Es un video muy duro, pero muy lúcido, que me envía Carlos, un sacerdote de Madrid. Creo que lo mejor es verlo y dejar que su Huella nos abra el corazón para comprometernos, en la medida que podamos, en opciones éticas y solidarias con aquellos que no gozan de la situación de privilegio de nuestro pequeño mundo desarrollado y deshumanizado. La barbarie de este mundo de capitalismo despiadado no conoce límites y de ella somos en mayor o menor medida responsables tod@s.
Como cristianos no podemos ser indiferentes a esta situación, poner freno a la ambición, a la avaricia, al individualismo personales y comunitarios es un deber para caminar hacia el Reino, transformar el neocapitalismo salvaje es una necesidad si queremos sobrevivir física y espiritualmente.
Como cristianos no podemos ser indiferentes a esta situación, poner freno a la ambición, a la avaricia, al individualismo personales y comunitarios es un deber para caminar hacia el Reino, transformar el neocapitalismo salvaje es una necesidad si queremos sobrevivir física y espiritualmente.
Hoy me pillas mal, así que te diré que esto no tiene solución. Mañana volveré a visitar tu página a ver si se me ocurre algo más optimista.
ResponderEliminarHemos avanzado mucho en la profesionalidad del trabajo, somo muy trabajadores, cumplidores, preparados..., pero muy retrasados en lo humano
ResponderEliminarMe he quedado sin palabras; hay preguntas que se quedan sin responder porque brotan de la oscuridad y de la rabia.
ResponderEliminarHola José Antonio. Mi pregunta es ? como organizarnos frente a tanta viloencia, codicia e indiferencia? Cómo haremos como cristianos para responder al mal que se maquilla constantemente de progreso, de egoísmo necesario elevado a bien en el materialismo espiritual de nuestra era?.
ResponderEliminarUn abrazo hermanado en la pregunta y en el compromiso
Adriana
Es difícil creo y complicado pues esta sociedad capitalista occidental se vanagloria de si misma, de su decadente progreso material ...y cada vez se aparta más del progreso espiritual... sólose me ocurre que denunciemos todo aquello denunciable segúnla via adecuada..y en nuestra vida dar honor a la Verdad, al Amor, a la solidaridad de forma auténtica..ni que sea en pequeñas circunstancias de poca importancia.
ResponderEliminarEstamos en una época y lugar de sufrimiento, de deterioro de las mentes y los corazones, de explotación...tanto error y equivocación..tan apartado todo ello del REINO... OREMOS...y a pesar de todo ello...que al menos nos ayude y sirva, para desarrollar nuestra Compasión hacia los seres que sumidos en la ignorancia de DIOS caminan dañando y confundiendo a los demas seres.
Amar a nuestros enemigos...tenemos pues mas que ocasiones para hacerlo... Rezemos pues por aquellos que sufren...y también por todos aquellos que matan, dañan, hunden y destruyen a los demás... Y a pesar de todo dolor... DIOS está presente...no nos olvidemos...
Y recordando la impermanencia de esta vida..si no podemos solucionar tanta distorsión y destrucción... como cristianos recordar-LE... en que la Verdadera VIDA no es ésta...sino la que hallaremos después...y que vive ya en nosotros ahora...la del ESPIRITU.
Rezemos por todos los seres que sufren física y mentalmente..y intentemos desarrollar nuestra pequeña compasión en GRAN COMPASION hacia nuestros enemigos.
Gracias, JOSE ANTONIO.
Carmen
Es un video que pone el dedo en la llaga y que deja sin palabras, efectivamente.
ResponderEliminarTomar conciencia es ya un gran paso, necesitamos lucidez y amor.
El trabajo espiritual es fundamental, estoy convencido,para transformar el sistema pero una espiritualidad encarnada. Espiritualidad que llevará que nos comprometamos en transformarnos, en hacernos más sencillos y menos superficiales. Vivir valores solidarios nos hará poder transmitirlos a los cercanos, colaborar con personas y proyectos que están en contacto con el sufrimiento, con la pobreza, e intentan ayudar a la liberación de la misma también es un buen camino. Y tomar conciencia del carácter estructural y global de la situación, que supone un compromiso político en la dirección de un mundo más social, en el que los débiles sean una prioridad en la política, por encima de supuestas eficiencias técnicas, que tampoco hay que rechazar, pero sí regular éticamente con un espíritu social.
Muchas comunidades cristianas son un buen lugar para trabajar todas estas dimensiones, personales, interpersonales y sociales desde una óptica espiritual y comprometida socialmente.
Al principio todo parece muy complicado, pero si se va uno comprometiendo en lo poco que pueda hacer, se pueden hacer muchas cosa y van abriéndose caminos a todos los niveles. Por supuesto, no es cuestión de creer que uno va a cambiar el mundo, eso no es más que narcisismo, es hacer lo que esté en nuestra mano. Es un camino que puede ser dificultoso, supone esfuerzo e incluso tensión con otros en ocasiones, pero que recompensa con creces el esfuerzo y la tensión, si se vive con discernimiento y amor. Acercarse a los pobres y colaborar con ellos, desde la humildad, se termina convirtiendo en uno de los mayores regalos que uno puede recibir y en un estupendo antídoto contra los sucedáneos de felicidad que nos ofrece a veces la sociedad enferma en la que vivimos.