de hacer el bien. También ha sido importante que estos corazones jóvenes hayan escuchado el Evangelio de Jesús, sembrándose así unas semillas de la buena noticia anunciada a los pobres, por la que el Maestro de Nazareth vivió y murió, ajusticiado por los políticos y los sacerdotes de aquella época. Son semillas de Revolución, de Humanización.




La Iglesia institucional ha sido el camino por el que ha llegado a nosotros el mensaje de Jesús y esto hay que agradecérselo, si bien el mensaje suele llegar mediatizado y “edulcorado” por los intereses de la propia institución, demasiado “eclesiocéntica” (narcisista), y poco reinocéntrica. El Reino es el centro del mensaje evangélico: Construir el Reino, una sociedad y un mundo fraterno y justo, reconciliado, sostenido por unos corazones en comunión con Dios, el mundo y el cosmos, inclinados a ponerse al servicio de la causa de los pobres y los débiles.




Por desgracia, la institución ha optado por apoyarse, para sufragar el evento, en los poderosos de la sociedad (Bancos, especuladores….) responsables, o del mismo pelaje que los responsables, de la crisis que padecemos. La opción de sectores importantes de la institución por los ricos queda visibilizada así.




El mensaje, como ya estamos acostumbrados, se ha centrado, de manera reduccionista, en los aspectos cúlticos y ascético-moralistas (practicar los sacramentos y la moral personal que dice el magisterio). El proyecto del Reino que abarca toda la vida y va mucho más allá de la religión no se ha presentado así a los jóvenes.



En cuanto al análisis de la actual situación diría que ha sido bastante alienante (ajeno a la vida real de las personas). Parece a una parte de la jerarquía católica le preocupa sobre todo el mundo de las ideas (que los jóvenes no sean relativistas, se casen por la Iglesia o se hagan curas o monjas. De los problemas reales de las personas jóvenes, cosas como que cobren 600 euros, no les paguen a veces horas de trabajo obligatorias, no logren nada más que contratos de obra y servicio, los despidan anualmente para que no alcancen antigüedad en la seguridad social, etc… no parecen estar muy enterados. Los problemas reales de las personas no parecen capaces de llegar a sobrepasar los altos muros del “mundo de las ideas” en que vive una parte de la jerarquía institucional.




Por otro lado, no se ha escuchado de verdad a los jóvenes, ni han hablado de sus problemas en medio de esta crisis, ni han tomado consciencia de las causas de la grave situación que padecen. No se ha seguido el famoso método de los grupos cristianos comprometidos: Ver- Juzgar y Actuar. A los jóvenes les ha tocado ser público o actuar de manera pasiva, asintiendo a todo lo que les dicen. Parece ser que otros (señores mayores de la iglesia normalmente) saben más que ellos lo que les pasa.




El modelo de Iglesia que hemos visto está muy lejos, desde luego, de la Iglesia del Vaticano II. Aquella Iglesia, que en los textos del Concilio decía que debía renunciar incluso a aquellos derechos legítimos si la transmisión del evangelio así lo requería, ha dejado esa humildad y sencillez.




Hemos visto una Iglesia ante la que se postran los poderes públicos (aparentemente claro), que habla un lenguaje que suena a prepotente, en ocasiones.



Con mucha tristeza he visto que se ha intentado enfrentar a jóvenes laicos y católicos, la derecha ha querido criminalizar a los jóvenes laicos, grupos de incontrolados de un ultraizquierdismo infantil (como decía Lenin) han hostigado a jóvenes católicos y jóvenes supuestamente católicos (más bien de ultraderecha) a los laicos.



Realmente en ambos lados hay gente comprometida y valiosa, que están mucho más cerca de lo que creen. Así lo ha hecho ver la asamblea conjunta entre jóvenes del 15M y peregrinos de la jmj. Que se establezcan estos lazos es estupendo, e indica la pluralidad de ambos grupos de jóvenes.
La espiritualidad y la lucha por la justicia hoy deben ir de la mano, si no, no habrá una verdadera transformación social y la necesitamos como agua de Mayo.




El problema no es la laicidad ni la religión, el problema es que el sistema pone al dinero por encima de las personas. De esto no se ha hablado mucho en la JMJ, pero se ha escuchado a Jesús y al Evangelio y esto siempre es una buena noticia para los pobres y los oprimidos.




domingo, 21 de agosto de 2011

El Gobierno admite posibles irregularidades tras la manifestación laica del jueves

Público

Tomado de http://www.redescristianas.net/2011/08/20/el-gobierno-admite-posibles-irregularidades-tras-la-manifestacion-laica-del-jueves/

El Gobierno se vio forzado a rectificar. Por la mañana, negó que la Policía hubiese desalojado con una violencia excesiva a los manifestantes laicos de la Puerta del Sol las noches del miércoles (víspera de la llegada del papa) y el jueves. A última hora de la tarde, desde el PSOE se lanzaron varios mensajes pidiendo que se depurasen responsabilidades. Y, a las once de la noche, el Ministerio del Interior confirmó que había abierto un procedimieno denominado “información reservada”, sobre el caso del fotógrafo agredido el jueves en el centro de Madrid, para investigar si se han producido irregularidades.

En la era de internet es difícil camuflar los abusos policiales. Si el jueves se difundió un vídeo en el que un agente reclama el DNI a una periodista bajo la amenaza de propinarle “una hostia”, ayer apareció otro más escandaloso, en el que se ve cómo varios agentes agreden a tres personas: una joven que les había insultado, una persona que acudió a rescatarla y que en ningún momento se metió con los antidisturbios y el fotógrafo freelance Daniel Nuevo, que estaba realizando su trabajo.

Posiciones contradictorias

Cuando el portavoz del Gobierno, José Blanco, compareció en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el vídeo ya estaba circulando por Internet y era la noticia principal de Público.es. Pero Blanco descartó abrir una investigación: “Si hubiera algún hecho que, a juicio del Ministerio del Interior no se ha producido, que supusiese un exceso, se estudiaría y se investigaría. Pero creo que no estamos en el caso”.

La primera manifestación del miércoles, sostuvo Blanco, “transcurrió mayoritariamente sin ningún tipo de incidente y luego, como consecuencia de la actuación de una minoría, hubo un incidente. Lo mismo ocurrió el día de ayer [en referencia al jueves]. Por tanto, hay que tener un respeto”. Blanco recordó que la obligación de la Policía es que la ley se cumpla con prudencia y determinación”. Esa, añadió, es la guía de conducta del Ministerio del Interior.

La Jefatura Superior de Policía, en declaraciones a este diario, también descartó iniciar investigaciones, a menos que los agredidos presenten una denuncia formal. Y al ser preguntado por los hechos que se veían en el vídeo, un portavoz oficial aseguró quer eran imágenes “descontextualizadas” que se suelen publicar o emitir tras las manifestaciones.
Reacción del PSOE

El incendio en las redes sociales crecía sin parar, pidiendo que se adoptasen medidas contra los agentes implicados a la agresión. Y la jefa de campaña del PSOE, Elena Valenciano, decidió utilizar su perfil de Twitter para dar un giro a la posición de los socialistas. “Los excesos policiales nunca pueden justificarse. Espero que se investiguen y se depuren responsabilidades”, escribió. En la misma línea se pronunció el vicecoordinador del Comité Electoral del PSOE, Antonio Hernando, quien remarcó la necesidad de exigir responsabilidades y “evitar que vuelvan a repetirse” esas actuaciones.

Poco después, Interior anunció la apertura de la “información reservada”. Este es el procedimiento previo a la apertura de un expediente.

La ética social es la base de la ética personal. La importancia de la política.



Uno de los logros de la modernidad es sin duda la revalorización de la persona. En las sociedades premodernas el individuo casi no contaba, su valor estaba en función de la tribu, la etnia, la clase social, etc… a la que pertenecía. Podía sentirse oprimido por el grupo,que muchas veces no respetaba sus derechos.




Con la modernidad hemos tomado conciencia del valor de cada ser humano, como un ser único e irrepetible, dotado de libertad y con una dignidad absoluta (limitada por la de los demás), que lo convierte en un fin y nunca en un medio.




En cualquier caso, siendo una gran verdad y un gran bien este descubrimiento de la persona, se ha terminado convirtiendo en muchos casos en una defensa cerrada del individualismo y el egocentrismo, que pueden considerarse los valores centrales del modelo de antropología capitalista que nos domina.




Ser persona es ser un ser único, pro también es ser relación, las dos cosas, ser comunión. Esta es la antropología cristiana y la antropología socialista, bien entendida.




Ya Aristóteles definió al ser humano como “zoos politicós”, un ser social, y también diría un ser estructural. Sin quedar reducidos a lo social, lo social y estructural tiene en nosotros un peso muy importante. Diríamos que es la base de todo el conjunto de dimensiones que nos constituyen, que a su vez se influencian entre sí, pero que se sustentan en último término en las estructuras en las que vivimos.
De cara a la actuación ética esto reviste una gran importancia. Normalmente tendemos a dar mucha importancia a nuestra actuación individual (ética personal) y se nos pasa la ética de las estructuras en las que vivimos.




Como señaló Max Weber hay una relación entre el capitalismo y al ética puritana calvinista, que se fija sobretodo en el comportamiento personal y se olvida de las repercusiones sociales del mismo. Un capitalista renacentista podía ser muy estricto en su moral sexual y de trabajo, mientras dirigía una compañía de esclavos o explotaba a sus trabajadores. Hoy me temo no ha cambiado mucho la cosa.




Hay dictadores extremadamente estrictos en su moral personal, hasta llegar a los escrúpulos, mientras tiranizan toda una nación sin el menor remordimiento.




Para poder vivir nuestra ética personal debemos primero fijarnos en las estructuras en las que colaboramos si son justas y humanizadoras o son injustas y despiadadas. No podemos caer en el extremismo de una pureza absoluta, claro, vivimos en un sistema injusto radicalmente, más allá de nuestra voluntad y ahí tenemos que desarrollarnos. No podemos escapar del sistema pero si podemos colaborar en transformarlo. El problema hoy no es tanto tener dinero o no (muchas veces el sistema nos pone en una situación de tener bienes) sino lo que hacemos con él. Si lo ponemos al servicio de los pobres y del cambio social, o no.




Por supuesto el cambio estructural no basta, sin un nuevo corazón volveremos a repetir las injusticias, pero sólo el cambio personal tampoco es suficiente. Y desde una antropología relacional o social del ser humano la base de todo cambio personal pasa por el compromiso por el cambio social.




De ahí, la importancia actual del compromiso político. Asumir un compromiso con los movimientos políticos que se ponen de parte de los más débiles, de los pobres es la base de un compromiso cristiano en la política.




Hay que decir que en la política los movimientos responden también a condiciones objetivas más allá de la moralidad de sus miembros, sin que se pueda obviar, claro, esta necesidad de moralidad privada. Quiero decir, que un movimiento político es ético o no, más allá de que quienes lo defienden en un momento determinado lo sean o no (si bien si no lo son dudo que el movimiento pueda ser ético de verdad). Lo mejor claro, es que lo sean. Es decir, un movimiento racista es un movimiento injusto, por muy majos que sean quienes lo integren, quizá sin ser conscientes de lo que supone participar en un movimiento así. Y un movimiento por la paz es ético al margen de que quienes lo integren no sean tan pacíficos como debieran. Ya digo que esto no excluye sui obligación personal de serlo, pero no podemos juzgar el movimiento por cada uno de sus miembros sino por sus objetivos y los medios que utiliza para conseguirlos.




También hay que señalar que, por nuestra condición social, todos hacemos política lo queramos o no, los que dicen ser apolíticos simplemente están objetivamente a favor de lo que hay establecido, sean conscientes de ello o no.




Desde mi punto de vista, que puede ser erróneo, en la actualidad son los movimientos de izquierdas los que objetivamente defienden mejor los intereses de los pobres (al margen de que muchos movimientos de izquierda no lo sean de verdad).




Naturalmente conozco mucha gente de derechas estupenda y muy humana, quizá mejor que la gente de izquierdas pero hoy la derecha de manera objetiva representa los intereses de los que controlan la situación. Por eso, creo que hoy la opción ética está en la izquierda, con todas las críticas que tengamos que hacerle y sin caer en dogmatismos de ningún tipo.

sábado, 20 de agosto de 2011

El Papa anima a los cristianos a ser responsables para que la ética prime sobre la economía (el problema no es la laicidad sino el capitalismo)



Preguntado en el avión que le traía a Madrid por la actual crisis económica, Benedicto XVI ha señalado que la causa de esta crisis está en actuaciones económicas faltas de ética y ha recordado que el cristianismo pone siempre al ser humano sobre la economía, llamando a la responsabilidad de todos para que esto sea así.




Normalmente se suelen interpretar estas palabras como una llamada a la práctica de la ética personal en la propia actividad económica y a la corrección de los errores, o combate de los pecados estructurales, que se dan en el sistema.




Pienso que, si uno se toma en serio el cristianismo, podría también plantearse si el problema no será el sistema capitalista en sí mismo, construido sobre una antropología individualista y egoísta, cuya meta es el lucro de unos pocos y no el bienestar de todos.




Además, ante cualquier dilema ético, el cristiano debería tener siempre presente cual es el punto de vista de los pobres, a la hora de analizar una situación y de determinar la forma más adecuada de actuación. Para ello, se tiene que valer de instrumentos conceptuales adecuados que le permitan vivir los valores del evangelio (opción preferencial por los pobres) adecuándolos a la situación de un modo realista.




Personalmente, este llamamiento de Benedicto XVI a asumir una responsabilidad frente a la situación económica, me ha llevado a recordar el valor que tiene, creo, en estos momentos para los cristianos que queremos apoyar la opción de los pobres, el uso del análisis marxista, siempre de modo crítico y adogmático. Así nos lo mostró y muestra la teología de la liberación.




El análisis marxista nos ayuda a ver la profundidad del “mal”, no se trata de que el sistema tenga errores o pecados, es el sistema en sí lo que parece que es un error y un “pecado”. Un sistema que se basa en que unos pocos tengan un poder desmesurado y el control de la situación, mientras la mayoría se ve obligada a vender su trabajo para sobrevivir, por no hablar de las situaciones de miseria que crecen y se perpetúan.




Esta crisis nos ha ayudado a ver quién manda de verdad, no parece que sean los políticos elegidos cada cuatro años, sino los “mercados” y los bancos, que al final dictan las políticas económicas a los gobiernos de turno, da igual su color, parece ser.



Algunos cristianos se preguntan si es posible ser cristiano en medio de la modernidad laica y piensan que no, de modo que consideran que el cristiano debe combatir la laicidad. No comparto este análisis, diría más bien que eso es errar el objetivo y desviarnos de la verdadera causa de los problemas (y hay interés en que nos equivoquemos y desgastemos yendo por esa dirección), el problema está, creo, en el capitalismo en sí. Si hay algo que se oponga hoy al cristianismo es este sistema.

viernes, 19 de agosto de 2011

Manipulación Informativa: ¿Se intenta criminalizar a los jóvenes de la manifestación laica?



Ya os habréis enterado de los disturbios vividos en la Puerta del Sol, al producirse enfrentamientos entre algunos jóvenes supuestamente de la jmj (en cualquier caso una minoría) y los participantes en una manifestación legalizada, que protestaba contra los gastos públicos derivados de la visita papal.



Según describen muchos medios, parece ser que la marcha transcurrió pacíficamente hasta llegar a la Puerta del Sol, en la que un grupo, parece que organizado, supuestamente de partidarios de la visita papal, decidió (de forma ilegal) concentrarse y no permitir la entrada de la manifestación en la plaza. Los manifestantes, que tenían autorizado el finalizar su marcha en Sol, expresaron su protesta y recordaron a la policía el carácter ilegal de la concentración “anti laica”.



La policía parece ser que se interpuso entre ambos grupos, mientras se iban caldeando los ánimos, y a pesar de la oposición de los grupos de jóvenes supuestamente de la jmj, la marcha logró finalizar en Sol, si bien generándose un enfrentamiento que culminó con cargas policiales contra la manifestación laica.




Si las cosas han sido más o menos así, y parece que sí, parece que estamos claramente ante un caso de un grupo organizado que intenta reventar una manifestación pacífica. Es una estrategia que recuerda las tácticas de los grupos de ultraderecha, como los llamados “guerrilleros de Cristo rey” que atacaban las manifestaciones en la época de la Transición.




Naturalmente esto ha servido para presentar a los que protestan por el estilo de la visita papal como un grupo violento y anárquico. Posiblemente esto es lo que se buscaba con la provocación y desgraciadamente lo consiguieron.



Un ejemplo de ello, digno para hacer un estudio sobre las tácticas de manipulación informativa, es cómo describen el hecho en el periódico El Mundo. Según ellos, los manifestantes arremetieron contra los pacíficos peregrinos de la jmj, que estaban en Sol, ante la pasividad policial. Ninguna referencia al talante provocador del grupo (una minoría no representativa de los jóvenes de la jmj), ni a la ilegalidad de su concentración. Al contrario, según pareciera en su descripción de los hechos, los supuestos peregrinos estaban allí de casualidad, “inocentemente” y fueron agredidos por los jóvenes “malvados” que defienden la laicidad. Al final, por supuesto, se ven las intenciones: la culpa la tiene el gobierno que permitió la manifestación, evocando la idea (pasividad policial) de una cierta persecución de la iglesia en la España de Zapatero, al que se le acusa de anticlerical constantemente. El discurso resulta un puro despropósito cuando las administraciones públicas se han volcado en ayudar a la realización del evento, para escándalo de muchos que ven ocupado el espacio público de todos por una confesión religiosa, que encima dice ser perseguida.




Y es que como ya todos sabemos, la derecha política (de la que el periódico El Mundo es una pieza importante) quiere rentabilizar la visita del Papa para sus intereses, que ahora se centran en alcanzar el poder a toda costa: parece que si para ello hay que mentir y manipular no van a poner reparos en ello. Y por desgracia, con el apoyo, en su estrategia, de sectores importantes de la institución eclesial, que se han puesto, hace mucho, al servicio de que la derecha llegue al poder, esperando, supongo, que esto sea pagado con privilegios para la Institución.



Malos compañeros de viaje, me temo, se han buscado; el apoyo sólo se dará si la Iglesia institucional sirve a sus intereses. Es una estrategia que puede dar “éxitos” a corto plazo pero asegura el alejamiento cada vez mayor de la gran mayoría de la sociedad, cada día más consciente de la búsqueda de poder por parte de un sector de la Institución eclesial y de su intento de controlar la sociedad con el apoyo de los poderes fácticos de siempre.




Ajenos a todo esto la mayoría de los jóvenes de la jmj siguen participando de modo alegre y pacífico en la fiesta, respetuosos también con quienes no participan o hacen sus críticas legítimas al modo de organizar la visita. Y no pocos, siendo mucho más críticos de lo que aparece en los medios.

jueves, 18 de agosto de 2011

JMJ 2011: ¿La Jornada Mundial del “adormecimiento” juvenil?



Ya está todo preparado para vivir los momentos “más intensos” de la JMJ; ya sabemos que la Iglesia Institucional ha puesto toda la carne en el asador para que todo “salga bien”, los colegios religiosos, los movimientos, las congregaciones, las parroquias han recibido de un modo u otro la llamada a movilizarse. No hacerlo sería muy mal visto por la institución, así que la respuesta ha sido casi unánime.



Ayer el Cardenal Rouco dicen que estaba emocionado con la respuesta, es el gran protagonista, en su homilía, no tan combativa como otras, destiló paternalismo hacia los jóvenes (están siendo “desviados” por los “malos”) e hizo una apuesta por “algo” que sonaba mucho a las viejas ideas del nacionalcatolicismo (pareciera que si uno no es católico es menos español).



Me parece a mí, que, curiosamente, los grandes ausentes del evento son los jóvenes, señores mayores les dicen lo que les pasa y lo que tienen que pensar, como si la forma más importante de participación, que parece que se espera de ellos, fuera aplaudir, cantar, bailar y leer lo “que dice el guion”.




Es curioso que en una reunión de jóvenes no haya un mayor espíritu crítico y mayor autonomía, más con la que está cayendo, que no sean los jóvenes los que narren ( y protesten) su precariedad laboral, las hipotecas y embargos a pisos (quizá alguno ejecutado por bancos que patrocinan el evento), la marginación y exclusión en que les tiene el sistema social, económico y religioso imperante.



No tengo dudas de que parte los patrocinadores de las jornadas intentan que sean un acto masivo de adoctrinamiento de la juventud, llevándoles a actitudes sumisas, acríticas, adormecedoras y desviándoles de poner los ojos en las injusticias del sistema, fijándoles mejor ideales de tipo “espiritualista”, ascéticos o moralistas.




Ahora bien, quizá les salga “el tiro por la culata”, como se suele decir, el Evangelio tiene una gran fuerza subversiva y los jóvenes católicos son más variados y plurales de lo que los medios de derecha se creen. En un reciente estudio sociológico, muchos se han declarado de izquierdas, por ejemplo.



Ahora los medios de propaganda del sistema van a alabarles si son sumisos y “buenecitos”, yo me atrevo a animarles a vivir el Evangelio con radicalidad, cuestionando un sistema económico que favorece el enriquecimiento de unos pocos, y la marginación de la mayoría.



Quizá esto les quite el aplauso de algunos satisfechos, no se preocupen, recibirán el abrazo y el agradecimiento de los excluidos y los marginados, el abrazo de Jesús.

lunes, 8 de agosto de 2011

Bienvenidos jóvenes de la JMJ 2011 y animaos a conocer el corazón de la Iglesia: La Iglesia de los pobres y la Liberación.



Ya queda poco para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud 2011, que se va a realizar en Madrid desde el 16 al 21 de Agosto. Imagino que la mayoría estará al tanto del acontecimiento.



La institución eclesial ha movilizado todos sus efectivos, así que muy probablemente, como en ocasiones anteriores, nos vamos a encontrar con un acontecimiento masivo. Y por lo que parece, no va a dejar indiferente a nadie.




Ya sabemos que el evento querrá ser presentado, por una parte importante de la institución, con un tono beligerante y triunfalista. Hace ya tiempo que, desde quienes ostentan importantes parcelas del poder en la institución, se ha hecho un análisis de la realidad que les lleva inevitablemente a aliarse con los sectores más conservadores de la sociedad, es decir, con quienes tienen el poder y el dinero en nuestra sociedad. Naturalmente estos sectores están encantados con esta alianza que tanto puede ayudar a sus intereses (que todo siga como está y no haya cuestionamientos al mercado y al capitalismo).



Para buena parte de la jerarquía eclesiástica actual el enemigo a batir es el laicismo, el relativismo, el hedonismo, el socialismo, que aparecen como las raíces de los problemas de nuestra sociedad, de ahí que la estrategia diseñada para combatir estos males sea una alianza con los sectores conservadores que puedan ayudar a la Iglesia a ejercer un control moral sobre la sociedad, que de otro modo se iría a pique según creen. No se considera que la raíz del problema sea el sistema capitalista en sí, al cual sólo le reprochan aspectos puntuales y le animan a corregirse mediante la práctica de la “caridad social”, pero no lo cuestionan en sí mismo.




En la práctica este “programa” hace de la Iglesia institucional una estupenda aliada de los defensores del sistema (banqueros, especuladores, “los mercados”), dado que con su predicación de una moral de obediencia, sumisión y tradicionalismo ayudan a evitar un pensamiento más crítico y combativo socialmente. No en vano sectores importantes de los banqueros y especuladores están detrás de la financiación del evento como denunciaban algunos cristianos de base.




En cualquier caso, una cosa es lo que probablemente pretendan buena parte de los financiadores y organizadores y otra la realidad que se va a vivir por parte de muchos cristianos, que no pude ser controlada tan fácilmente.




Y es que el encuentro puede ser un momento único para muchos para conocer y acercarse más a Cristo y el Evangelio, y esto, si es auténtico, es difícil que favorezca los intereses anteriormente señalados. El cristianismo tiene en su entraña una opción clara por los pobres y por su liberación: la construcción del Reino, una nueva sociedad donde haya verdadera fraternidad y justicia y donde el mercado no sea el rey, sino el hombre, imagen y semejanza de Dios, para que Dios sea todo en todos.




Creo, por tanto, que, a pesar de los evidentes aspectos criticables en la JMJ, hay que felicitarse por su realización y hay que esperar que sea ocasión de compromiso y conversión de muchos jóvenes, de modo que sea un paso adelante en su conocimiento de Cristo y de la iglesia.




Descubrir el Cristo de los pobres y descubrir “esa otra Iglesia” que se ha tomado en serio la opción por el Reino, y trabaja para transformar nuestro mundo intentando no servir a intereses que no son los de los pobres.




Adelante pues a tod@s l@s que, tras este evento, vais a querer seguir a ese Cristo liberador, que a veces la propia institución olvida y abandona, y Bienvenidos a esta iglesia de la liberación y de los pobres, que está en el corazón de la institución, y que necesita de la creatividad y la combatividad de las nuevas generaciones, a la vez, que de vuestra contribución al proceso de crítica y transformación de esa sociedad del mercado y la especulación, que nos han dejado, y que lleva a los jóvenes (y a la inmensa mayoría de la gente) a la marginación y la precariedad. Un saludo, en comunión.

Hola, Bienvenid@s.


Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.