...puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.
La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo -- no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción --es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional-- puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.
En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré "trabajadores" a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción -- aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es "libre", lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.
El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.
La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de "contrato de trabajo libre" para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo "puro". La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un "ejército de parados". El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.
Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.
Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.
Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia.
La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo -- no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción --es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional-- puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.
En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré "trabajadores" a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción -- aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es "libre", lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.
El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.
La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de "contrato de trabajo libre" para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo "puro". La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un "ejército de parados". El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.
Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.
Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.
Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia.
Precisamente por lo que dice Einstein en su último párrafo, cuando tuvo que escoger una nacionalidad no eligió la rusa sino la norteamericana ^^ (tiene una carta laudatoria a USA, a ver si luego en casa la busco y la copio aquí).
ResponderEliminarEstá bien tener ideales "socialistas", siempre y cuando no se pretenda vivir como alemanes trabajando y produciendo como cubanos, que es lo que suele pasar algunas veces. Ser socialista exige lo que decía Einstein: llevar una vida modesta en lo material. Quizá incluso, y esto lo digo yo, volver a las sociedades agrarias, con todo lo que ello conlleva.
Mi opinión es que el problema no es de liberalismo o socialismo, sino de que en las sociedades humanas falta Amor. Jesús lo vio claro y por eso nunca creyó en la reforma de las instituciones judías, al estilo de los zelotes. Por eso su mensaje es siempre tan actual, muy a pesar de los ateos marxistas anticristianos que ya nos demostraron con la URSS y los millones de muertos de Stalin, Pol Pot y otros de lo que son capaces.
Efectivamente nuestra mirada no puede limitarse a una cuestión puramente política, hay que ir más allá, a una dimensión humana integral, pero como dice Ken Wilber hoy los bodhisatvas también deben ser políticos.
ResponderEliminarEn Jesús también hay una dimensión política (es un ser humano en plenitud), Jesús se pone del lado de las víctimas, de los excluidos de cualquier sistema social, su visión está más cerca de una visión del hombre como ser social que como individuo aislado, por eso funda una comunidad, que en cierta forma es una alternativa al sistema judío oficial (por ello, resultó molesto a los representantes políticos del momento: a la teología imperial al proclamar que solo Dios es rey y al sistema judío al denunciar su alejamiento del proyecto de Dios de un Pueblo de Israel que representara un modelo más fraterno de existencia frente a los modelos sociales que les rodeaban.
Creo que, como seguidores de Jesús, hay que caminar hacia modelos más sociales y democráticos; los horrores del autoritarismo colectivista, que a veces olvidan los partidarios del comunismo, y los horrores del actual sistema capitalista, de los que nos olvidamos con cierta frecuencia los que vivimos en el primer mundo, nos exigen no limitarnos al ámbito privado y cercano, sino ampliar nuestra opción espiritual a la acción social y ética, poniéndonos de parte de las víctimas siempre, siendo memoria passionis (Metz), memoria de los seres humanos marginados y excluidos.
Sin compromiso ético (personal y social) no es posible una mística que no sea una evasión de la realidad y de los compromisos con los demás.
Un saludo.
Todo eso que dices es verdad pero esa actitud de solidaridad con el hermano que sufre no es patrimonio de nadie, ni siquiera de los cristianos. Tampoco de la izquierda. Se puede ser liberal y defender un desarrollo económico que promueva el interés general. Como siempre es más cuestión de personas que de ideologías. Y si algo nos ha enseñado la historia es que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente, de ahí que algunos creamos en la división de poderes (liberalismo político) y en la iniciativa privada en la economía (liberalismo económico). La democracia es el sistema menos malo, que como sabes decía Churchill, y opino que hasta que Jesús regrese e instaure su reino, Churchill decía la verdad.
ResponderEliminarCon esto no quiero decir que el sistema que tenemos me guste, que no me gusta nada en absoluto, pero si queremos tener el nivel de vida occidental, hay que apostar por la economía de mercado, la libertad de empresa, la seguridad jurídica, la propiedad privada, etc. Todos esos “demonios” que cierta izquierda y cierto sector de la Iglesia detestan como si la riqueza naciese de los árboles y no hubiese que producirla con trabajo y esfuerzo. Por eso está bien llamarse socialista o lo que sea, pero si acto seguido se quiere tener un sueldo de 2.000 euros mes, un buen coche, una buena casa, un buen nivel de vida y unos buenos servicios del Estado pues no es nada coherente, porque todo esto no sale de la nada.
Saludos
Quizá haya que empezar a repensar que es eso del nivel de vida y si es posible sostener un sistema como el actual, quizá se trate de ver que no sólo es cuestión de consumir energía y materias primas como lo estamos haciendo ahora sino empezar a tener en cuenta otros valores como son los relacionales y humanos, importantes para un buen "nivel" de vida.
ResponderEliminarCreo muchos estarían dispuestos a tener un nivel de vida menos consumista pero suficiente y vivir en un mundo más sotenible y equilibrado.
No creo que el liberalismo sea el mejor medio para conseguirlo, parece más bien el mejor medio para que una minoría del primer mundo ( y elites corruptas del tercero) pueda disfrutar un tiempo limitado de un consumo irresponsable mientras millones de personas en todo el mundo carecen de lo mínimo.
Me inclino mucho más por un sitema que tienda más hacia la socialdemocracia que hacia el liberlismo insolidario, creo en la democracia no sólo política sino también económica.
El actual sistema es mejorable y mucho, todo lo que sea caminar hacia formas más solidarias y humaizadoras del mismo es estupendo. Puede haber diversas vías para ello, si verdaderamente lo qeu se busca es ese bien social. No dudo, que haya muchas personas que se definen cerca del liberalismo y buscan este bien. Personalmente me parece difícil que el liberalismo puro lo logre ya que su antropología es individualista por deficinicón y considera al hombre un egoista incapaz de ser solidario. Por lo que no les interesa mucho promover la solidaridad cuando consideran que es una utopía irrealizable.
Naturalmente no es patrimonio de nadie ni la opción por lo pobres ni el amor, pero no todas las opciones son igualmente sensibles a estas realidades. Como tampoco es patrimonio del liberalismo el producir riqueza , sin la presencia del estado hace tiempo que el mercado capitalista se hubiera venido abajo y hubiera generado terribles diferencias sociales. Sólo hay que ver la actuación del estado en esta crisis, sin la cual el mercado estaría mucho peor. la misma historia de la revolución económica capitalista tiene en muchos casos como motor el estado, se ha hecho de arriba hacia abajo, dejando luego en manos privadas lo que el estado creó.
Por supuesto no creo en modelos burocrácricos sino democráticos pero de tendencia más social, e incluso con mayores niveles de democracia directa a los actuales. No basta sólo la democracia formal con división de poderes, pienso.
Creo que se puede ser socialista y vivir una vida humana adecuada, no hay porque vivir en la miseria, pero no una vida de consumo irresponsable e insolidario, eso sí que es incoherente. Peor todavía defender ese modelo de vida como el ideal para el hombre actual como hace cierto neoliberalismo insensible.
En cualquir caso, la mayoría de gente que vive en nuestra sociedad no tiene tres coches ni dos casas y si no fuera por ayudas sociales diversas provinientes del estado o de la Iglesia lo pasarían realmente mal.
El cristianismo como todas las místicas (como el budismo y más el mahayana) están más cerca de modelos solidarios, solcialistas si quieres, que de modelos neoliberales, al menos eso me parece.
Un saludo.
José Antonio yo subscribo tus intenciones, que son magníficas, ahora toca ponerlas en práctica. Y entonces es cuando surgirán los problemas.
ResponderEliminarAl menos estamos de acuerdo en que con el pretexto del "bien social" (socialismo, URSS) se han cometido auténticas barbaridades en la historia. Y la socialdemocracia, al final y al cabo, no es más que un liberalismo moderado. El liberalismo que propugna la total o casi total desaparición del Estado se llama libertarismo. En la propia USA no son sino una corriente minoritaria del Partido Republicano.
Nuestro sistema pues es un sistema mixto, fíjate que los libertarios useños lo tachan despectivamente de "socialista", con eso te lo digo todo ^^
Un saludo
Creo bastante en eso de integrar las aportaciones positivas de las diversas corrientes de pensamiento, quizá ahí esté la clave y también en promover la experiencia espiritual para humanizarnos más.
ResponderEliminarbendiciones.
Aunque comparto totalmente la crítica de Einstein al sistema capitalista, tal y como la expresa en la carta que abre este hilo – lo que incluye su "koan" final, como lo has llamado José Antonio – no voy a dejar de matizar esa opinión con otras palabras del propio Einstein, extraídas de dos cartas suyas de 1934 y 1921 respectivamente, relativas a su visión del Estado:
ResponderEliminar"Con este sistema [de Keynes], sería admisible cierta inflación, en comparación con la situación monetaria actual, si fuese posible creer que el Estado iba realmente a dar un uso racional a su consiguiente beneficio.
[…] No es accidental que el capitalismo haya traído un progreso no sólo de la producción sino también de la ciencia. El egoísmo y la competencia son, por desgracia, fuerzas más poderosas que el espíritu cívico y el sentido del deber. Dicen que en Rusia es imposible conseguir un pedazo decente de pan…Quizá sea demasiado pesimista respecto al Estado y a otras formas de asociación comunitaria, pero espero muy poco de ellos. La burocracia es la muerte del progreso. He visto y percibido demasiados avisos aterradores, incluso en un país comparativamente modélico como Suiza."
"…destaca el hecho de que las actividades del Estado [en USA] son comparativamente limitadas si las comparamos con Europa. El europeo se sorprende al descubrir que el telégrafo, el teléfono, los ferrocarriles y la enseñanza están predominantemente en manos privadas…por eso pueden dejarse en manos de la iniciativa privada las funciones culturales más importantes y el papel jugado por el Gobierno en este país es relativamente limitado. […] Una observación más, para terminar. Estados Unidos es hoy el país más poderoso entre los técnicamente avanzados del mundo."
Saludos
Como sabes Einstein evolucionó mucho en sus posiciones políticas, estas citas que recuerdas son anteriores a su defensa del socialismo que es de 1949.
ResponderEliminarEinstein, de posturas más conservadoras, fue evolucionando hacia posturas socialistas y pacifistas, de ser un firme partidario de la bomba atómica, quedó horrorizado del uso que USA había hecho de ella en Japón de modo innecesario, él creía que simplemente por la política anticomunista de truman, para acelerar el fianl de la guerra.
Denunció después la caza de brujas durante la guerra fría, sufriendo el ser considerado filocomunista por algunos. Había escrito en el pasado al presidente americano para que se potenciara la guerra nuclear y después dedicó el final de su vida a denunciar el sistema belicista americano y soviético y optó por una visión política socialdemócrática, contraria en gran medida al modelo norteamericano clásico y por eso muchos americanos lo consideraban alguien peligroso para el sistema.
Sí es verdad que debemos dar más valor a su artículo sobre el socialismo por cuanto es posterior a los que yo cito, pero por cuanto Einstein no resuelve el problema que el mismo admite de concentrar el poder económico en unas pocas manos, su artículo es un brindis al sol. En 1949 todavía estaba a tiempo de emigrar a la URSS, y no lo hizo. El experimento socialista fracasó con estrépito, es una ideología completamente superada por la historia. Supongo que tú no estarás de acuerdo pero con la excepción de Cuba todos los países han echado pestes del socialismo, especialmente aquellos que lo han sufrido. Saludos.
ResponderEliminarNo identificaría socialismo y estalinismo, el sistema social actual debe mucho a al sensibilidad socialista y muchas de sus practicas concretas tienes esa inspiración. No creo que Einstein defendiera en absoluto el sitema de la antigua URSS, que era para muchos un capitalismo de Estado.
ResponderEliminarEste es otro debate jeje, qué es socialismo y qué deja de serlo. ¿Qué es para ti el socialismo? ¿En qué se diferenciaría de nuestro actual modelo? ¿Algún país del mundo ha conocido ese socialismo? Gracias.
ResponderEliminarYo diría que es una visión , una sensibilidad o una antropología que considera al ser humano un ser esencialmente social, relacional y que pone el desarollo humano comunitario por encima de los intereses individulaistas, y a la persona por encima del mercado o de las estructuras políticas, en especial, a los más débiles, a los másginados.Desde este punto de vista está muy unido a la visión no dualista (la realidad como realción y el ser humano como relación) como decía Gandhi (que también defendía el socialismo) y desde este punto de vista se podría decir que esta sensibilidad está presente en la historia y la prehistoria de la humanidad plasmada en todo aquello que poterncia esta visión solidaria y en combate con la visión individualista o uniformadora del ser humano (egoica o irracional).Creo que entendido así el socialismo está unido a la espiritualidad, si se olvida esta dimensión humana es muy difícil salir de modelos egoicos o irracionales. Por eso, los que han actuado con esa sensibilidad la mayoría de las veces han estado sostenidos por una fuerte vivencia de la espiritualidad.
ResponderEliminarEl problema es que todo eso que dices es imposible lograrlo en una sociedad donde el poder se concentra en manos de unos pocos, con el pretexto del bien social, espiritual o nacional. Por eso surge el liberalismo, como oposición a esa concentración de poder y su inevitable abuso, como afirmación de que todos los seres humanos por el sólo hecho de serlo tienen unos derechos que son inviolables. Con el pretexto del interés general o el bien de la comunidad-colectividad se han cometido terribles crímenes en la historia, como todo el mundo sabe. De todas formas yo esperaba la concreción de un modelo político y económico, porque tu declaración de intenciones a la postre la podría firmar casi cualquiera.
ResponderEliminarEl liberalismo no nos "libera" de que el poder esté en manos de unos pocos, está en manos de una élite económica cada vez más reducida si se deja al mercado solo, además cada vez más centrada en la economíoa financiera y no en la productiva. Por supuesto la sociedad debe ser cada vez más democrática pero también en el ámbito económico.
ResponderEliminarNo te creas que todos compartirían lo que digo, los teóricos clásicos del liberlaismo consideran al hombre un ser esencialmente egoista y ven la sociedad como un enemigo del individuo y no como el lugar de su realización humana plena.
Muchísimo peor sería sin la división de poderes inherente al liberalismo. Y fue un país liberal USA, quien derrotó a los dos monstruos antiliberales del siglo XX: el nazismo y el estalinismo.
ResponderEliminarSaludo
Se trata de derrotar al tercero: el capitalismo salvaje, y poco a poco se irá haciendo, pienso.
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