"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Encontrar a Jesús en el rostro más auténtico de la Iglesia: La Iglesia de los pobres.



En un anterior post, intentaba explicar (no sé si lo conseguí) porqué para los cristianos Jesús tiene una “función” y una identidad diferente al resto de los hombres.



Para los cristianos, la experiencia de la realización o salvación es siempre histórica (si bien no sólo histórica, también transhistórica) y se produce mediante la relación, pues somos relación. Esto supone que nuestra realización plena (salvación) se logra a través del encuentro (relación) en la historia con otro “realizado” (en la histórica y más allá de ella).




Jesús es para los cristianos ese “Otro” cuyo encuentro hace posible la liberación (personal, social y transpersonal) en la historia.




Al ser Jesús ese liberador o salvador, es diferente en su función e identidad al resto de los hombres. El verdadero rostro de Jesús se revela en su Pasión, Muerte y Resurrección (hasta ese momento estaba presente pero no se manifestaba con claridad), es lo que llamamos el Misterio Pascual. Jesús muere en la cruz por ponerse al lado de los pobres y excluidos, combatiendo la exclusión y la pobreza. Este es el camino de la liberación integral cristiana, como atestigua su Resurrección. Naturalmente, este Misterio puede ser profundizado mucho, con reflexiones metafísicas, teológicas, místicas, quizá las trinitarias sean las más profundas, pero todas ellas serán alienantes si no nos sirven para profundizar y asentar la praxis de liberación de los pobres, mediante la que Jesús nos ofrece una liberación integral en la historia y más allá de ella, personal y social.




La Cruz y la Resurrección revelan también la alienación en la que viven los hombres. La humanidad está alienada, es lo que se dio en llamar el pecado original, las opciones injustas de la humanidad original (según el Génesis estas serían el individualismo y el miedo a la libertad) han generado un clima colectivo que nos condiciona y aliena, más allá de nuestra voluntad. Esta alienación es no sólo histórica, sino también transhistórica, nos ha separado de nuestra raíz más profunda: el fundamento dinámico de la realidad, Dios o el Misterio. De ahí la necesidad del Libertador, del redentor en lenguaje religioso, libertador integral de todas nuestras dimensiones. El encuentro con Jesús, tras su Muerte y Resurrección, nos devuelve nuestra libertad integral alienada y nos hace agentes de Liberación integral.




Los cristianos creemos en la necesidad de que nuestra liberación integral se produzca en la historia, por ser seres históricos, por eso Jesús, tras su Muerte y Resurrección se convierte en un acontecimiento presente en la historia; Jesús, muerto y resucitado, es una presencia aquí y ahora con la que me puedo, y debo, encontrar. Toda la historia se hace kairós, un tiempo favorable para encontrarme con la presencia y para ser transformado por ella. Gracias a esto, la Revolución integral es posible ya en la historia, y una nueva creación, una nueva sociedad, el Reino, donde los pobres dejan de serlo, se va construyendo en la medida que más personas van encontrándose con Jesús y lo van siguiendo. Nunca se alcanzará del todo la realización del Reino, si bien podemos ir acercándonos cada vez más a él, y hemos de hacerlo en la historia, no después de la vida.




La categoría “encuentro” es muy importante en esta visión, encontrarme con otro no es sólo conocerlo es transformarme por la relación con él, tras encontrarme de verdad con otro ya no soy el mismo, parte de él vive en mí. Encontrarnos con Jesús es ser transformados por ese encuentro haciendo que se haga presente en nosotros ese Misterio Pascual, que es su verdadero rostro, y que consiste (simplificadamente) en ponerse de parte de los pobres en contra de la pobreza viviendo la liberación integral (espiritual e histórica que Jesús trae y es) para que Dios, el Misterio, sea de verdad nuestro centro.




Hay que decir, claro, que este espíritu “revolucionario” del cristianismo de los orígenes va a ir perdiendo fuerza, a medida que el cristianismo va “triunfando” en la sociedad. Jesús, el pobre liberador de los pobres, se va a ir sacralizando, deshumanizando y convirtiéndose en un ser inaccesible y sagrado, un Pantocrátor o Dominador del universo que exige sumisión, encontrándose así justificación para legitimar el régimen de dominación de unos sobre otros en la sociedad; su Misterio Pascual se espiritualiza y se convierte en una actitud de sumisión interna, de la humildad mal entendida, de masoquismo patológico que impide la rebelión contra la injusticia; el Reino se deshistoriza y se dice que es algo para la otra vida.



Y ahora… ¿Cómo devolver al cristianismo su verdadero rostro?



Pienso que, como siempre, encontrándonos con Jesús en la Historia, este es siempre el camino cristiano.




¿Y Dónde podemos encontrar al verdadero Jesús?



Basándome en las propuestas de Leonardo Boff, diría que en toda la realidad, en especial, y por establecer un orden de “transparencia” de la Presencia de Jesús, podríamos señalar lugares que al relacionarnos con ellos nos podemos relacionar con Jesús:




- En el cosmos, toda la creación, el tiempo y el espacio están habitados por su Presencia, en especial, las cosas y acontecimientos aparentemente más anonidos, pequeños, ordinarios o insignificantes.

- En la humanidad, se ha hecho uno con todos los hombres. En especial, con las víctimas, los pobres, los insignificantes.

- En los hombres y mujeres que luchan por un mundo mejor desde las religiones y desde la laicidad, en especial, aquellos que se “hacen pobres” renunciando a ser dominados por el dinero, el prestigio o el poder para combatir la pobreza.


- En la Iglesia, en especial en el Evangelio y en los sacramentos, que hacen presente el acontecimiento Jesús en la historia. Debería ser el lugar donde esta presencia fuera más visible. Hay que decir, sin embargo, que hoy muchas veces la iglesia ha sufrido una fuerte influencia del sistema (el mundo) y distorsiona el mensaje de Jesús, por desgracia. Por eso, hay que buscar en la Iglesia a la verdadera Iglesia de Jesús, el verdadero rostro de Jesús en la Iglesia. Esta es la Iglesia de los pobres, es decir, la Iglesia de aquellos que “se hacen pobres” ( se salen del “sistema”) para luchar contra la pobreza, los que viven de verdad el Misterio Pascual. No hablamos de una iglesia enfrentada a otra, sino del núcleo que realiza y visibiliza mejor lo que la Iglesia es. Ese es el corazón de la Iglesia, que a lo largo de la historia nunca ha dejado de existir y de latir. Siempre ha habido un movimiento de la Iglesia de los pobres dentro de la Iglesia institución. Císter fue parte de este movimiento. “pobres de Cristo” se llamaban los cistercienses en sus comienzos.




El lugar privilegiado hoy, como ayer, para encontrarnos con Jesús es la Iglesia de los pobres; ayudar a que esta realización de la Iglesia sea más visible, y sea el núcleo de verdad en la Iglesia, debería ser una tarea de todos los cristianos, y también deben sentirse invitados todos los que creen en que un mundo más justo es posible. Es, por tanto, necesaria la ayuda de tod@s. ¿Os animáis?.

4 comentarios:

  1. ¡¡OK!!... pienso, que, a pesar de todo siempre ha existido una iglesia de los pobres, aunque a veces paralela a la Iglesia triunfante. Precisamente las órdenes mendicantes son un ejemplo de ello. Pero como bien ilustra la imagen del lavatorio de los pies...¡ por ahí van los tiros!!

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  2. Si, esa iglesia es el verdadero núcleo de la Iglesia, como dice Jon Sobrino extra pauperes nulla salus.

    un abrazo.
    José Antonio

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  3. Dios te bendiga, monje bondadoso. Con tu pico de oro y tu pluma de plata acabarás logrando la conversión de más de uno que se resiste a ello :-)
    Extraigo unas líneas de la carta del año 2005 de Jon Sobrino a Ellacuría: "(...)haremos de la compasión y de la justicia, como dice J. B. Metz, lo central del cristianismo. Haremos mejor aquello en lo que tanto insistías: “bajar de la cruz a los pueblos crucificados”. Y viviremos en verdadera solidaridad: dando unos a otros y recibiendo unos de otros. Eso sí es familia humana y la superación de una especie animal racional.(...)". Única "pega" a este párrafo: el empeño en circunscribirse a una familia “humana” y en remontarse desde "lo animal", tan digno y salvador -desde mi punto de vista- en su Inocencia Genuina, tan centrado "lo animal" en el núcleo, según creo, de Lo Auténtico. El cristianismo a veces se me antoja en exceso antropocéntrico, cuando tal vez si el ser humano fuese capaz -sin perder su racionalidad- de recuperar la nobleza de "lo animal"... la Salud se habría restaurado, la "salvación" estaría consumada. Y entiéndaseme, por supuesto no abogo por una vuelta al primitivismo de la horda ni por una regresión a lo albores de la Humanidad, no. Muy al contrario, por una vuelta de tuerca evolutiva que nos devuelva al Paraíso…, donde todos fuímos Uno también con la serpiente.

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  4. Bendiciones también para ti Daniel, sí es verdad que el cristiansimo tiende a ser demasiado antropocéntrico, si bien los dias mesianicos se describen por lso Profetas como días en que el cordero y el leon vivirán juntos, el niño metera la mano en la madriguera de la serpiente sin ser perjudicado,etc...
    Para san bernardo el cuerpo había mantenido la pureza, no así el alma, que era la responsable de "caida" (separación y desarmonía humana) por su mente "locatis", sí, la experiencia al final debe unirnos al cuerpo, a lo animal y manifestarse a través de él como dice San Benito en la Regla, el último grado de humildad es cuendo ésta se amnifiesta a través del cuerpo. San francisco es un buen representante de este reconciliación con los animales y la vegetación, San bernardo dirá que aprendió más de las hayas del bosqeu que de lso libros... La naturaleza es la primera forma de revelación de Dios, del Misterio, tiene mucho que enseñarnos si nos dejamos claro...

    En el Génesis, el hombre "cuida el jardín", no lo domina como hacemos ahora. De todas formas, cada cosa tiene su lugar y no podemo0s caer en el otro extremo, hoy en occidente se gasta casi igual en comida para animales de compañía que e la que destian para combatir el hambre de lso seres humanos. Esto es inaceptable, claro.

    un abrazo.

    José Antonio

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Este Blog quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos que queremos ayudar a transformar la sociedad para convertirla en un lugar más fraterno, más libre, más justo y, a la vez, somos conscientes de que todo cambio social sólo es posible si hay un cambio personal e interno y no se olvida lo que nos enseña la Tradición Espiritual de la Humanidad, intentándo actualizarla creativamente en cada época.


Mi camino...

el camino que sigo es el camino de la mística del amor, no un amor sentimental, sino un amor inteligente o consciente (amor iluminado decían los antiguos) y solidario, que no olvida el sufrimiento y la injusticia.
Guiado de la mano de de la mística monástica cisterciense (la primera mística moderna del amor), el esoterismo cristiano, la mística de san juan de la cruz y el zen... y animado por ideales progresistas y solidarios os invito a caminar juntos hacia un mundo y unos hombres y mujeres nuevos.