De nuevo se reune el Congreso de Teología de la Juan XXIII. Desde 1981 se vienen celebrando estos congresos con éxito de asistencia y con temáticas siempre interesantes, profundas y comprometidas. Para los católicos más fieles al espíritu del Vaticano II estos congresos son un momento fuerte para reafirmar su compromiso cristiano y social, y, a su vez, son una plataforma para dar a conocer a la sociedad otra visión del catolicismo, que generalmente se olvida y margina.
El tema de este año es “El cristianismo ante la crisis económica”, más actual imposible.
Ayer la primera conferencia estuvo a cargo de Arcadio Oliveres,que nos explicó las causas y consecuencias de la crisis económica actual. En realidad, nos explicó que la crisis actual hay que enmarcarla en un contexto que incluye la existencia de otras dos crisis permanentes, la crisis del Hambre y la crisis ecológica, dos crisis más importantes y preocupantes que la crisis financiera actual, que es más coyuntural. El Hambre y la crisis ecológica no paran de crecer y no parece que haya voluntad política de solucionarlas. Un dato me llenó de asombro y tristeza: el mundo gasta 27 veces en armas lo que sería necesario para evitar el hambre en el mundo.
Me acordé de Merton, su profunda sensibilidad pacifistay su denuncia del sistema económico americano centrado en el aparato militar. Me parecieron muy lúcidas sus denuncias al escuchar a Arcadi. También volví a recordar su sensibilidad antinuclear, cuando Arcadi nos explicó cómo los efectos del accidente de Chernobil siguen provocando enfermedades y muertes, y continuarán activos durante 14.000 años!!!...
Os animo a pasaros por el congreso si os es posible, ya sabéis que se celebra en Madrid, del 3 al 6 de septiembre, en el salón de actos de comisiones Obreras, Lope de Vega 40. Creo que os gustará la experiencia.
Durante la Edad Media las hambrunas era cíclicas y más de 600 años después las hemos convertido en permanentes. Definitivamente hemos avanzado menos de lo que nos creemos en muchos aspectos y demasiado en otros.
ResponderEliminarNo es necesario destacar que no se acaba con el hambre porque políticamente no interesa y es una inmoralidad que estemos hablando de donar el 0,7 % al que nunca llegamos mientras para los gastos militares nunca hay techo ni barrera.
Pertenezco a una pequeña ONG franciscana que actúa en la zona de la Amazonía peruana.
ResponderEliminarDespués de años de esfuerzos y programas de ayuda en diversidad de campos... podemos decir que el dinero que se envía y los proyectos de desarrollo que se ejecutan no son la panacea. La pobreza no se erradica a golpe de cheque en dolares y programaciones a la europea.
El pobreza radica en la cultura y en la forma de ser de estas gentes y es necesario educar al menos tres generaciones para que tomen conciencia de que si se unen y trabajan juntos, pueden salir de la pobreza. Nosotros podemos ayudar mucho, pero deben ser ellos quienes tomen el timón.
Es una labor de décadas, paciente y continua.
Saludos :)